"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

domingo, 26 de febrero de 2023

La vieja pasión

El gobierno ha resucitado una vieja pasión española, que es el odio al éxito económico. Primero fue con la excusa de que la “cesta de la compra” se encarecía, y echó la culpa a los grandes empresarios del comercio, como Roig, dueño de Mercadona. Mercadona es una empresa modélica que ofrece bienes de consumo a buen precio. Siempre está innovando su oferta con productos más atractivos. No se conformó con eso, y poco después dictaminó impuestos especiales a la banca, aún desaconsejados por la UE por sus efectos colaterales. 

Luego el gobierno la tomó con un viejo enemigo, Amancio Ortega, que tiene el “defecto” de ser uno de los hombres más ricos del mundo. Amancio, además, ha donado de su bolsillo equipamiento moderno a la Sanidad Pública, y esto no lo puede soportar la izquierda sin cerebro de PSOE, arrastrada de la nariz por Podemos, que berrea en contra de tales formas de empatía Humanitaria,consideradas como hipocresía pura que esconde la Plusvalía que, como todo el mundo sabe, es el arma letal del capitalismo explotador. 

Ya hubieran querido los pobres rusos de la URRS tener un Estado comunista tan explotador como Amancio Ortega, Ana Botín, o el señor Roig. Estos al menos abren todos los días sus tiendas con los estantes llenos de alimentos a elegir. lo que a mí me gustaría es que hubiera el doble de Botines y Roiges que abrieran todos los días, y de de paso ganaran más plusvalía y tuvieran que abrir al día siguiente, como castigo. 

Este odio al éxito empresarial viene de larga data. Es un aspecto cultural que ha estado ahí de siempre. Yo creo que es el mismo odio del pueblo y el clero bajo que obligó a la expulsión de los judíos, que en 1492 eran los que tenían éxito empresarial. Los reyes no querían, pero la iglesia, en fin, el clero envidioso, crearon un arma ideológica tan ruidosa como irresistible ... 

El caso es que este odio ha dejado un resquemor que en la historia de España que ha sido reavivado a conveniencia de tal o cual grupo de interés. El poder ha estado generalmente más interesado en mantener el ruido a un nivel más o menos modulado. 

Ya lo decía Zapatero el felón: “nos conviene crear tensión”. El paradigma de eso fue Fernando VII y su aberrante inquisición, hasta su muerte. En cambio, su abuelo Carlos III fomentó a los Amancio y Botines de la época, aunque no con mucho éxito, pues el tejido social no era lo suficientemente elástico. Seguía siendo una sociedad estamental, mendicante y poco productiva. 


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