"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

martes, 8 de noviembre de 2016

Convulsa España

En "La de los tristes destinos", de Gabriel Tortella, tenemos un brillante artículo sobre lo que parece el destino de España desde hace 200 años. Un destino recurrentemente conflictivo. Sí, España parece haber caído, otra vez, en ese caos político de inestabilidad y conflicto, tras un tránsito de aparente brillantez que parecía traer una nueva aurora. 
La historia de España en esos dos siglos es convulsión, convulsión, convulsión. 
El artículo es brillante, pero yo tengo algunas objeciones. Objeciones que extiendo a toda la casta de historiadores que tienen la sartén por el mango, por así decirlo, y que se niegan en indagar más a fondo en zonas sombrías de nuestra historia, como la infamante II Republica, no tan bonita y buenista como el mantra oficial nos quiere hacer creer. A mí me parece muy bien que el historiador tenga su corazoncito de izquierdas y republicana, pero por eso mismo debería tener una mínima curiosidad por saber de una vez por qué fracasaron las dos Repúblicas, tan honoradas y dejadas al margen de las críticas. Me molesta ese manto de silencio piadoso sobre ese periodo que, si no se ahonda en él, no se entiende la Guerra Civil, a menos que uno intente conectar un cuento de hadas con un cuento de horror sin transición, como que de repente los malos llegan y liquidan a los buenos y establecen un régimen maligno sin miaja de bien alguno. Si se tiene en cuenta que después de ese régimen viene la Transición, y que ésta hubiera sido imposible sin una mínima cohesión social lograda en los años anteriores, algo falla en el esquema pueril oficial de buenos y malos que nos cuentan y nos recuentan todos los días. 
Así que yo creo que sería conveniente limpiar de una vez ese cuento lleno de unicornios que pacen al borde de un río junto a bellas campesinas que tocan el harpa, mientras los hombres y las doncellas bailan agarrados de las manos cantando Aleluyas a la Republica de Azaña, Largo Caballero, Indalecio Prieto, Gil Robles, José Antonio... (en fin, una pesadilla)... y decir la verdad, que se puede leer por ejemplo en Madariaga (republicano antifranquista) o en Arturo Barea (del PSOE), o en los recuerdos y escritos de Josep Pla, y otros autores recientes que han hecho una labor incontrovertible de aportar nuevas pruebas, como Pío Moa. Pío Moa, autor maldito, pero con datos que reclaman una controversia, un debate, al menos. Pero todo esto eso políticamente incorrecto. Y parece que Gabriel Tortella prefiere quedarse a ese lado de la barrera académica, tan cómoda y mayoritaria. Más cómodo apartar con gesto disciplente a la Duda, a las pruebas discutibles, pero no discutidas, y dejar que la vida transcurra entre carguetes y congresos, libros y artículos bien pagados. Una pena. 

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