"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

sábado, 23 de julio de 2016

Burrez de la clase política

En El Mundo, Vidal Foch  nos quiere demostrar la razón del porqué la clase política es tan analfabeta. 

Podrían buscarse respuestas en tiempos muy lejanos, porque la Historia de España ofrece material abundante para justificar cualquier desgracia del presente. Del hito más cercano, sin embargo, no hace tanto. Ocurrió hace menos de dos décadas, en 1999, y apenas se recuerda el incidente: Josep Borrell, que había ganado las elecciones primarias en el PSOE, fue forzado a dimitir por lo que entonces se llamaba el aparato del partido.

Se consideró intolerable que en la delegación barcelonesa de Hacienda hubiera corrupción mientras él era ministro del ramo. Imagínense, con lo que había visto antes y ha visto después el PSOE. Se le acusó de perseguir a los famosos que defraudaban, ¿qué dirían ahora de Montoro? Se le tildó de arrogante, y en eso el aparato tenía un punto de razón: Borrell, cuyo expediente académico no admite comparación con el de ningún otro político y cuya inteligencia resulta a veces excesiva para la normal convivencia (algunos de sus rasgos pueden recordar al Sheldon Cooper de la serie Big Bang), tiende a la impaciencia e incluso a la crueldad con los idiotas presuntuosos. En cuanto a arrogancia, sin embargo, España estaba a punto de asistir a la segunda legislatura de Aznar y de aprender lo que vale un peine. Decían que no servía para dar mítines, y luego hemos tenido que soportar a oradores tan bobos como Rajoy y Sánchez.

No está mal. Pero yo creo más en la explicación subterránea, que es lo que mueve las sociedades, las placas tectónicas. Las placas tectónicas se mueven lenta pero constantemente, y cuando quieres darte cuenta te han quitado todo, aunque aparentemente sigues viviendo en el mismo decorado. 
Las placas tectónicas son las generaciones. Decía Ortega y Gasset: "cambian dos generaciones, y ya nada es igual". Dos generaciones, dos, y Borrell ha desaparecido del mapa (y muchos otros) y te despiertas con la sonrisa profiden de Pablo Iglesia, PI. 
Se suele creer que el tiempo es unidireccional. Qué va. El tiempo va  a lo loco pero despacio. O deprisa a veces. El genoma no cambia apenas, pero la sociedad sí. De repente se cansa de la democracia y el bienestar y quiere emociones fuertes. Y cambia los nombres. Antes democracia significaba defensa de la libertad individual, ahora PI se cree demócrata. 
Cada generación tiene su afán, pero no sabe bien cuál es. Nunca se sabe, ni a posteriori, pasado el tiempo. No sabemos individualmente lo que queremos, conque a nivel colectivo... Sí creemos que lo sabemos, pero es mentira. Somos corchos en la corriente. La corriente nos domina. Flotamos. 
Hace treinta años una generación decidió (¿?) la desregulación y la globalización. Treinta años después, hay gente son futuro pero no sabe de dónde le ha venido el golpe. Hoy, una generación cree de nuevo que el mundo se puede dominar, moldear, que todos sean felices. Tienen soluciones universales para todos los problemas. Unos creen que es el liberalismo, otros que es el socialismo, otros el cristianismo, etc. Otros, por lo visto, es que la solución es Borrell. 
Yo creo en las soluciones parciales a determinados problemas, con cautela, sin mucha fe. Creo en la prueba y el error y la rectificación. Pero, si se fijan, esto último es muy raro. Socialmente la rectificación es muy mal vista. Esto lo considero uno de los grandes problemas del genoma nuestro: no sé muy bien por qué, pero la rectificación es muy difícil, si no imposible. 
Eso que decía Popper, que la sociedad debería probar cosas reversibles, pues resulta que nunca son reversibles. 
Por ejemplo, el euro ha sido un fracaso, pero cuanto más fracasa más se empeñan en defenderlo.
No solo el euro, la UE es un fracaso total, pero ahí estamos, defendiéndola, y uno de sus máximos defensores es Borrell. Así que no creo que la inteligencia de Borrell fuera suficiente para frenar los cambios tectónicos.

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