"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

domingo, 13 de marzo de 2016

Barry Eichengreen, el estancamiento mundial, y el Ordoliberalism español


Barry Eichengreen sobre el límite alcanzado por la política monetaria para levantar la economía mundial. 

BERKELEY – The world economy is visibly sinking, and the policymakers who are supposed to be its stewards are tying themselves in knots. Or so suggest the results of the G-20 summit held in Shanghai at the end of last month.
The International Monetary Fund, having just downgraded its forecast for global growth, warned the assembled G-20 attendees that yet another downgrade was pending. Despite this, all that emerged from the meeting was an anodyne statement about pursuing structural reforms and avoiding beggar-thy-neighbor policies.
Once again, monetary policy was left – to use the now-familiar phrase – as the only game in town. Central banks have kept interest rates low for the better part of eight years. They have experimented with quantitative easing. In their latest contortion, they have moved real interest rates into negative territory.
The motivation is sound: someone needs to do something to keep the world economy afloat, and central banks are the only agents capable of acting. The problem is that monetary policy is approaching exhaustion. It is not clear that interest rates can be depressed much further.
Negative rates, moreover, have begun to impair the health of the banking system. Charging banks for the privilege of holding reserves raises their cost of doing business. Because households can resort to safe-deposit boxes, it’s hard for banks to charge depositors for safekeeping their funds.
In a weak economy, moreover, banks have little ability to pass on their costs via higher lending rates. In Europe, where experimentation with negative interest rates has gone furthest, bank distress is clearly visible.
The solution is straightforward. It is to fix the problem of deficient demand not by attempting to further loosen monetary conditions, but by boosting public spending. Governments should borrow to invest in research, education, and infrastructure. Currently, such investments cost little, given low interest rates. Productive public investment would also enhance the returns on private investment, encouraging firms to undertake additional projects.
Barry EichengreenBarry Eichengreen

Es curioso, porque inmediatamente después leo esta presentación de José Luis Escrivá, rector del la ARIEF, entidad encargada de vigilar la solidez y viabilidad de las cuentas públicas, y claro, es una negación de plano contra lo que piensa Eichengreen, pero también, Krugman, o Brad Delong, o Summers... Prueba supongo que Escrivá parte de la posición definida por Eichengreen como "Ordoliberalism" o desconfianza absoluta de los alemanes a que el déficit publico pueda ayudar a levantar la economía. Bueno, la desconfianza va más allá: desconfían d e todo lo que no sea cuentas  bien atornilladas, equilibrio aún en situación de crisis extrema. 

El problema de Escrivá es que habla de déficits y deudas en relación al PIB como si fueran variables exógenas unas a otras. Me temo que lo que dice Eichengreen & Al, u cualquier persona cm dos dedos e frente, es que eso no es así: el PIB no crece igual en un proceso de consolidación fiscal constante que en un proceso en el que ser permirten desviaciones de déficits que lleven al PIB crecer más. Dicho de otro modo, para Escrivá el PIB potencial es una  cuestión de oferta a la que no puede contribuir la demanda, esté hundida o no. Eichengreen & Al lo que dicen es que la demanda se está hundiendo y eso puede limitar indefinidamente el PIB. Que es la tesis rectora de Keynes. 

¿Cuándo un déficit público se convierte en un enemigo del crecimiento? no lo sabemos, pero según los estrechos, como Rogoff, enseguida, porque el déficit siempre leona recursos al sector privado. Pero si hacemos la pregunta de otra manera: ¿cuándo la reducción  del déficit y la deuda no tienen consecuencias contractivas, si son partidas de gasto que en principio aumentan el PIB? ayer veíamos, en el post "Domo se financia una guerra", que la II guerra mundial supuso un gran impulso a la demanda final, aún eu eso si, a costa de tener que restringir la demanda privada. Por lo tanto, el problema no es una cuestión de nivel de déficit, sino de qué se financia con él. Y hay que reconocer que hay situaciones de dwbilidad se la demanda privada que podrían ser compensadas por el déficit público mometizado.

Claro, para Escrivá la inflación tampoco es relevante, lo que me parece  un craso error, como a Eichengreen & Al. 

Todo lo cual se traduce en que las instituciones españolas son todas férreamente obedientes al"Ordoliberamism", que es como un automatismo patológico, pero que es tan generalizado que no puede ser considerado patológico. Todo en España es patológico, pero como todos lo vemos con naturalidad, pues vivimos en ello sin saber muy bien por qué nos pica. 

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