Cabalgatas ateas del rencor. República a la vista

Lo de las cabalgatas de estos usurpadores es una siniestra astracanada. Es siniestra porque es un atentado a las sagradas ilusiones de la infancia. Si hay algo que merece la pena proteger es la infancia y su efímero mundo de ilusiones mágicas, que les ayudan a adaptarse al mundo, como decía Chesterton.

Sacar a unas putas de reyes, o a unas reinonas de putas, o unas corista de camellos, y otras medidas del mismo tipo de mal gusto, es dinamitar la infancia, ya de por sí muy baqueteada por estos políticos mediocres o directamente malévolos.

Las cabalgatas y la fiesta de los reyes no se ha creado por los políticos, sino a espaldas de ellos, por las madres y los niños. Díganle a una madre normal, no creyente, que deje de festejar los reyes magos, y tendrá una rebelión, como la hubo en Madrid en los años ochenta, cuando un tal Agapito, diputado de Leguina, sugirió "racionalizar el calendario" suprimiendo el día de Reyes. Tuvo que dimitir.

Las madres son madres y los hijos hijos, y a la tierna edad mágica (cada vez más fugaz) en que todo se explica por que la lógica de ellos, los enanos, es así, es lo que define una infancia feliz. Una infancia feliz es la única patria que nos queda de mayores. Así que deduzco que estos usurpadores no tuvieron una infancia feliz, porque les gusta hacer daño, y me da a mí que hay entre ellos más de un sociopata escondido.

Ayer me contaba mi hija que la hija de una amiga suya le preguntaba a su madre cómo era posible que los reyes no cobraran nada por hacer su trabajo. Le extrañaba. "No, no -le explicaba su madre, lo hacen gratis-. ¿Pero cómo es posible? Ella no ponía en duda la exigencia de los reyes y los juguetes, pero le extrañaba que no cobraran... Esa es la lógica infantil, una muestra más bien entre millones, y eso sólo ríen una edad luego añorada toda la vida. Creo que la única bondad irradia de ahí.

Este ataque a la infancia, y otros ataques a las costumbres inocentes, ese empeño de reeducación en el rencor, me empieza a oler a chamusquina. Como lo que queda de cordura en los entresijos del poder no se proponga acabar con estas señales nefastas, en poco menos de un par de años tenemos una tercera República. No es que yo sea rabiosamente monárquico. Pero ya sabemos cómo son de dogmáticas y cainitas las Republicas de izquierdas en España. Y ésta que viene, si nadie lo remedia, será más cainita aún que la anterior, como ésta lo fue respecto a la primera.

No se lo tomen a beneficio de inventario, como si fueran chistes de mal gusto sin mayores consecuencias.
Son una parte de un todo, la espuma del oleaje que desde hace años nos está invadiendo, que de momento no se ve amenazante (o no se quiere ver), pero que está a punto de invadirnos del todo, porque los diques no estarán a la altura.

Unamuno a los niños de España, el día de los Reyes Magos:

(Pedro Tena): Su Carta a los niños españoles con motivo de los Reyes Mágicos fue profética. Faltaba sólo un año y medio para el estallido de la guerra fratricida y Unamuno escribió y así se recoge en sus obras completas (tomo VII, edición de Afrodisio Aguado, 1958):

"Hoy, el día en que se celebra en el mundo cristiano la Adoración del Niño Dios por los santos Magos —llamados después Reyes— Melchor, Gaspar y Baltasar —fiesta que viene de abuelos a abuelos y de nietos a nietos hace siglos—, venimos vuestros mayores —padres, tíos y abuelos— a regalaros juguetes de toda clase —menos pistolas— para que aprendáis a jugar en paz en la vida, a jugar en paz la vida. Y, sobre todo, venimos a que nos perdonéis. A que nos perdonéis muchos pecados contra vosotros y, sobre todo, el de que no siempre os dejemos jugar en paz...con este agasajo, con esta fiesta queremos ganar, más que vuestro agradecimiento, vuestro perdón. Perdón, niños de España para vuestros mayores."