Otro debate confluyente es la posibilidad de un gran colapso financiero como el de 2008. Aquí las opiniones que he pescado por ahí entre los más renombrados están divididas. Voy a intentar resumir las dos posiciones, pero antes diré que, en agosto, cuando la primera gran caída de China, me posicioné del lado optimista: los datos que tenía eran que China no tenía grandes deudas exteriores, ni una gran deuda pública, y que contaba con unas reservas de divisas inmensas. Eso hacía que todo se lo debían entre ellos, unos a otros (es decir, funcionarios a funcionarios), y además que el gobierno era solvente para diluir en el tiempo el problema de la deuda privadas.
Creo que me equivoqué, por razones obvias: China ha vuelto a temblar, lo que indica que no pudo estabilizar los agujeros entonces, y que estos vuelven a hacer acto de presencia. Las reservas de divisas se han recortado en defensa del yuan, lo que le hace cada vez más débil. El problema chino no está amortizado.
Will Hutton, de The Guardian, cree que China es un inmenso mar de deudas impagables, porque en 2009 lanzó una política de expansión crediticia que se ha interrumpido, como tenía que pasar tarde o temprano. Estos procesos solo penden sostenerse si el crédito aumenta cada vez más deprisa. Hutton lo llama un "Ponzi squeme" (que es el término usado por Minsky) parecido al que se llevó por delante la economía mundial en 2008.
Es obvio que la amenaza de una crisis sistémica depende de la profundidad del agujero negro de China.
Sin embargo, Cullen Roche está convencido de que China no es un riesgo sistémico para el resto del mundo. Cree, no sé si ingenuamente, que los bancos de EEUU y de Europa están saneados y más capitalizados -por lo que yo no pondría mi mano en el fuego. Repito que eso depende de la distancia que hay entre lo que pensaban esos bancos de China y la realidad cruda. De momento la realidad cruda no la sabemos con certeza, pero los reiterados movimientos telúricos de China hacen temer que la realidad cruda sea más cruda de lo que se pensaba.
El hecho es que las caídas de la bolsa China son paralelas a unas salidas de capitales del país que parece que el gobierno no puede parar. Cuando El Progreso se basa en un sistema de corrupción que, como dice Hutton, consiste en taponar deudas impagadas pasándoselas al que manda, porque todo le pertenece, y este las esconde debajo de la alfombra, esa corrupción aumenta a la velocidad que lo hace el crédito que se sabe que no se va a pagar. De ello resulta que toda la contabilidad, privada y pública, sea cada vez más mentira. Y si la verdad de la mentira se sabe, maricón el último y que éste apague la luz. Hasta el último funcionario está sacando el dinero que puede por dónde puede. Nadie se cree que la versión oficial, como la Contabilidad Nacional o el tipo de cambio oficial, sean sostenibles, ni el inversor extranjero, ni el funcionario local. Para un país así es mucho más difícil establecer cortafuegos del Banco Central y del Gobierno: nadie confía en ellos, como se vio en lo poco que duró la estabilización de agosto. En todo caso, lo que p de hacer el banco central y va a hacer es inyectar lides, lo que aumenta la desconfianza en el tipo de cambio, y la velocidad a la que se fuga el dinero.
Si China es un agujero negro, queda por adivinar si esa desconexión del resto del mundo, que afirma Cullen Roche, es efectiva o no. De momento estamos viendo que, vía economía real, desde luego la caída de la demanda china está causando veraderos estragos en los mercados mundiales, que afectan a cada vez más países emergentes-productores de MP. Y esto sí que es contagioso vía sistema financiero, porque hay créditos a esos países que viene. De la banca de otros países, por ejemplo, EEUU o Europa.
Así que es mejor que "pensemos lo mejor pero estemos preparados para lo peor", como aconseja Larry Summers, otro que se alinea en el bando de los pesimistas, haciendo hincapié en loa significativo de la huida de capitales:
"Experience suggests that the best indicators of a country’s economic prospects are the decisions that its citizens make about keeping capital at home or exporting it abroad. The reason the renminbi is under pressure is that Chinese citizens are extremely eager to move their money overseas. But for the substantial recent depletion of China’s reserves, the renminbi would already have substantially depreciated."
Especialmente si se intenta mantener la ficción de un tipo de cambio insostenible.
China -y nosotros, que lo toleramos durante décadas- está pagando la política de "Demasiado": demasiada devaluación a costa de los demás, demasiada injerencia pública, demasiado crédito público, demasiado todo. Pero, ¿por qué China no admite una devalución que será ineludible? Es una pregunta que siempre me hago, porque siempre los gobiernos cuestionados ha en los mismo: intentar que no quiebren los que te sostienen. La devalución sería una quiebra en cadena de su banca, que tiene deudas exteriores en moneda exterior. Esa ha sido siempre la poción de los gobiernos dictatoriales, desde Franco a ... (Pongan lo que quieran) sostenidos por grupos que se han crecido las mentiras por interés espúreo.
Por cierto, las prácticas franquistas se siguen practicando, como que las empresas se endeuden para hacer autopistas, y luego endilgarle al Estado esas deudas. En el fondo el esquema es el mismo: yo te doy una concesión, pero el peaje lo decido yo, y tú te endeudas, aunque luego la deuda me la pasas a mí vía nacionalización. Resultado: deuda pública. Es que hay democracias y democracias, pero nos se preocupen, que puede ir a peor.
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