"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

miércoles, 26 de julio de 2017

Alumnos aventajados

Si ser de izquierdas es no jugar en Bolsa, yo soy de izquierdas. Yo jugaría en Bolsa si, solo si, tuviera información privilegiada. No la tengo, ergo no juego. Me paso por el forro todas las teorías que dicen que el mercado es eficiente. El mercado es eficiente para los que tienen ventaja en la información del futuro, o como mucho para los visionarios que aciertan en sus visiones, que en realidad son los grades empresarios como Bill Gates o Amancio Ortega. Pero hay que reconocer que eso no es especular en Bolsa. 
Se sospecha que la izquierda está en horas bajas, que con su esquema simplificado del marxismo han fracasado todas sus predicciones. En realidad los proletarios del mundo que hace treinta años se declararon hartos de ser proletarios, y decidieron tirar por la vía de capitalismo, han salido adelante y se han colocado en una posición más ventajosa que la decadente Europa y la decadente EEUU. Los paises proletarios acaparan cada vez más riqueza y renta. 



Mientras, nosotros, soñamos con recuperar los años sesenta, en los que un obrero era un poderosos ser a través de su sindicato, tenía trabajo y un sueldo real que crecía todos los años, una casa y uno, o dos, coches. La tasa de paro era cosa de la política exactamente nómina, monetaria y fiscal. 
De ahí el Brexit, de ahí Trump: nostalgia de hace cincuenta años. 
En España es distinto. No tenemos nostalgia de los felices noventa, con su olimpiada de Barcelona y la Expo, sino de la republica bananera que fue la segunda República española. Al menos hacia allá lleva el camino trazado por Zapatero (y seguido por Pedro Sánchez), al que Felipe González ha criticado duramente por su papel de traidor en Venezuela, encima llevándose los galones de pacificador. 
Cuando los politicos no tienen poder, quieren perfilar su papel que los historiadores les están haciendo, y quieren un papel lo mejor posible. Una pasión que no se tiene en cuenta en el análisis político es esa: la pasión de pasar a la historia. Se debe a que la gente tiene el erróneo esquema que al ser humano sólo le preocupan los bienes materiales, pero es es falso. Además, cuando ya tiene los bienes materiales deseados, se aburre, y empiezan a pensar en su imagen futura. Bueno, a pensar no, porque hemos dicho que es una pasión, y no piensan con claridad en ella. Actúan impulsados por ella ciegamente, y se entregan a trabajos y viajes penosos para que la impronta sea cuanto más grande mejor. 
Las cosas que ha dicho Felipe de Zapatero son duras, y ciertas, pero tienen el mismo impulso que lo que hace Zapatero en Venezuela: 

"El expresidente del Gobierno Felipe González considera que el diálogo que están llevando a cabo en Venezuela su sucesor José Luis Rodríguez Zapatero y otros expresidentes ha conseguido "lo contrario de lo que se pretendía" y ha tenido como resultado "multiplicar por seis el número de presos políticos, desabastecimiento e inflación infinitamente mayores y en ningún momento se ha devuelto poder a la Asamblea democráticamente elegida". Los presos, ha dicho, han pasado en este último año de 72 a más de 430."

Y, un poco más adelante, 

"A su modo de ver, en Venezuela hay ahora tres opciones: que Maduro cancele la Constituyente, libere a los presos políticos y acceda a negociar un calendario electoral; o que siga adelante y consume su "golpe de Estado continuado" con una Asamblea Constituyente donde "todos los candidatos son suyos" y que ocupará el palacio legislativo desalojando a la Asamblea Nacional.

"La tercera sería que las Fuerzas Armadas, que deben ser "obedientes al mandato constitucional", optaran por la "desobediencia", cosa que, en su opinión, podría estar legitimada dada la situación actual. A su juicio, el poder de Maduro es ahora "que las Fuerzas Armadas lo toleran" pero ya "muchos" piensan que los militares podrían dejar de apoyar unas iniciativas que no son constitucionales.

"En todo caso, ha puntualizado que no cree que la situación legitime una intervención de los militares, sino una desobediencia como está haciendo la fiscal general, Luisa Ortega.

La Constituyente es la 'democracia orgánica de Franco'

"González ha avisado de que la Constituyente que planea Maduro "a lo que más se parece es a la democracia orgánica de Franco; tercio de municipios, tercio de cabeza de familia y tercio de sindicatos" y es "contraria a la propia Constitución bolivariana". Según ha dicho, hay un 90 por ciento de posibilidades de que la presida el expresidente de la Asamblea Nacional Diosdado Cabello, pero también podría hacerlo la esposa de Maduro porque hay una "pequeña lucha" entre ellos.

"En este contexto, ha dicho que le gustaría "que el presidente Maduro comprendiera que en este momento ha convertido a Venezuela, y está a punto de culminar esa faena, en un Estado fallido donde las instituciones no existen, existe un poder dictatorial y arbitrario", sin alimentos y sin seguridad, hasta el punto de que "hay más muertos por habitante en Caracas que en Damasco".

