La Revolución francesa fue de esos acontecimientos que marcaron el mundo durante más de un siglo - como lo fue el Imperio Romano durante siglos, o el español y el británico -.
Aparte de las escabechinas de 1789 a 1804, el único que puso orden, por un golpe de estado, fue Napoleón. Pero no se conformó con ser dictador de Francia, invadió Europa y cortó los víveres a Inglaterra, a la que quería someter. No lo logró. En 1815 fue vencido por Wellington en Waterloo, y confinado a la isla de Santa Elena, donde murió.
25 años de guerras y violencias devastadoras, que se han olvidado, pero que debieron ser una pesadilla. Por cierto, la invasión de España por Bonaparte fue una devastación que marcó nuestro futuro. Porque luego llegaron las Guerras carlistas, otra devastación del país y, por ende, del erario público, que para nutrirlo fue necesaria la desamortización de la Iglesia. Nuestro siglo XIX fue heroico, pero una lacra para El Progreso. Llegamos al siglo XX míseros.
De la caída de Napoleón a la Primera Guerra Mundial, Europa gozó de una paz relativa que le permitió el gran desarrollo que las nuevas tecnologías sustentaron, como el ferrocarril, auténtica fuerza de comunicación entre los paises que lo fomentaron, generando una notable integración cultural y social que está muy bien contada en “Los Europeos”, brillante libro de Orlando Fijes, muy recomendable. Es claro que a Europa le sienta bien La Paz. Poco después vino la electricidad, cuyo beneficio se prolongó a lo largo de más de un siglo.
Pero la Paz se acabó después de un Benigno siglo, en 1914. En un ambiente ya caldeado, por una absurda acción terrorista, estalló la IWW. Fue otra devastación, mayor que la de Napoleón. Pero casi peor fue el Tratado de Paz de Paris, en 1919, en la que imperó el deseo de venganza de Francia y el plan de autodeterminación del del Presidente USA, Woodrow Wilson - personaje con alma de pastor -, que fragmentó Europa en mil pedazos tras luchas de independencia cruentísimas. Keynes lo predijo en su libro “Consecuencias económicas de La Paz”, un Bet-seller mundial, en el que explicaba que Alemania y Centroeuropa jamás podrían pagar las indemnizaciones exigidas, se empobrecerían y se incubaría otra guerra. No tardo ni 20 años en cumplirse.
La IIWW la ganaron los aliados occidentales, aunque llamar a la URSS occidental es un oximoron, como se vio el la guerra fría que vino después entre EEUU y URSS.
El caso es que la guerra fría no impidió una Paz general, con pequeñas guerras locales, Paz que permitió un gran avance económico general, con grandes victorias contra el hambre en el mundo, como ejemplo de eficacia de as instituciones y países.
Esta paz, que llamaremos la Pax Americana - pues su gran potencia económica y militar que la protegió -, fue coadyuvante esencial en la Transición española. Es más, el gobierno y la CIA norteamericanos trazaron el plan para que se ejecutara todo lo que sucedió. Más o menos, porque los USA no querían comunistas, aunque se tuvieron que conformar con que no estuvieran en el gobierno. Poco después entró España en la OTAN, con lo que su incardinación en Occidente se hizo más firme, lo que culminó con la entrada en la CEE, hoy UE en 1986, con gran enfado de la URSS.
Por cierto, sería injusto no mencionar la gran aportación cultural americana a través de su sitio libros, su música que rompió moldes, y cómo no, el cine, nuevo arte que EEUU ejecutó con gran maestría.
Todos pensábamos que tanta Paz y excelencia iban a ser eternas. Que la UE iba a ser Papá Noël, pese a que la mayor competencia internacional derivada de la entrada nos costó un paro mínimo del 15%. La cruda realidad es que la entrada de China en el mercado, auspiciada por EEUU como jugada estratégica contra la URSS, en 1972, salió fallida y ahora tenemos que lidiar con la mayor potencia militar, económica, y poblada del Globo, que amenaza con invadir Taiwán e iniciar otra guerra. Gran error de los americanos que creían que vendían progreso y democracia, y China les birló la democracia... y el mercado interno de USA. Los enormes excedentes comerciales de China, logrados con la manipulación del tipo de cambio hiperdevaluado, originó un flujo financiero enorme de China a EEUU, una de las causas de fondo de la crisis de 2008. (Hubo otras causas, pero el inventar productos bancarios vendibles para tantos fondos fue causa importante.)
