"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

lunes, 4 de julio de 2016

Juicio a la globalización

Hasta hace bien poco pensé que nunca me vería renegando de la globalización. La globalización es el nuevo paradigma que surgió en 1980, cuando Reagan y Thatcher llegaron al poder e imprimieron un sesgo liberal a la economía mundial. La base es la famosa teoría de David Ricardo,el gran economista del siglo XIX , que predica que la productividad mundial aumentará si los países se rigen según  "La ventaja comparativa": Los países se beneficiarán de comerciar entre ellos sobre la base de la ventaja relativa (no absoluta) de la combinación de sus factores. Era una mejora sobre la teoría de Adam Smith, que decía que el comercio internacional se basa en la ventaja absoluta de los paises. Para entender la diferencia, veamos el ejemplo que proponía Ricardo. 

Supongamos que Gran Bretaña y Portugal tienen las siguientes escalas de productividad del trabajo para el vino y la ropa, producciones típicas de entonces. 

 

Según Adam Smith, Portugal tiene todas las ventajas de productividad en ambos productos, por lo que se especializaría en los dos (ventaja absoluta) e Inglaterra se quedaría solo con las importaciones de ambos ¿cómo las pagaría? Tendría que establecer barreras comerciales para poder sobrevivir. 

Ricardo lo que quiere demostrar es que la barrera arancelarias son contraproducentes: reducen el bienestar general. Para él lo importante es la ventaja comparativa en cada país. England tiene ventaja comparativa en la ropa sobre el vino (necesita menos cantidad de trabajo), y Portugal, por el contrario, en el vino. 

Si este país se especializa en el vino e England en la ropa, ambos saldrán beneficiados, y el producto "mundial" será el máximo posible. England se ahorraría los 120 trabajadores en vino, que podría aplicar a producir más ropa, parte de la cual exportaría a Portugal. Portugal desplazaría los 90 trabajadores de la ropa a la produccion de vino, por lo que conseguirá más del doble de vino, parte del cual exportaría a England. Por lo tanta, las barreras comerciales impiden maximizar el bienestar de conseguir más con menos trabajo. 

Debe observase que esta teoría tiene la virtud de la sencillez, pero el vició de la simplicidad. Supone, primero, que los factores de producción se mueven dentro de las fronteras de cada país, no internacionalmente (¿ por qué no considera la emigración de trabajadores entre ambos países?), y es demasiado estático: no tiene en cuenta los cambios que se producen en el tiempo, cambios tecnológicos, principalmente. Además, tiene efectos colaterales severos para los países que empiezan a industrializarse, como veremos enseguida. 

Supongamos que el el siglo XIX los países hubieran seguido la teoría de Ricardo, y Portugal  se hubiera especializado en vino e Inglaterra en lana. La súper especialización les hubiera debilitarlo a la larga, porque su oferta hubiera sido limitada a uno o pocos productos, lo que hubiera aumentado la demencia del precio, y hecho más difícil la industrialización, que es un proceso de ampliación continúa de la oferta y de los sectores industriales, una diversificación necesaria para crecer a largo plazo, aunque no cumpla con la ventaja comparativa. En realidad, la ventaja comparativa no es estática: puede modificarse a través del tiempo, por lo que estancarse en una gama de productos limitada es suicida. Es más, la teoría de Ricardo vino a dar márchamo de legitimidad a lo que Inglaterra estaba imponiendo en su colonias, para importar de ellas a precios convenientes lo que la metrópoli quería, y exportarles sus manufacturas. La teoría venía a justificar que la lana de Egipto fuera a Inglaterra, que la convertía en ropa elaborada que exportaba al continente. Eso es lo que Napoleón quiso truncar, dicho sea de paso, invadiendo Egipto y luego declarando el boycot a Inglaterra de los paises europeos que él había conquistado, llamando  de paso a los ingleses "pueblo de tenderos". Bueno, tenderos imperiales, en todo caso. 

En todo caso, desde entonces, un pilar básico de la economía teórica ha sido la ventaja del comercio internacional, en el que el mercado mundial es mucho más competente y productivo que la suma de los mercados nacionales, lo que aumenta el bienestar todos.  

Es posible que esto sea cierto, pero nunca lo podremos comprobar con certeza, porque la globalización que se inició en los ochenta no ha sido nada transparente. En realidad los países que se han beneficiado, como China y otros países emergentes, no han jugado limpio. Han manipulado sus tipos de cambio, y otros instrumentos, como barreras arancelarias contra la productividad de los paises desarrollados. Japón fue el primero en industrializarse mediante la protección, la industrialización con ayudas públicas, y la devaluación artificial de su moneda. Luego fue Corea, y después China. Veamos cómo funciona esto con el ejemplo de China. 