Venezuela es un ejemplo de a dónde lleva la vía marxista. Corea del Sur es el contraejemplo: a dónde lleva la vía capitalista más o menos pura, con sus "Chaebols" más o menos dirigidos por el gobierno. Pero, en renta per capita, netamente superior a la nuestra y la de muchos países europeos.
Los viejos sueños nunca mueren, se renuevan, renacen de sus cenizas. El viejo sueño marxista, hijo del romanticismo de Rousseau; A su vez éste de la herejía pelagiana, esa línea casi recta que enseña que el hombre es bueno por naturaleza, y la civilización lo corrompe... para Marx, una vez eliminados todos los capitalistas, el hombre será feliz en la Tierra. Pero el hombre ha sido más feliz adaptándose a las fuerzas más creativas, más o menos reguladas por la ley. 
El sueño de un equilibrio entre el Capital y el Trabajo gracias a unos sindicatos y una regulación más o menos socialdemócrata, fue una fase histórica que no volverá. Desde luego Trump no nos la devolverá. Murió con la globalización, que llevo El Progreso a las zonas depauperadas del mundo, así que, en buena lógica, los marxistas deberían estar contentos de la subida de esos países no hace tanto hambrientos. La globalización ha traído cosas buenas, pero no para nosotros. 
Tampoco la devolverá Macron, con su mezcla de europeismo y proteccionismo. Estamos en manos de los dioses, y a estos no les gusta la lógica humana. 

3 comentarios:

Enrique dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Jugar en bolsa? No puede haber nada más de izquierdas que esa expresión. Pensar que la bolsa es un casino, donde los pobres infelices van a perder su dinero y los ricachones poderosos bien informados e influyentes en las decisiones hacen fortuna.

He dedicado muchos años a invertir en bolsa, tengo innumerables amigos y colegas que lo hacen (casi todos siguiendo los principios del value investing), ya sea de forma individual o en un gran fondo (como el de Paramés) y dedican (dedicamos) muchas horas y esfuerzo a analizar las inversiones (al igual que nuestros amigos de venture capital o private equity). Todos gente formada, muy inteligente y trabajadora.

Es por el bien de cualquier sociedad que se destierre esa idea de "jugar a la bolsa" y en cambio cunda la formación y se tomen mejores decisiones de inversión (y de fomento del ahorro), que redunden en más flujos de capital hacia la inversión, que mejoren el tejido producto, la creación de empleo y la riqueza.

Cierto es que hay inversores con información privilegiada, pero la mayoría de inversores exitosos no cuentan con ella. Creo que en España tenemos mucha falta de conocimiento (pocos Paramés) y muchos prejuicios. Nos vendría bien aprender de esto de cualquier país rico pero especialmente de EE.UU. y R.U.

La bolsa no es un casino, hay algunos (especuladores, day-traders, cortoplacistas) que la utilizan como tal y al confirmar sus prejuicios, de forma cínica la llaman "casino".

Son los mismos que invierten en bolsa sin planificación ni conocimiento alguno, la llaman casino y desdeñan que pueda haber métodos como los utilizados en Value Investing para invertir de forma sensata y racional.

www.MiguelNavascues.com dijo...

Bueno, habría que hablar largo y tendido de esto, aunque por supuesto lo que digo en mi texto es una butade. Pero no es verdad que, como Keynes (que fue un gran jugador de Bolsa) el resultado de La Bolsa es racional, aunque los jugadores creen que lo es. Pero adolecen de la Falacia de la Composición, que es pensar que porque cada uno es racional, el resultado conjunto lo es.
Grandes crisis bursátiles demuestran que el resultado para el conjunto no tiene nada que ver con la quedo racuonalidad de los jugadores.
No tengo ningún reparo moral que oponer a jugar en Bolsa, pero La Bolsa SÍ es un casino. Lo decía Keynes. Es imposible predecir racionalmente el resultado. Y la valoración objetiva de un acción -si es que tal cosa existe - puede que no se dé única en la realidad más que por fugaces momentos, arrastrado conocí lo es por los movimientos generales.
La Bolsa no se rige por lo que cree cada uno que vale un título o conjunto de ellos, sino por lo que los demás piensan que van a pensar los demás lo que vale o valen. Como decía Keynes, es como un concurso de un periódico sobre cuál es la chica más guapa de una serie de fotos. El premio es jugoso. Por ende, cada uno no votará a la que le gusta más, sino a la que creen que los demás votarán. Desde ese momento, se introduce un sesgo que anula las cábalas más o menos justificadas que han hecho los técnicos y chartistas.
Pero eso sí, hay gente que sale de La Bolsa ganando dinero. Eso no está en contradicción con lo que digo. Otros pierden, quizás la mayoría. Que nadie ose atribuirse el mérito, ha sido suerte o mala suerte. Lo demás es engreimiento, como explica muy bien Taleb en "El Cisne Negro".
E idem para cualquier tipo de activo susceptible de especularse con él.