"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

lunes, 9 de marzo de 2020

Olvídense de la bolsa

Ya he explicado en mi anterior artículo que los gobiernos poco pueden hacer para reanimar la economía de catástrofe que se avecina; encima, todas las medidas enfocadas a controlar el virus van a ser nefastas para la actividad económica. Así que los mercados van a sufrir serias bajadas y por mucho tiempo, me temo, pese al optimismo de algunos colaboradores en este magnífico blog de inbestia.
De repente, se han disparado las cifras de afectados y víctimas del virus, lo que ha empezado a incitar a los gobiernos a no quedarse atrás - aunque ya se han rezagado, esperando el santo advenimiento. Ya han empezado a cerrar colegios. Luego vendrán empresas. Luego mercados de bienes y servicios. Dentro de no mucho tiempo, las acciones no valdrán nada. Ríanse de la crisis de Lehman Brothers.
Hay descerebrados que dicen que como ha bajado el petróleo, eso compensa, pues tenemos energía barata. Contesto con un titular del Financial Times, “el descalabro del precio del oil hunde las bolsas”. ¿Será que las bolsas son tontas, o que saben que la demanda de petróleo va a caer a plomo? 
Hace poco he leído en este blog que es el momento de comprar. Eso depende hasta dónde vayan a caer las acciones, cosa que no se sabe. Cualquier empresa sana y capitalizada sufrirá la desventura de las demás. 
Acabo de ver al ministro de Sanidad que al parecer se lo ha tomado en serio, y empieza a hablar de las medidas típicas. Esas medidas, repito, van a ser la puntilla para la economía. No ha otra alternativa. Economía y Coronavirus son dos cosas antagónicas. 
Otros  descerebrados dicen que peores cosas hemos superado, como las guerras mundiales. Si coño, ¡pero a costa de varias generaciones!
Todo se supera, pero no podemos mirar hacia atrás con desdén y minusvalorar el sufrimiento de nuestros antepasados. 

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