"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

viernes, 9 de septiembre de 2016

Economía realista y Economía académica

La Economía consiste en formular proposiciones lógicas que quieren definir las reacciones de los sujetos a los cambios, y cómo esas reacciones interactúan entre sí. 
Obviamente, el principio de todo es la definición de lo sujetos, lo que se suele reducir a que estos son racionales. Racionales, básicamente, es que miran por su propio interés y actúan en consecuencia. 
Esta primera parte no es problemática, no como lo es la segunda ronda de consecuencias: todos somos racionales, o lo intentamos. Normalmente cometemos errores, lo que es normal. Y aquí se abre un gran interrogante: ¿son esos errores y su intento de corrección consistentes, de manera que que la acción de cada individuo lleva, por acción de la "mano invisible", al mejor resultado para todos, o es al revés? Es decir, cada error lleva a una reacción aún más errónea a nivel individual y colectiva, aunque sea racional, y así se puede producir una cadena de reacciones desastrosa que lleva al colapso. 
Para solventar este embrollo, la economía del Equilibrio General decide que la racionalidad de los sujetos implica la capacidad de resolver el problema intertemporal de manera eficaz, lo cual es suponer, primero, que la mayoría de los sujetos no yerran sistemáticamente para sus intereses en su valoración del futuro, y, segundo, que al no errar en sus intereses aciertan, sin conocerse ni hablar entre ellos, en la solución óptima para el conjunto. 
¿A qué es difícil creer? Pues en eso se basa la economía académica del Equilibrio General, y la economía Austriaca, aunque esta reniega del EG. Reniega pero dice los mismo: que la Economía solo necesita libertad, y que en ese caldo de cultivo, cada productor sólo necesitará conocer los precios del mercado para tomar sus decisiones. Así el precio es el principal vehículo de información o incluso el único necesario, según Hayek. Hayek dice que el gobierno jamás podrá disponer de toda la información diseminada por los mercados - y eso es cierto- sobre todo la información de que dispone un inventor que está a punto de sacar un nuevo producto que, si no hubiera un  mercado libre, no podría sacar: y esto también es verdad. Pero que el gobierno no sepa la información básica que traerá el futuro, no quiere decir que la economía funcione sola, sin muletas. Una cosa es respetar la libertad para los creadores e inventores, y otra decir que los mercados se coordinan todos gracias a la libertad individual. 
El mercado para mí está fuera de toda duda, pero para ello me baso en la experiencia comunista. La gran aportación de marxismo a la humanidad ha sido demostrar el horror que pasa cuando el estado asume todas las funciones individuales: la libertad queda asfixiada, la información concentrada en le gobierno, y el miedo generalizado entre la población, a la que pocos espacios de libertad personal le quedan. 
Pero los fallos de mercado, y sobre todo, los fallos de coordinación de las reacciones de los sujetos a los cambios y la inevitable incertidumbre (ausencia total de información), me dice que la versión liberal-austriaca neoclásica es demasiado optimista. Y ciertamente no desinteresada. 
Los economistas previos a los neoclasicos, es decir, los clasicos, Smith, Ricardo, Jevons, etc, partían de una definición de sujetos bien distinta. Dividían a la sociedad en sectores: los terratenientes, los capitalistas, los trabajadores, cada uno con sus intereses contrapuestos, lo que parecía más realista. 
Keynes acertó al retomar ese punto de partida, y dividir a la sociedad en capitalistas o inversores, rentistas, y trabajadores. Para Keynes los intereses de cada uno de estos grupos no era el mismo, y difícilmente se coordinaba en un resultado común óptimo.
Además, no hay que ser tan igenuo (como Friedman) como para asumir que el único objetivo de la empresa es el beneficio. Para empezar, ¿el beneficio de este año, de los siez siguientes, o de toda la vida empresarial? Después, porque no meter un poco de picante y realismo y asumir que las empresas buscan consolidar y aumentar su posición de mercado, y a ser posible no tener competidores? yo si fuera empresario me interesaría más la seguridad de mi posición de mercado que obtener un gran beneficios compitiendo con otros. Y el que diga lo contrario miente. El que tiene una situación de monopolio "natural" por haber instalado un nuevo invento que aumenta la productividad y expulsa a los competidores, no creo que vaya a regalar la patente para que "se equilibre el mercado". Esto parece más la formulación de un deseo que una propuesta realista. 
Seguro que en la Economía faltan grandes dosis de realismo, irrealismo que se justifica porque al hacer análisis "hay que simplificar", hay que abstraerse y eliminar fardo que confunde e impide llegar a la verdad. Más si de lo que se trata es aplicar una asistí acción matemática que digieren mal algunos realizamos. Pero si esa falta de realismo condiciona el resultado final, y lo condiciona, es mejor volver a empezar, no sobreponer la belleza y complejidad matemática a la eficiencia del resultado. 
La economía debería incorporar otras motivaciones humanas, que no condicen con la meramente crematística. Por ejemplo, para mí tiene un gran atractivo "La Voluntad de Poder" de Nietsze, motivación tan fuerte o más que la económica, y desde luego no enfrentada a ella. 

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