"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

sábado, 29 de septiembre de 2018

Del franquismo a la Transición ¿ Por qué del éxito a la mediocridad?

Encuentro en Roberto Centeno un artículo laudatorio para la economía franquista, que me lleva a reflexionar por qué tantos éxitos indisputables se convirtieron en mediocridad. Yo no estoy de acuerdo con todo lo que dice Centeno, salvo algunos datos incontestables. Lo que quiero demostrar en esta historia es que las instituciones son esenciales para la economía, y que la Transición  no fue capaz de crear instituciones solventes para la economía española. 
Desgraciadamente, las estadísticas y su uso en España, por parte del INE, son deplorables (otra institución que habría que reformar, incluso refundar), y para series largas he de acudir a la FED de Saint Louis (verdadero ejemplo de sistema estadístico de uso fácil),  que tiene los datos de España en dólares, aunque no creo que eso afecte a la valoración final. Me voy a basar en tres variables fundamentales, que son el PIB per capita, el paro y la Balanza de Pagos. 
En el primer gráfico ofrezco la evolución del PIB per capita español desde 1960, cuando empezó realmente la modernización de España, y 2016, es decir, el presente. Lo hago en escala semilogarítmica para que sean más visibles las diferentes fases. 



No quiero con esto meterme en el avispero que el mismo gobierno ha abierto, sobre la denigración absoluta de lo que pasó entonces y el ejercicio realmente de desmemoria histórica, en el que se quiere oscurecer del todo lo que es la historia veraz. Soy demócrata, sin matices; lo que pasa es que yo viví 15 años de franquismo y cuarenta de Transición, y me parece que lo que intenta el gobierno, con el apoyo de separatistas y demás ralea, es dinamitar la memoria de la Transición a través de la desmemoria. Para ello necesita volar muchos puentes entre la Transición y el franquismo, y es en lo que está ahora. Porque la historia es un continuum, y se falsea si se quiere separar la República de la Guerra Civil, ésta del Franquismo, y éste de la Transición. Yo fui, con mis escasas fuerzas, un actor de la Transición. Lo que me molesta ahora es que me quieran robar mi niñez y juventud estos pelanas.
Pero vayamos a los hechos, como dice Centeno en el artículo citado. 
Primero, observarán en el gráfico que hay un tramo bien diferenciado que abarca desde 1960, año de comienzo de la gran Estabilización, a 1975, muerte de Franco y comienzo de la Transición. Es un tramo de quince años de crecimiento brutal del PIB, que se resumen en una tasa anual de avance, según Centeno, del 6,6%. Inaudito en aquellos años (salvo Japón), que llevó la renta per capita española a su máximo nivel comparado con los 6 países más ricos de la CEE, un 83%. Nunca más alcanzamos tal nivel relativo, por lo que se puede decir que los verdaderos años de convergencia económica con la Europa rica fueron esos quince, en los que se duplicó el PIB. Luego hemos bajado al 71%, desgraciadamente, en vez de aproximarnos más. 
En efecto, el segundo tramo que vemos es el de 1975 hasta hoy, cuarenta años en los que se volvió a duplicar el PIB per capita, pero que como es más del doble de largo, representa un crecimiento del 1,5% anual. Una diferencia difícil de ocultar, un fracaso de la economía de la Transición. 

Ahora vayamos a otro dato crucial a largo plazo: el paro. Aquí las evidencias resaltan más. Desgraciadamente, la serie larga disponible en la FED es la  del paro registrado, en la que al contrario que en la EPA, no son fiables los niveles, aunque si las variaciones. El gráfico es sin embargo tan ilustrativo, que casi no hacen falta comentarios,



De 1960 a 1975, el paro era inexistente. Imaginen los incrementos de productividad con un crecimiento del 6,6% y una tasa de paro nula. Desde el comienzo de la Transición,el paro comenzó a subir desbocadamente y ya se mantuvo más o menos en un nivel alto, hasta que llegó la crisis de 2007, y volvió a desbocarse otra vez. Después, hay una cierta corrección a la baja pero insuficiente, durante el gobierno de PP, hasta hoy, en que no podemos tener muchas esperanzas de continuidad, porque las economías europea y española se están desacelerando. 

