Los productos que EEUU importa de Méjico sin tarifas arancelarias son muy demandados tanto por el consumidor americano como por las empresas, que encargan fabricar parte de sus imputs a un coste menor al otro lado de la frontera. Ergo, el primer efecto es un encarecimiento de dichos productos y un bajada en la capacidad de compra de los americanos.
Además, es una conculcación de los tratados internaciones, particularmente el NAFTA, tratado de libre comercio del Atlántico Norte, que incluye a Méjico, EEUU, y Canadá. Por lo tanto, la medida no dejaría de tener efectos en Canadá, aunque sólo sea por la interrupción de la cadena de montaje que seguro que se ha formado entre los tres paises, que abarata además el coste en los tres. Esto, antes de que se haya renegociándose el NAFTA, ¿o es una forma de condicionar la negociación onclumplirlo previamente.
El NAFTA, que impulsó Clinton, fue un éxito en sus objetivos de reducir la inmigración ilegal mexicana, al desviar parte de la producción local a México, con costes e producción más baratos, lo que no dejó de mejorar los salarios en México gracias a la mayor demanda de trabajo. De manera que los tres paises se beneficiaron del NAFTA, aunque, por supuesto, algunas franjas de población siempre pierden sí o saben ajustarse a la nueva situación,
Otra ventaja que sacó EEUU es que aumentaron las exportaciones a Méjico, y estas pueden verse seriamente dañadas si Méjico responde con una medida similar - que sería lo más lógico. Nos encontraríamos pues que el intento de que el muro lo pagara México le saldría a EEUU el tiro por la culata. Hay un chiste que circula por ahí: el muro lo levantará Sacyr, Trump pasará la factura a Méjico, que no pagará... con el resultado ya conocido que el gobierno español rescatará a Sacyr y el muro lo pagaremos los españoles...
Bueno, es un chiste. Pero un chiste que ejemplifica que los impuestos no los paga nunca el sujeto pasivo, sino que éste intentará trasladárselo a la parte más débil de su entorno, que generalmente son los asalariados y los consumidores, sin ser conscientes de ello.
Por eso muchos economistas de derechas e izquierdas proponen gravar con el cero% a las empresas, pues siempre van a transferir hacia arriba (consumidores) y o hacia abajo (trabajadores) cualquier impuesto.
La política proteccionista de Trump va a romper todas las cadenas de producción supranacionales, sin fronteras, que han aumentado el empleo y la productividad y han abaratado el coste de la vida. Romper eso no repondrá los empleos perdidos por los que han votado a Trump, y hará perder el suyo a millones de personas en el mundo.
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