Cada vez es más interesante ver a Rajoy tener que bajar el nivel para componer esa figura de vago despistado, capaz de decir "jo que putada, los del Atlético no podréis ver el partido porque es a la hora del pleno, pero yo al RM sí". Genial. Un crack. El día de su investidura, y pensando en el Real Madrid Alavés. ¿O es postureo? Yo creo que no. Es más, estuvo sereno y tolerante con los demás en el pleno, asistió a las peleas barriobajeras con la serenidad de un dios del Olimpo, porque el RM había ganado 1-4. Eso da mucho sosiego.
De la confusión general, la tragicomedia del PSOE que se destroza a sí mismo a navajazos, lloriqueos y miradas asesinas, los de PI aplaudiendo a un proetarra, y Rufián - ¡ah Rufián, Que figura tan republicana (de la II Rep)! - ... Salió un espectáculo en el que el único que no perdió el nivel fue Rajoy. Se llevaba a su casa la nominación, pero también el 1-4 de Mendizorroza, con un árbitro dicen que madridista más que una toalla. Bueno, es un activo más, al fin los árbitros vuelven a ser del Madrid, aunque no dejan de ser del Barça (Uldiano Mallenco). Todo eso da una gran serenidad para acabar la tarde en la Moncloa, delante de la chimenea, con un cacao calentito.
Ahora bien. Del espectáculo de ayer yo no descarto una degeneración hacia la canalla, y que se oigan cosas gruesas como esa que le espetó la pasionaria a Calvo Sotelo antes de ser asesinado: "ud es la última vez que habla aquí." No creo que los hechos lleguen al nivel de las amenaza, pero encallanamiento, ya lo creo que lo veo venir.
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