"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

miércoles, 28 de diciembre de 2016

Bolsa y azar (conjetural)

I’m going to tell you a secret that most of my industry doesn’t want you to know – modern finance is a rip-offCullen Roche 

La Bolsa es un turf. Hay unas acciones que desempeñan el papel que en el turf desempeñan los caballos. Nada más. M Navascués 

En Bolsa, si todos aciertan nadie gana. Si todos apuestan a que la acción A tendrá el precio P en la fecha T, ese será el resultado, y todos habrán acertado, tanto en El mercado principal como en los derivados. Al acertar todos, no hay margen de beneficio para nadie. Alguien tiene que perder para que alguien gane.
Lo que suele pasar es que unos cuantos no aciertan, apuestan por un precio P distinto en T, y eso permite ganar a los que han acertado en su posición compradora o vendedora. Los que han acertado son los que han apostado por un precio que les deja un margen de ganancia. El acierto depende del precio y de la posición de compra o de venta. 
La mejor forma de entenderlo es pensar en un mercado de futuros - que es donde se hacen el grueso de las transacciones -, en el que la gente fija sus apuestas a fechas fijas, comprometiéndose a poner la cuantía de su apuesta, aunque sólo se le exige un margen para operar. 
 Los que han apostado por un precio mayor que P (P+), porque esperan que el precio final sea P++, para ganar la diferencia (P++ - P+) al comprar y vender A, pierden porque han de vender A por P, inferior al que habían apostado, teniendolo que comprar por P+. El que ha apostado comprar A a un precio inferior a P (P-) ha ganado la diferencia con P. Es fácil ver que otras combinaciones configura un mapa distinto de ganadores y perdedores. 

 Posición  P+ (1) P+ (2)  P-  (3)  P- (4)  P
 Compradora Pierde   Gana   Gana frente a (1)
 Vendedora  Gana   Pierde  Gana frente a (4)
      

En realidad toda la operativa financiera no es muy diferente a la de un casino, y las posiciones están marcadas, igual que en él, por el azar. Las técnica usadas por los chartistas y otros brujos no quitan un ápice a ese componente de azar. Es fácil de entender que si todos acertaran, no habría ganancias ni pérdidas. Hay diferencias muy importante con un casino, sin embargo: una es que se pueden corregir posiciones o paliarlas en el mercado de derivados, lo que reduce las pérdidas, pero no aumenta las ganancias. Otra es que en los mercados cuentan más las diferencias, los spread, respecto al precio final, que el error absoluto. Puedes ganar o perder por un estrecho margen seguncual sea el spread de tu apuestao respecto a P. 
Se suele decir que los mercados aportan una gran estabilidad, al permitir cotizar valoraciones distintas de riesgo. Así, los mo aceptantes de risego transfieren éste al que desea a cambio de una posible ganancia. Pero esto se refiere a los individuos. 
 Veamos lo que pasa con el conjunto. La estabilidad del conjunto depende del grado de apalancamiento que cada uno y cada institución acepta. Si un Hedge Fund acepta posiciones apalancadas (que es lo que suelen hacer, por ejemplo su deuda puede llegar a ser igual al 99% de su activo), correrá un gran riesgo en caso de cambio de tendencia inesperado de los precios. Una corrección a la baja le obligará a exigir a sus clientes que pongan más colateral, o a vender activos para cubrirlas; la intensa correlación entre entidades de todo tipo, imprime una aceleración a la bajada de precios de los activos en todas las instituciones. No hace falta que haya pánico para que las cotizaciones sufran grandes correcciones. Entonces suele aparecer lo que, debido a la acentuada asimetría en la información financiera (que no se suele tener en cuenta, o se pretende que organismo como la CNMV son suficientes para corregirlas) que es fruto de falsedades en la contabilización de riesgos, incluso no malintencionadas, debidas al optimismo reinante cuando todo eran ganancias. Esto se multiplica por un factor cuantioso cuando el activo principal se usa de colateral en otras operaciones, o se transfiere en nuevos productos que se supone tan sólidos como los que más. Por ejemplo, la hipoteca se revende a otra institución que la usa de colateral para poder invertir en algo más rentable... de repente, el apalancamiento colectivo se ha multiplicado por un factor cuantioso, y el riesgo de derrumbe ha aumentado. 
Creo que el factor decisivo en los mercados financieros, tanto para los individuos como para el sistema en su conjunto, es la asimetría en la información: los que juegan desde fuera no saben realmente lo que se cuece dentro de las instituciones. No saben realmente el grado de apalancamiento, ni siquiera los reguladores y supervisores especializados. De ahí la tendencia a acumulación de posiciones insostenibles sin que nadie se entere hasta que sea tarde es inevitable. 
Con esto quiero decir que las bolsas son ante todo instituciones donde se practica, antes que nada, la especulación, en las que la inversión a largo plazo en función del valor de una empresa es sencillamente una quimera, porque es imposible conocerla. ¿Quién sabe cuánto valdrá una empresa dentro de dos o cinco años? o 50 años? Sobe todo teniendo en cuenta que las bolsas suben y bajan todos los días al diapasón de la especulación a corto plazo, en la que se invierte mucho más dinero que en La valoración n de fundamentos de tal o cual empresa. A esto hay que añadir las Fugas de información insider, falsa o verdadera, que mueve también mucho dinero a corto plazo. Un buen - o mal soplo - puede mover sensiblemente  la cotización de una empresa o del mercado, incluso lo hace constantemente. Es lo que llaman las news, la información más reciente, que no es más que una fábula que se han inventado los de la Hipótesis de la Perfección de los Mercados, los de la EMH, que nos son más que unos truhanes desalmados. 

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