Este bienestar, que ya tenia signos de acabarse, porque cada vez se le subieron más a las barbas una ristra de países que odian a EEUU, entre ellos china y Rusia, se ha acabado definitivamente. La guerra de Ucrania es el cambio de escenario a un mundo más hostil, incierto y mucho menos productivo. Los mercados se fragmentarán - no habrá un único mercado financiero -, las bolsas no estarán conectadas al instante, como ahora, seremos más aislados y con nivel de vida mucho más bajo. Hay una guerra que ha sido la confirmación del fin de esa Paz relativa que parece la única que se puede conseguir. La guerra de Ucrania es temible porque tiene como fin último la destrucción del “Mundo de ayer”, como diría Stefan Zweig, al menos a tenor de las recientes Palabras de Putin:
Las próximas semanas pueden ser su mejor oportunidad para tratar de obligar a Occidente a sentarse a la mesa en términos estratégicos rusos, asegurando ganancias territoriales en la costa ucraniana del Mar Negro y en el Donbass antes de que la entrega de armas pesadas de la OTAN aumente el costo militar para Rusia. niveles insoportables.
Putin explicó su premisa operativa en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo a fines de junio, calificando la política de sanciones de la UE como un arma de doble filo que haría que Europa perdiera su posición en la economía global y llevaría a un “declive de todo el sistema”. " en los años que vendrán. No dejó dudas de que generar inflación en Occidente es un objetivo primordial.
“Esto agravará los problemas profundamente arraigados de las sociedades europeas. Habrá un mayor crecimiento de la desigualdad, que dividirá aún más sus sociedades. Tal desconexión de la realidad conducirá inevitablemente a un aumento en el populismo y los movimientos extremistas y radicales”, dijo.
El viernes pasado, Putin pareció amartillar el arma por algo más extremo, transmitiendo su propósito en una reunión escenificada con funcionarios: “El uso adicional de sanciones puede conducir a consecuencias aún más graves, sin exagerar, incluso catastróficas, en el mercado energético global. " él dijo. (De un artículo de Ambrose Evans-Pritchard)
Si se sale con la suya Putin, Europa retornará a la Edad Media. Es decir, o mercados, no bancos, usureros, hambre por doquier, e infinidad de productos que ahora vemos naturales - y que nos ofrece la publicidad como algo ecológico-, pues ni ecológico ni ostias: no habrá.
Puede que Putin fantasee, pero no cuando expone sus deseos de poner a Europa patas arriba. Eso no es fantasía. Que lo consiga o no depende de como aguanten la guerra los rusos, y de otras cosas. Puede provocar una IIIWW. Pude que no. Puede que cuando nos tenga exhaustos negocie paz por territorio... ¡negociación que no podremos evitar! Estaremos a los pies de los caballos.
Tras este resumen, puede comprenderse mi mensaje. No hay tendencias, hay rachas imprevisibles. La Geoestrategia es más determinante que un mercado financiero. Niko Garnier cree que las tendencia es indestructible a largo plazo. Sí, pero a largo plazo, estaremos muertos. Y nuestros hijos. Las tendencias no existen más que en series de bolsas, que además no son las mismas empresas ni los mismos inversores, que se van sucediendo adorando al Dios Mammon, muriendo quizás en la pobreza.
Según Garnier (y otros que sólo miran a los mercados financieros, con los que estoy en total desacuerdo),
Mi objetivo es que, si la bolsa nos ofrece esa oportunidad de caer un -60% desde máximos, volveremos a ser agresivos. Es más, si la inflación no baja el ritmo, incluso un -40% ya sería un nivel atractivo para volver. A partir de ahí, veremos rebotes violentos del +50%, lo cual no significa que después no venga otra caída del -60%. Es decir, volatilidad violenta de medio plazo durante una década. Pero teniendo claro que cuando la bolsa cae porcentajes cercanos al -50% desde máximos, tenemos la tendencia de fondo a favor, porque POR DEFINICIÓN, LOS ÍNDICES SUBEN A LARGO PLAZO. En los índices siempre están las empresas ganadoras a largo plazo.
No quiero caer en la ingenuidad alcista de largo plazo ni nada parecido. Lo que quiero decir es que por encima de los miedos de corto plazo y la narrativa negativa que durante siempre parece más inteligente y afirma que la positiva, está la realidad observada los últimos dos siglos. ¿Se acerca el fin del mundo? Quizá, no lo sé. Alguna vez sera asi. Pero apostar por ello, con los datos históricos en la mano, no es lógico, aunque parezca lo contrario cuando vivimos el presente con mucha intensidad.
Ni una palabra de la realidad histórica. Una simple serie de trayectoria bursátil que además hay gente que pone en entredicho (Hueto Noguer). Así cualquier accionista se hace ilusiones que se va a recuperar de sus pérdidas. Serán sus tataranietos. Inviertan en bolsa por otros criterios.