"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

lunes, 23 de mayo de 2016

El basurero nacional. La conexión Venezuela-Podemos-justicia

Lo más nauseabundo de este país es la justicia. Incluyo en este paquete - justicia española-, el caso de la presidenta del Tribunal Supremo de Venezuelafamosa por proteger a su adorado Maduro contra el Parlamento recién elegido, y lo incluyo porque se hizo magistrada de tronío en España, donde sacó un título doctoral con un tribunal petado de miembros de Podemos, como el mismo Juan Carlos Monedero. Era la época en que Maduro le mandaba a Iglesias & Cía aquellos 7 millones por su labor pedagógica en ambos lados del Atlántico. Darte a algo por saber el título de su tesis. 
Otro caso es el del juez Castro, un bulto sospechoso que nos han obligado a admirar en televisiones y otros medios miríadas de periodistas ciegos o rojos, o peor, apesebrados, que decían que era un juez guay porque iba en moto, sentaría a la infanta en el banquillo (infanta que debería ser en buena lógica liberada de cargos en cuanto la única acusación "Manos Limpias" -una cloaca que también nos obligaron a tragar como el paradigma de la acción popular espontánea- sea aniquilada como corresponde). Juez Castro, del que nos dice Santiago González que iba a ser candidato de Podemos a ministro de justicia: 

Podemos ha renunciado a su ministra de Justicia ante la posibilidad de que vaya a juicio por los delitos de prevaricación, cohecho y retardo malicioso. Yo entiendo el asunto. Para limpiar la gestión de los asuntos públicos es mejor que los regeneradores vengan corrompidos de casa. Así no tendrán que malearse en el ejercicio de su cargo.

Pudo ser candidato de Iglesias el juez Castro, cuyo momento épico es el procesamiento de la Infanta. Uno no es un gran fan de Cristina de Borbón por creer que tiene más inteligencia emocional que de la otra, pero le inspira una cierta empatía como cabrita expiatoria de todas las fobias españolas. Castro la sentó en el banquillo el día en que su hermano, el Rey, iba a dirigir su primer discurso de Navidad a los españoles. 

Ahora ha terciado en el caso Manos Limpias con una carta al juez Pedraz, sólo para suscitar la sospecha de que la defensa de la Infanta trató de hacer con él lo que da por supuesto que hizo con Manos Limpias, tenderle una celada. Y escribe a Pedraz una carta doblemente redundante. Lo que cuenta sólo es una insinuación chismosa que ya le había contado por teléfono desde el móvil de otro juez ¡porque temía que le hubieran pinchado el suyo! Le falta por explicar sus fotos de copas con la abogada de Manos Limpias, si él sólo trata con los abogados en su despacho, pero es que Virginia sabe dónde ponen los mejores gin-tonics de Palma. Hay que leer su carta, tan ayuna de sintaxis como de razonamiento, con sobrecargas enfáticas en los adjetivos y aun en los adverbios (entrevistas clandestinas y altamente secretas) y compararla con la sobria y categórica respuesta de Roca. Habrá que escribir sobre el juez Castro el día en que su instrucción se quede en nada.

Y es que políticos, periodistas, jueces, son todos de la misma pasta, o de la misma pata, que no es la dl Cid, precisamente. 

Los políticos están hechos de la misma pasta que los jueces, los periodistas y los profesores universitarios (piensen un momento en la cúpula de Podemos). Son del mismo material con que se hacen los sueños, como dijeron Shakespeare y Sam Spade.

Ahora resulta que se sabía en los medios judiciales todo esto. Por qué la prensa apesadumbrada,, o peor, convencida, solo interrogaban a Casteo, le daban el micrófono, y no investigaban en otros lares más serios? 
Es decir, si no conspiración, hay una connivencia nauseabunda entre un periodismo unidireccional, por decir un eufemismo, y jueces, como lo hay entre un periodismo de la misma dirección (o el mismo), y la izquierda cañí, es decir, González Ferreras/Ana Pastor & Cía. Hay una trama. Hay una trama de tertulianos que nos comen el coco lentamente, para que votemos a Podemos, que van al fin a modernizar al país, empezando por romperlo en mil pedazos, mientras sostienen a Maduro ilegalmente y Venezuela se hunde a cachos. 
A mí me pone enfermo la estulticia general de este país que va directo a la fosa -hablaremos después del 26-J- gracias a un presidente que vive en otra galaxia. Pero la dirección es clara: el basurero de la historia. 

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