Bien, hasta ahora hemos visto una diferencia esencial en dos fases sobre el PIB per capita y el paro. Vayamos ahora a la Balanza de Pagos, verdadera obsesión de los economistas de entonces. El gráfico tercero es este saldo exterior por cuenta corriente, donde se ven diferencias abultadas también en esta variable,




Vemos que durante el franquismo, pese a la obsesión (o gracias a ella) por el déficit, éste fue muy pequeño, hasta que llegan los años noventa y hay una desviación importante, luego corregida, y después un desmadre en los años 2000 que es la traducción a divisas de la especulación inmobiliaria con  capital extranjero, hasta que el déficit llega al 10% del PIB. 
Podemos empezar por aquí para explicar los cambios institucionales que describen estas imágenes. 
Primero, en 1959, España hace la operación Estabilización, y entra en el FMI y otras instituciones que determinan los cauces de la Economía Internacional. Ésta fue la base sobre la que se erige el éxito económico de esos quince años. El FMI era un organismo de disciplina y de ayuda a los países para que mantuvieran un equilibrio de BP entre ellos. La disciplina era que no se debía devaluar la moneda de la paridad instituida con el dólar, a menos que las dificultades fueran insoportables. Esto obligaba a controlar la inflación. Entonces, un país como España, cuando no podía controlar su inflación y déficit, acudía al FMI en busca de financiación, a cambio de una devaluación pactada que restablecía, más o menos, el equilibrio o déficit cero de la BP. El FMI era un club de caballeros, unos más respetados que otros, que valoraban si les convenía o no a los socios que un país devaluara y tomara dinero a cambio de una mayor disciplina. Al final, había una paz negociada que, a juzgar por la ausencia durante ese periodo de crisis financieras grandes, fue un sistema que tuvo su mérito. El resultado es que, como se ve en el gráfico, España cumplía a largo plazo, y no había deuda exterior. 
En 1971, por razones ahora orilladas para seguir con nuestro modelo institucional, se rompen los acuerdos que sostenían estas reglas de juego, y los países aceptan la libre flotación de sus monedas. 
Pero en Europa esto se consideraba inaceptable, sobre todo por Alemania, cuya moneda, el marco, tenía tendencia natural a revaluarse periódicamente y comerse la competitividad interna de Alemania.
con los demás países que entonces formaban la CEE.  Luego, a finales de los ochenta se crea el Sistema Monetario Europeo (SME), en el que las monedas tienen una paridad frente al marco con un margen de fluctuación arriba o abajo de +- 2,25%. En 1992, cuando se está cada vez más cerca del Euro, el SME se rompe, y la peseta se devalúa con otras monedas debido al gran endeudamiento alcanzado. Después de restablecerse un equilibrio aparente, entra el euro en 1999, que es mal interpretado por los países: los bancos europeos creen que es definitivo, y se establece una gran corriente de préstamos de los paises del Norte a Sur, que es la financiación de la burbuja en éstos y el gran desequilibrio, que en la crisis está a punto de romper el euro en 1912. No quiero extenderme en esto porque me salgo del camino que me he trazado, que son las desviaciones grave de las instituciones españolas de la Eficiencia Económica. 
¿Cuales son las claves de esa desviación? Uds las saben mejor que yo, aunque hay mucha gente que no quiere verla. España, en la Transición, crea un Estado harto ineficaz, con su disgregación en 17 autonomías sin sentido, que son centros de poder centrífugo que desangra al Estado, entendido éste como servidor de los ciudadanos españoles. Se genera deuda publica y exterior a go-go, hasta los niveles más altos del mundo desarrollado. De repente, cualquier región tiene poder legislativo que anula la legislación central, e incluso quiere sustituirla por otra propia hacia la independencia. Esos 17 aspirantes a estados fracasan y quiebran, por lo que deciden mendigar al Estado Central. Insostenible en el Euro y la UE. 
De modo que ahora tenemos tres centros de poder, a cuál más débil. El de Europa, el Gobierno, y los 17 Reinos de Taifas. Si los dos primeros no logran reconducir al tercero, las Instituciones políticas estallarán por el punto más débil: o el euro, y la UE, o España, o las CCAA, aunque éstas harían un gran bien si devolvieran competencias claves al Estado Central. 
En resumen, la historia es la siguiente: un Estado Central eficiente, con pocos despilfarros y apenas deuda, en un marco de Instituciones Mundiales medio eficaces, consigue unos resultados económicos brillantísimos. La destrucción de esas ventajas innegables y el camino hacia lo opuesto crea la debilidad que se traduce en una dependencia de algo que no existe: un Estado Europeo fuerte. 
Y ahí estamos, “Esperando a Godod”, que nos saque de estas turbulencias creadas por nosotros mismos. Porque otra cosa desalentadora, es que una vez enumerados los problemas, no se puede ver una salida autónoma nuestra. Una vez descentrado el poder y echado a las alcantarillas, es muy difícil que los nuevos Reinos de Taifas voluntariamente se hagan el Hara-kiri, muy difícil. Y que un parlamento cada vez más fragmentado lo recupere. Estas son las instituciones que nos hemos concedido. Hagamos votos para que demos la vuelta.