Dice Rallo que esto no es achacarble ni a Rajoy ni a Sánchez, pero yo sí creo que el estado de opinión de consumidores y empresarios refleja necesariamente el debilitamiento político. No puedo creer que el caos catalán y la inestabilidad de este gobierno no hagan mella en el ánimo de los agentes.
En todo caso, una desaceleración no tendría por qué ser grave, si no fuera porque una serie de factores adicionales van a empeorar las cosas. En particular, la creciente incertidumbre financiera mundial, con especial hincapié en Argentina y Turquía, donde hay gruesos intereses españoles dejan una factura.
Pero la peor amenaza es los planes combinados de Sánchez y Podemos, de aumentar la deuda para frivolidades, si se me permite meter bajo esa etiqueta cosas que para estos señores son fundamentales, como desalojar a Franco.
La deuda española ha aumentado una enormidad con Rajoy, al revés de lo que él ha propagado. La deuda se flujos de fondos, es decir, la que cuadra con los balances de todos los sectores, es del 130% del PIB. Es más, ha sido una causa del fuerte crecimiento español cuando los vientos eran propicios (tipos de interés muy bajos), y ha contribuido al aumento del consumo. Aumentar ahora más aún esas deuda es una frivolidad, porque los tipos de interés van a subir, lo que incrementará inevitablemente la deuda y su servicio.
Probablemente habrá que pensar en que los intereses españoles en Argentina y Turquía afectarán a la tasa de crecimiento de esas empresas, así como a su empleo. La subida del tipo de interés afectará a toda la economía, tanto más cuanto el resto de Europa aguante mejor que nosotros, lo que daria argumentos adicionales al BCE para hacer una política más dura.
El aumento de deuda nos puede colocar en una situación difícil respecto a la UE, que podría obligarnos a restringir gasto y aumentar impuestos Justo cuando la economía enfila hacia el parón.
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