China y su política del yuan explican más de su éxito que la teoría de la ventaja comparativa, que poco ha tenido que ver en su "milagro". Los elementos esenciales del desarrollo chino han sido: estatalización, barreras arancelarias, devaluación. Las primeras se explican por sí solas, ¿cómo  funciona la tercera? 

Una devaluación es "natural" (por un déficit de balanza de pagos) o "artificial" (por intervención con las reservas de divisas). China ha mantenido un tipo de cambio manipulado que le ha permitido conquista los mercados mundiales. Para ello, no hay más que ver la evolución de sus reservas de divisas, en el gráfico. 

 

Al comprar divisas, el banco central las paga con su moneda, el yuan, lo que aumenta su oferta y este se devalúa. ¿Sencillo no? para un país como China sí, pero para un país como EEUU o la UE no, porque rompería un acuerdo de caballeros, o sea, de la OMC. Pero China es Un país de "interés estratégico", además de un cliente cada vez más interesante con 1200 millones de consumidores. Hay que mimarles. 

Lo mismo se puede decir de Corea y su política de "industrialización desede arriba" (chaebol), exactamente como lo había sido la base del desarrollo japonés: industrialización dirigida y devaluación. Supongamos que al abrir las compuertas de los mercados nacionales, en vez de monedas nacionales hubiera habido una moneda única, una especie de Euro. Me temo que la globalización no hubiera sido tan exitosa para los paises asiáticos, sobre todo después de la crisis de 2008. 

Japón en los años setenta, como China en los noventa, invadió y se apoderó de los mercados desarrollados, empezando por EEUU -que desde entonces arrastra un déficit comercial endémico-, no sólo porque aplicaba tecnología importada -a veces plagiada- que aumentaba su productividad, sino porque esa productividad era inflada con la devaluación permanente de sus moneda. Así, los precios internos se mantenían más que competitivos, originando grandes bolsas de excedentes exteriores que luego eran invertidos en los paises conquistados comercialmente. 

Ahora vamos a los efectos demoledores en los paises desarrollados.  Esa hipercompetitividad artificial golpeaba duramente los salarios de los paises invadidos. Al principio era en la base de la escala salarial, pero no tardó mucho en comerse casi toda la escala salarial expuesta a la competencia exterior: no a los abogados, por supuesto. Las profesiones no expuestas a la competencia exterior en realidad se han beneficiado de la globalización, al aumentar sus rentas en términos de poder adquisitivo, gracias a la presión a la baja sobre los precios mundiales, y por ende, de su consumo. Si se venció a la inflación en los años noventa, fue por las oleadas deflacionistas que venían de Asia, a base de productividad inflada (por no hablar de las condiciones legales de trabajo) con devaluaciones. Pero pregunten a un ingeniero que no haya emigrado a esos países.

EEUU absorbió el choque porque su productividad aumentó, lo que sin embargo no se tradujo en un aumento del salario real, 

 

Eso no podía dejar de aumentar las diferencias de rentas entre grupos sociales, a lo que colaboró la desregulación que tuvo lugar al mismo tiempo, y permitió el acceso de las rentas altas a nuevas formas de ahorro inaccesibles a las rentas estancadas por la globalización. 

Así que no sabemos en realidad qué hubiera sido la globalización si hubiera sido transparente. Lo que sabemos es que el tipo de cambio es un instrumento muy poderoso para desarrollar o asfixiar un país, y que los historiadores del futuro tendrán que parase a ver quien fue el idiota que desdeñó esa fuerza del bien y del mal. En todo caso, lo que fue locura es imponer el Euro en el momento en que comenzaba la globalización, porque eso ahondó aún más la herida. 

Además, lo que pasó con esas reservas chinas explica en parte la crisis de 2008: se invertían en dólares, para forzar la debilidad del yuan y mantener la competitividad. Eso entraba en el circuito financiero americano, lo que fortalecía la financiación a la burbuja inmobiliaria. Demasiado dinero para un solo activo, la vivienda... Los movimientos financieros internacionales aumentaron los desequilibrios internos de los paises  como EEUU, lo que incendió la burbuja. 

En suma, fracaso de la globalización, sobre todo de la financiera. Sus efectos sobre el estancamiento-redistribución de la renta explica el malestar que ha suscitado el populismo, es decir, el ahondamiento de la crisis política. 



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