"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

domingo, 25 de febrero de 2018

Leyes anti discriminación. Empresas al basurero de la historia

Tomo estas palabras del artículo de Jesús Cacho para sacar mis propias conclusiones.

La última amenaza que se cierne sobre la empresa acaba de dar la cara este jueves con la aprobación, en el Congreso de los Diputados, de una tal ley de igualdad retributiva o salarial que, planteada por Unidos Podemos, ha contado con el respaldo de todos los grupos, incluido el sorprendente Ciudadanos, y la abstención del PP. La iniciativa, un atentado a la libertad de empresa y la autonomía del empresario en la toma de decisiones que son de su competencia, implicaría cambios en el Estatuto de los Trabajadores, la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público, la Ley General de la Seguridad Social, y la Ley sobre Infracciones y Sanciones en el Orden Social. Defendida por la portavoz Irene Montero (o Montera), el proyecto de Podemos rivaliza con otro de idéntico tenor presentado por el PSOE, hasta el punto de que los Pablemos, muy ofendidos, han acusado a las huestes de Pedro Sánchez de haberles “copiado”. Se trata de ver quien queda primero en la feria de las vanidades del populismo rampante.

La iniciativa podemita establece que los representantes de los trabajadores tendrán derecho a “tener información en sus nóminas de la retribución media y mediana abonada en la empresa, desglosada por sexo y en atención a la clasificación profesional”, obligación que afectará también a las Administraciones Públicas. Impone a las empresas la realización de auditorías salariales que deberán contener una “evaluación adecuada de los puestos de trabajo, análisis, diagnóstico, actuaciones concretas y monitorización”, con sanciones que en caso de incumplimiento podrían rozar los 200.000 euros. Tanto PSOE como Podemos coinciden en apreciar la concurrencia de “discriminación retributiva, cuando exista una diferencia salarial entre hombres y mujeres superior al 20%”. El proyecto reclama la creación de “unidades especiales” de inspección de trabajo en materia de igualdad de género en cada provincia, fija una serie de “infracciones graves”, y obliga a crear un registro del horario laboral para contabilizar las horas extraordinarias. El trabajador a tiempo parcial, supuestamente ocupado en su mayoría por mujeres, tendrá los mismos derechos que el de tiempo completo. También contempla la creación de una “Dirección General para la Igualdad Retributiva” dentro de la secretaría de Estado de servicios sociales. Entre otras cosas.

Obviamente, es una ley que para cumplirse íntegramente exige la creación de una carísima burocracia tanto dentro como fuera de la emplea. El sector público deberá crear una burocracia interna, para su propios empleados, como externa, para controlar las empresas privadas ¿Cuanto tiempo? Imaginen sobre todo a los millones de empresas pequeñas generando el papeleo necesario, cuando realmente la mayoría de diferencias salariales no son por discriminación. Es un lastre para las empresas grandes, uno más, y “a muerte de las empresas pequeñas. El primer efecto no deseado será que las empresas no contraten a más mujeres, y se quiten de encima las que tiene, por qué serán la fuente de una carga insoportable. El rencor añadido que esto puede producir, si es bien dirigido por los mismos grupos que han hecho el daño, pueden ser origen de más conflictos sociales que son la base de supervivencia de estos grupos. Atentos a la deriva a la izquierda de Ciudadanos. Ellos mismos se están metiendo en una trampa insalvable para cuando gobiernen. Hipotéticamente. 
Y todo esto por una falacia. En la empresa no existe discriminacion por sexo. Hay deferencias salarías, pero se deben a consideraciones económicas, como la productividad. Ahora imaginen a 17 comunidades frotándose las manos por el dinero que van a gastar en legislar lo mismo pero a su medida y aplicar las nuevas disposiciones. Miel sobre hojuelas. 

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