"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

lunes, 5 de mayo de 2025

Reforma o ruptura

Lean esta entrevista del historiador Guillermo Cortázar, en la que nos expone los riesgos a los que nos vamos a enfrentar. Yo creo que tiene razón, y también creo que no pinta bien. El sistema democrático ha entrado en crisis, y las dos únicas salida posibles son Reforma o  continuismo y Ruptura. 
La Reforma requiere un consenso de las fuerzas nacionales que apoyen a un presidente que acepte el puesto con la única misión de reformar dos cosas, sobre todo la ley electoral, y luego convoque unas elecciones distintas, en el sentido de corregir la aberración de que dos fuerzas separatistas, antiespañolas, tengan un papel determinante en la política del gobierno. 
Sólo eso sería ya un gran paso, aunque me temo que no decisivo. Primero, la simple enumeración de el “paso” ya sugiere las barreras infranqueables que habrá. Tendría que ser un presidente que acaparara unos poderes excepcionales, aunque transitorios. Las fuerzas mayoritarias apoyarían a tal presidente, por lo cual es de suponer que sería una persona carismática, que cuenta con el apoyo del pueblo, y lo bastante honesto para no buscar continuidad en el cargo (por ejemplo, podría prometer que dimitiría una vez cumplida la misión). 
Esto sería solamente el principio. Habría un objetivo posterior fundamental, que es corregir el régimen autonómico. Un país debe ser mínimamente centralizado Lara ser mínimamente eficaz. Esto sí que exigiría firmeza de amplio grupo de políticos valientes y patriotas, una cosa que hoy no existe ni remotamente. Los políticos “españoles” que nos representan se han acostado con fruición con los nacionalistas, sobre todo el PSOE. Es una larga tradición del PSOE ser traidor sistémico a la nación española. Él fue quien derribó el régimen de la Restauración (1856-1923), y la II República, con ataques sistemáticos a las instituciones del régimen (monarquía, democracia, parlamento), acoso que comenzó casi desde la fundación del PSOE (1879). Corrían aires de fronda por Europa. La revolución, sofocada en un baño de sangre en 1870, en Francia, contaminó su virus a toda Europa. El PSOE se fundó con unos principios marxistas con pleno sentido, defendiendo el derecho a la violencia para conseguir los objetivos. 
Desde los principales del siglo XX, aunque todavía era minoritario, empezó sin recato a debilitar el régimen, ya débil de por sí porque era una democracia fragmentada. El frenesí llegó en plena guerra mundial, 1917, cuando Lenin llegó al poder y aceleró el movimiento revolucionario en Europa. Y no en menor medida en España. Fue el momento de mayor acoso de la Restauración, en el que se juntaron marxistas, anarquistas, republicanos, y los primeros separatistas (herederos del Carlismo, un movimiento que había causado tres crueles guerras civiles en el siglo XIX). Además, estos patibularios se arrejuntaron, como por casualidad, con las juntas militares, especie de sindicato corporativo militar, enemigos del régimen por razones ordinarias y de ascensos. Estos caballeros llegaron a convocar unas Cortes alternativas en Barcelona (Frances Cambó fue el nacionalistas catalán, aunque luego de moderó y hasta apoyó a Franco), con el fin, nada menos, de derribar la monarquía y el régimen. Se convocó una huelga general que dejó varios muertos. 
El movimiento fracasó, pero siguió persiguiendo sus fines por otros medios desastibilizadores, como huelgas, violencia (aquí entran los anarquistas), y política parlamentaria no cooperativa, todo lo contrario. A esto se une el error de la guerra de Marruecos, desde luego indignante, donde morían miles de jóvenes reclutados a la fuerza. En 1923 estaban las cosas tan tirantes que el general Primo de Rivera dio un folpe de estado con el visto bueno del rey. En los primeros años de la dictadura Primo tuvo el acierto de acabar con la guerra de Marruecos. 
Como sabemos el PSOE colaboró con la dictadura y aceptó cargos públicos, lo que le sirvió para sanear su economía y crecer. Luego tuvo un papel decisivo en la república del 1931, se sublevó contra  ella (su propia república, con una Constitución a la carta), y dio un gran impulso, con su sectarismo, a la Guerra Civil (con el argumento de que la guerra abriría la puerta a la dictadura del proletariado)…
Siento este rodeo, tedioso pero necesario,  para explicar que los principales enemigos de la nación española han sido, desde hace más de un siglo, los socialistas y los nacionalistas (antes carlistas). Para empezar, ambos niegan la existencia de dicha nación, que hay que acomodar como sea para que los separatistas se sientan a gusto. Hemos llegado a la perversidad actual que no hace falta describir (lean la entrevista de Córtazar). Estamos gobernados por un desalmado con mala educación, como dice el historiador. Mos hayamos, de nuevo, ante la pesadilla reiterativa de España: camino de un régimen Comunista-Woke, con nacionalismos que se habrán cavado su propia tumba. 
Por eso no soy nada optimista sobre la alternativa de la Reforma democrática: no va a prevalecer. No tendrá suficientes apoyos, ni políticos ni ciudadanos. Somos una sociedad de mediocres vocacionales.

2 comentarios:

Pablo dijo...

Y si ni la reforma ni la ruptura fueran posibles para nosotros, al menos sin intervenir fuerzas externas? Somos un país viejo, corrupto, mediocre (has puesto el dedo en la llaga). Parafraseando al Príncipe de Salina, lo único que los españoles (como los sicilianos) queremos es que no nos despierten. Pero la deuda pública y privada no se van a ir ellas solitas... En unos cuantos años nos tirarán del catre entre órdenes estentóreas en lengua inglesa, alemana y tal vez China. Otro Desastre del 98. Y vuelta a empezar.

www.MiguelNavascues.com dijo...

Desastres? Somos especialistas en eso. No hay interés el pensar en las consecuencias. Tenemos un problema tercermundista de suministro eléctrico y lo tomamos como un aventura. Yo creo que vamos a un tiempo de más y más desastres.