"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

sábado, 29 de octubre de 2016

Incertidumbre versus riesgo

 Voltaire:
 «La duda no es una condición agradable, pero la certeza es una condición absurda».

Mervyn King, ex gobernador del Banco de Inglaterra, sobre la diferencia esencial entre riesgo e incertidumbre, en su libro "El fin de la alquimia"

¿Somos realmente capaces de esperar lo inesperado? En 1998, el hedge fund Long-Term Capital Management (LTCM) quebró, a pesar de que su equipo de alta dirección estaba formado por dos premios Nobel de Economía, Myron Scholes y Robert Merton, y un profesional experimentado de los mercados financieros, John Meriwether. Su estrategia, exitosa al principio, fue la de crear un fondo altamente apalancado que comprase grandes cantidades de un activo y vendiera cantidades igualmente grandes de un activo ligeramente distinto (por ejemplo, bonos del Estado de vencimientos ligeramente distintos), con el fin de explotar las anomalías en la formación de precios de esos activos. La rentabilidad en cada transacción era minúscula, pero, realizadas en una escala suficientemente grande, generaban enormes beneficios. La elección de los activos se basaba en análisis estadístico sofisticado de datos de alta frecuencia a lo largo de una década o más. Pero, aunque voluminosos, los datos cubrían tan sólo un período corto de la historia, y, cuando ocurrió un suceso infrecuente pero importante - el incumplimiento y la devaluación rusa en el verano de 1998—, las correlaciones del pasado demostraron ser una guía pobre de las rentabilidades de los activos. LTCM quebró. Su dirección argumentaba, echando la vista atrás y seguramente con razón, que si les hubieran dado suficiente tiempo hubieran sido capaces de reponerse a las pérdidas hasta una posición de patrimonio positivo. Pero, si comienzas con una cartera que vale menos que nada, tienes que convencer a tus acreedores de que te permitan continuar. Como normalmente pasa en esas circunstancias, los acreedores dijeron que no. La lección es que ninguna cantidad de análisis estadístico sofisticado puede compararse a la experiencia histórica de que «las cosas pasan». En el corazón de la macroeconomía moderna se encuentra la misma ilusión de que la incertidumbre puede ser confinada a la manipulación matemática de probabilidades conocidas. El entender y capear los auges y las caídas requiere un enfoque distinto a la hora de pensar sobre la incertidumbre.

La incertidumbre es lo impensable. Es lo que no se puede atar con las técnicas probabilisticas. Es lo que queda fuera del mapa trazado minuciosamente por los genios matemáticos que diseñan los productos financieros. Pero el peso de la incertidumbre no cae nunca sobre ellos. A su favor juega el lema "Too big to fail" demasiado grande para dejarlo caer, porque las consecuencias pueden ser horribles. Así que la incertidumbre recae sobre los contribuyentes. Por eso alegremente ellos, muchas veces, meten de ron son la incertidumbre bajo la etiqueta del riesgo, medido por una probabilidad. Es lo que se llama "ilusión de certeza".
Más adelante, en el mismo libro, 

Los dos tipos de incertidumbre 
A la hora de aceptar un futuro incognoscible, es útil usar la distinción entre riesgo e incertidumbre introducida en 1921 por el economista estadounidense Frank Knight. 146 El riesgo está relacionado con sucesos, como que se produzca un incendio en tu casa, en los que es posible definir con precisión la naturaleza del resultado futuro y asignar una probabilidad a la ocurrencia de ese suceso basándose en la experiencia pasada. Con el riesgo, es entonces posible redactar contratos que pueden definirse en términos de resultados observables y hacer juicios sobre cuánto pagaríamos por tomar un seguro contra ese suceso. Muchos sucesos aleatorios toman la forma de un riesgo, y ése es el motivo de que haya una gran industria suministrando seguros contra incendios, robo, accidentes y muerte. La incertidumbre, en cambio, tiene que ver con sucesos en los que no es posible definir, ni incluso imaginar, todos los escenarios futuros, y a los que, por tanto, no se pueden asignar probabilidades. Las eventualidades así son no asegurables, y muchos sucesos impredecibles adquieren esta forma. Una economía capitalista genera ideas previamente inimaginables, nuevos productos y nuevas tecnologías. Por ejemplo, un amigo decide montar una empresa de software y te pide que seas un inversor. Puede ser posible evaluar el valor del producto de software e imposible asignar probabilidades a su éxito o su fracaso. 

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