"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

miércoles, 22 de marzo de 2017

Una recuperación, algunas amenazas


 El soufflé Trump amenaza con desfondarse. Las bolsas del mundo, empezando con la de EEUU, temblaron porque están empezando a surgir dudas sobre la capacidad de La Casa Blanca para llevar a cabo sus planes habiéndolos aprobar por el Congreso. Dudas que se han visto reforzadas por el revolcón sufrido por la Presidencia en manos de los propios Republicanos en el proyecto de anular la Ley llamada "Obamacare". El dólar también se ha visto afectado, y el reflujo hacia los bonos ha retraído de nuevo el tipo de interés. 
Nadie sabe lo que puede pasar en los próximos meses, incluso semanas, pero los enormes niveles de la Bolsa americana alcanzadas gracias a las promesas de Trump, son definitivamente ajenas a los valores fundamentales. 
Es al menos lo que dice uno de los mayores expertos, Robert Shiller

Robert Shiller, premio Nobel de Economía y profesor de la Universidad de Yale, cree que la Bolsa de EEUU está cara, pero por diversos motivos psicológicos no para de subir, sobre todo por las expectativas fiscales generadas por Donald Trump, presidente de EEUU.

Todos los grandes índices de Wall Street están muy cerca de unos máximos históricos que se han ido superando día tras día en las últimas semanas. Shiller explica que para los inversores resulta muy difícil no subirse a la ola de un mercado que no para de subir, independientemente de que los ratios muestren que las acciones estén caras, explica el profesor en una entrevista con Bloomberg.

El indicador que lleva su nombre, que es el PER (Price Earning Ratio) bursátil corregido de estacionalidad ciclica, indica que La Bolsa está ahora mismo en un tercer máximo histórico, muy cerca del nivel que alcanzó antes de 1929, como se pide ver en el gráfico:

 

Otro indicador - el preferido por Warren Buffet - es el de Total capitalización relativa al PIB. Como nos dice Ambrose Evans-Prichard, esta medida es ya en su máximo histórico, 167%, mucho más alto que el 146% de la burbuja Dot-Com.

"The ratio of total stock market capitalisation to GDP is the best long-term indicator of value. It was roughly 50pc of GDP in the US in the 1980s. It peaked at 146pc in the dotcom bubble. Today it is 167pc. Clearly the air is getting very thin."Ambrose Evans-Prichard

Finalmente, la capitalización de las empresas no financieras en relación a su valor añadido (su contribución al PIB), ofrece un panorama no menos inquietante: El Segundo nivel histórico, no muy alejado del primero del año 2000. 

 

De momento pues, lo que ha conseguido Trump es movilizar la especulación bursátil - que ya de por sí había alcanzado  niveles récords - para luego echar agua al fuego del entusiasmo despertado. Fríamente, ahora se pregunta el especulador lleno de acciones si el nuevo presidente va a poder llevar a cabo las promesas que levantaron su ardor inversor. Y parece ser que no, que será difícil pasar por el Congreso tanto proyecto, por lo que una corrección bursátil es cada vez más probable. 
A más y más, cuando la FED está proyectando dos subidas más de tipos de interés durante el año, justificadas por la visión expresada por la propia Yellen:
 
As I noted on previous occasions, waiting too long to remove accommodation would be unwise, potentially requiring the FOMC to eventually raise rates rapidly, which could risk disrupting financial markets and pushing the economy into recession.

Por otra parte, los analistas no financieros, que (erróneamente) sólo miran los datos de la economía real, siguen anunciando una gran explosión de crecimiento en EEUU y el Europa. Pero Incluso los datos reales están mandando señales preocupantes más allá del comportamiento cíclico a corto plazo. Por ejemplo, en Timothy Taylor, en Conversable Economy, podemos  ver que la inversión  productiva es cada vez más débil, además de que la proporción de inversión neta (es decir, la inversión que supone un incremento neto del capital acumulado) sobre la inversión bruta es cada vez menor, como se puede ver en la siguiente imagen.

 

No sólo la inversión privada flaquea: la inversión pública pública muestra una inquietante caída 

 

Precisamente es la inversión pública lo que iba a relanzar Trump, y eran esas expectativas de un gran tirón de ella lo que había elevado las expectativas de crecimiento. Que no estamos ante un dilema de inversión pública versus privada; el gran destrozo que ha producido la crisis hace que ahora mismo se contemplen ambas cámaras no dos factores complementarios, no excluyentes, de crecimiento. Sin embargo, lo que ve en los,gráficos hace decir a Taylor que: 

The decline in investment is bothersome in a number of ways. Investment in physical capital is one of the factors that over time raises productivity and wages. It's a little troublesome that 80% of gross investment is going to replace old capital, rather than add to the capital stock. And low investment is at the root of concerns about the possibility of "secular stagnation," which is a worry that the economy is headed for a slow-growth future because investment spending is likely to remain low.

En suma, los mercados de capitales han alcanzado un nivel que pre-asume un crecimiento a largo plazo del 5%, algo heroico de admitir, con una productividad que está raspando el 1% anual, si tenemos en cuenta la caída de la población activa. Taylor menciona la hipótesis del estancamiento secular, y su confirmación la hace depender de que la inversión, privada y pública, renazca o no. Las esperanzas de que un renacimiento de la inversión pública prometido por Trump se esfuman. Cuanto más tiempo estemos en este impasse, más peligrosas se volverán las bolsas, hasta el punto, quizás, de que la FED se vea obligada a suavizar su calendario de subidas. 
Todo esto es independiente de los últimos movimientos alcistas de los mercados, que no ayudan a restar precisamente preocupación, pues son los últimos coletazos de la codicia que nunca faltan, mientras se pueda sacar una pizca más de plusvalía. Pero para eso hace falta que los incautos sigan poniendo fichas en la ruleta, algo que se debe más a una irracionalidad impulsiva que un sereno cálculo del valor fundamental de mercado. 
Estamos muy alejados de dicho fundamento, por muy benévolamente que juzguemos la capacidad de visión de futuro de estos especuladores a corto plazo, movidos únicamente por el afán de rebañar los restos. Hasta que un evento no tenido en cuenta, como una subida de tipos, encarezca las posiciones deudoras sobre las que se especula, y como la última gota que hace rebasar el vaso, la corrección vendrá u no será benévola. 


No hay comentarios: