"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

martes, 4 de octubre de 2022

Una Europa (y España) en el alambre

La salvación in extremis del gobierno británico por el Banco de Inglaterra, con cantidades ingentes dinero, no ha sido más que la primera señal de lo que se nos puede venir encima, y no sería imposible ver al BCE actuando así. Esto acabaría vergonzosamente con la lucha contra la inflación - arma letal de Putin, como el anunció, para hundir a Europa. 
En su columna de New York Times, Krugman se pregunta si habrá terminado realmente la era de tipos de interés bajos. En cualquier caso, la fuerte subida de tipos Americanos y del dólar están tocando gravemente a Europa, pues la devaluación del euro hace que la inflación se acelere, y el sistema financiero sufra. Europa tiene muchos puntos débiles, que el BCE ve con preocupación, como la asimetría con que los mercados ven las deudas de los países UE, lo que hace aumentar el diferencial de rendimientos de, por los ejemplo, Italia y España r specto a Alemania. De hecho, Ambrose explica en su gráfico, que pueden ver más adelante, que el BCE está vendiendo deuda alemana para comprar deuda italiana. Unan acción que de persistir y ampliarse podría  acabar con el euro. Todo depende de la confianza de los mercados, que se minando poco a poco.La crisis larvada del banco Credit Suisse es un aviso para otros bancos. Europa esta financieramente en precario, además, el BCE se va a encontrar pronto con la recesión europea en marcha, lo que le obligará a reconsiderar su exigencia antiinflacionista. Putin parece ir perdiendo la guerra en Ucrania, pero ganando la que libra contra Europa 

Ambrose Evans-Pritchard,en el Telegraph (aclaro al lector que Ambrose está quemado con el trato desdeñoso que la prensa continental da a Inglaterra), advierte a Europa, y cito. Trad. de Google:

El Órgano  Europeo de Riesgo Sistémico (ESBR) ha emitido su primera Advertencia General desde la creación del organismo tras la crisis de Lehman, señalando "graves riesgos para la estabilidad financiera". Un tercer facto de riesgo añadido es el fin del ciclo alcista de los inmuebles, que nos hace acércanos más al caso Lehman en 2008. El ESBR dijo que el sistema crediticio de Europa está amenazado desde múltiples direcciones. El shock energético está chocando con un shock de tipos de interés en todo el mundo justo cuando el ciclo inmobiliario europeo tuerce a la baja. “Estos riesgos pueden materializarse simultáneamente, interactuando entre sí y amplificando mutuamente su impacto”, según el ESBR. Michael Wilson, el gurú de la renta variable mundial de Morgan Stanley, dijo que la liquidez mundial ya se ha reducido en 4 billones de dólares desde que alcanzó su punto máximo en marzo (medida en M2 en dólares). Las cifras de dinero están ahora en la “zona de peligro” donde comienzan a ocurrir accidentes financieros. “Así es como empieza”, dijo. La desaparición de la liquidez está disciplinando a cualquier país que se considere que vive por encima de sus posibilidades, razón por la cual fue tan imprudente que Liz Truss presionara su suerte fiscal. Wilson dijo que los alborotos en el mercado de gilts del Reino Unido son “el canario en la mina de carbón”. Otros países serán sancionados a su vez y es posible que otros bancos centrales tengan que intervenir para salvar el día. Europa es la próxima en la línea de castigo del mercado. Una serie de estados EU se enfrentarán a su propio y rudo despertar muy pronto a medida que la liquidez global se agote y las condiciones financieras se endurezcan.
 Los paquetes de rescate de energía son similares en escala. La eurozona está entrando en una recesión que será al menos igual de profunda, si no más profunda que la de Reino Unido. La medida en euros del crecimiento subyacente es actualmente más débil que durante las profundidades de la crisis de la deuda europea hace una década.
El Banco Central Europeo cruzó muchas líneas hace mucho tiempo y ya es un agente fiscal cautivo. Actualmente está comprando bonos italianos a gran escala para evitar que los costos de endeudamiento se salgan de control, a pesar de que la inflación de la eurozona es del 10%.
Véase en el gráfico las compras de deuda Italiana financiadas con ventas de la deuda alemana.
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 El rescate italiano no es una medida de liquidez excepcional in extremis. Equivale a la financiación monetaria continua de un déficit presupuestario. Italia se enfrentaría a una crisis de deuda en toda regla en las circunstancias actuales si el BCE incluso insinuara el retiro de este respaldo. “En lo que respecta al terreno fiscal, la eurozona está mucho peor que el Reino Unido. Italia agotó su espacio fiscal hace mucho tiempo”, dijo Robin Brooks, economista jefe del Instituto de Finanzas Internacionales. Los rendimientos de los bonos a 10 años de Italia aumentaron hasta el 4,9% en medio del contagio del minipresupuesto británico. Desde entonces, han vuelto a caer al 4,2 %, pero esto sigue siendo insostenible para un país que combina un índice de deuda pública del 151 %, un déficit fiscal del 6 % (datos del FMI), un crecimiento crónicamente bajo y una coalición entrante de extrema derecha que hizo campaña en su propia versión de Trussonomics. “Con este nivel de rendimientos, no se necesitaría mucho para meter a Italia en problemas. Los diferenciales ya no son el problema. El nivel de las tasas ya lo es”, dijo Ruben Segura-Cayuela de Bank of America. Advirtió que Giorgia Meloni corre el riesgo de desencadenar una "dinámica peligrosa" si su gobierno se aleja de un compromiso nacional anterior para lograr un superávit presupuestario "primario". Bank of America dice que cualquier paso en falso podría obligar al BCE a activar su nueva herramienta de rescate (TPI) en cuestión de semanas. El círculo vicioso de la eurozona de estados soberanos y bancos comerciales derribándose unos a otros en un vórtice destructivo ha remitido. No se ha ido. El QE del BCE lo ha mantenido vivo. Alentó a los bancos del sur de Europa a comprar la deuda de su propio país para ganar dinero fácil con el carry trade. Ahora se enfrentan a pérdidas de valor de mercado en estas participaciones, lo que pone a prueba los índices de capital.

En España vemos que El gobierno va a actualizar las pensiones por el IPC, una decisión trasnochada que va a aumentar la deuda, que en mis estimaciones, rondará el 151% de PIB (ven mi post reciente). Y seguro que los despropósitos no acaban aquí. Les queda un año para endeudarse más. Y dejar al que venga, a los pies de una intervención o rescate. Esa subida de pensiones tiene toda la pinta de que será revertida, junto a otros ajustes dolorosos.

No hay nada más importante que la Política - nos afecta a todos

Es lo que dice Cayetana Álvarez de Toledo, en un debate en la televisión chilena, en una exhibición de su lúcida madurez. Vean la entrevista en este link
¿Y qué nos importa a nosotros, europeos por encima del bien y del mal, lo que pase en Chile?
Pues lo que pasa en Chile es importante para nosotros, como dicen Cayetana allá.en Chile, inesperadamente, en un referéndum (al que no se debería haber llegado), un gran mayoría ha rechazado una Constitución absolutamente demencial, Constitución que fue diseñada por Boric, su presidente, en una maniobra para excluir de la política la parte más democrática y liberal de Chile. El texto no lo voy a analizar aquí (para el interesado, acudan a las crónicas), pero invito a que oigan el razonamiento impecable de Cayetana sobre la valoración de lo que se (nos) han librado con este rechazo.
Uno de los asesores de Boric, según dice Cayetana, es Pablo Iglesias, y su proyecto huele a ese radicalismo violento que está proyectando este sujeto en España. Luego en algo nos atañe lo que pasa en Chile Cuando está en riesgo de caer bajo una ideología de extrema izquierda.
¿Es importante la Política? Cayetana me ha abierto los ojos. La Política es lo más importante porque es lo que más influye en nuestras vidas. Y es verdad. Algunos quieren creer, y hacernos creer, que podemos vivir a espaldas de la política, que podemos ser felices sin contar cómo se comporte los demás. Esto es unan absoluta falsedad. No somos independientes de los demás, y la Política se encarga de organizar las intrincadas y complejas  relaciones con los demás, por muy autónomos y felices que nos creamos. Díganle eso a los súbditos de Putin, o a los judíos frente a Hitler, a la mayoría de los pueblos que soportan un régimen tiránico. ¿Vas recomendarles que se olviden y que se han felices, cuando para tener agua tienen que arrastrarla en un balde desde una fuente lejana, y cuando hay hambruna, no comen sus hijos? 
De la organización política depende nuestro bienestar personal, no lo duden.
Y en estas horas del mundo, inestable y pendular, que se ha ido a lo más extremo y no queda sitio apenas para la Razón la Libertad (como dice Cayetana), tan parecido a lo que sucedió en los años treinta, estoy de acuerdo con ella en que hay que defender como sea ese espacio político que ha desaparecido. El espacio que durante la segunda mitad del XX vivimos en algunos países llamados Occidente, que ganó la guerra decisiva contra Hitler, representante de todo lo contrario a la civilización. 
Hoy la democracia ha dado acceso al poder en todo el mundo al peor rostro de la tiranía; y en ello no ha influido poco la crisis económica mundial, en la que, reconozcámoslo, los economistas andamos perdidos y sin brújula. Y el horizonte que vemos no es esperanzador. Es como si vislumbráramos que estas crisis parciales que vemos hoy se fueran a convertir en una crisis política y económica universal devastadora. Nadie tiene el poder para enfrentarse a ese fantasma que nos amenaza con los cuatro Jinetes del Apocalipsis. 
La raíz de este mal, ¿está en la política o en la economía? No hay economía aceptable sin un orden político que lo sustente. En es orden político debe haber cabida para los reformistas, pero no para los revolucionarios. Un orden como lo describía Popper, u otros autores que ahora no se leen, están arrumbados en el baúl apolillado.
Siempre ha habido poderosos enemigos de ese orden. Es más, dicho orden, por debilidad, ha abierto la puerta a sus propagadores, y han crecido y se han hecho con el poder en muchos sitios. Y es que hay que reconocer que el orden democrático tiene debilidades, empezando por sus pueblos, reacios y amnésicos para defenderlos cuando es necesario, y incluso dispuestos a votarlos. Si, el orden democrático no ha sido ejemplar, porque ha confundido la defensa y sacrificio con el buenismo, y es que esa debilidad es difícil de enmendar. En todo caso hoy, ese orden ya está asaltado en muchos lugares, que se suman al griterío de sus compinches. Latinoamérica es un buen ejemplo de lo que quiero decir.

lunes, 3 de octubre de 2022

Liz Truss mete la pata y pierde credibilidad

Leer el “Telegraph” en estos días no sé si es un consuelo o una depresión en vena. Gran Bretaña iba mal, pero la esperanza que era Liz Truss al llegar a Premier se ha esfumado como un fuego fatuo.
Su primer movimiento fue presentar un “Mini-budget” que contemplaba la rebaja de impuestos, incluso a las rentas más altas. Esto desencadenó una furia de los mercados que obligó al Banco de Inglaterra a comprar deuda a 30 años para que no se hundieran los fondos de pensiones, tal era la desconfianza furibunda de los mercados a un PTO que no creían sostenible, por disminuir motivos:
Uno, por que no se creen que un país de hoy se pueda acentuar la injusticia social (¿?) sin estallidos sociales - No crean ni por un momento que los inversores se preocupan por ese tema mas que si es por razones de estabilidad social y gobernabilidad.
Dos, porque a la vez que rebajaba los impuestos, el Mini-budget no contemplaba ni amago de reducir los gastos, lo que aumentaban irremisiblemente la deuda pública.
Los mercados - Es decir, los inversores -, vendieron frenéticamente, hicieron caer a la esterlina brutalmente, y como he dicho, forzaron al Banco de Inglaterra, que estaba en plena guerra contra la inflación, a intervenir en sensu contrario y comprar masivamente títulos de Deuda. 
Pero lo malo es que, como dice Evans-Pritchard, el nuevo gobierno ha perdido totalmente su credibilidad, en un momento muy delicado como en los demás países o más. 

La compra de emergencia de gilts por parte del Banco de Inglaterra compra un indulto de trece días con un enorme riesgo institucional.

El rescate fue el último recurso para evitar un ciclo fatal en el sistema de pensiones y el mercado hipotecario de 1 billón de libras esterlinas. No resuelve nada por sí mismo.

El Banco ha sido puesto en la envidiosa posición de tener que agregar estímulos no esterilizados durante una tormenta inflacionaria; o en términos más crudos, es tener que imprimir hasta 5.000 millones de libras esterlinas al día para rescatar la desgracia fiscal de un gobierno ideológico descuidado.

Toda la evidencia es que la Primera Ministra y su círculo íntimo creen que pueden embolsarse esta suspensión de la ejecución y persistir como si nada hubiera cambiado. Tal curso pone a este país en serio peligro.

Los rendimientos de los gilts a cinco años han subido 22 puntos básicos hoy en sus últimas declaraciones. Ya está agotando la magia del Banco.

Los inversores globales aceptan a regañadientes que la intervención del Banco, menos de una semana antes de que comenzara el ajuste cuantitativo, que es exactamente lo contrario, fue para evitar "un riesgo material para la estabilidad financiera del Reino Unido" en un mercado quebrado.

Aceptan que el Banco tuvo que actuar para detener una reacción en cadena Lehmanesca de llamadas de margen en contratos de cobertura de derivados. “No, esto no es QE. Es una medida de liquidez”, dijo Benjamín Nabarro de Citigroup.

Dejarán de ser tan indulgentes si no se resuelve el problema de fondo antes del 14 de octubre y si los acontecimientos obligan al Banco de Inglaterra a seguir blindando el mercado de bonos. Concluirán que ha sucumbido al dominio fiscal al servicio de las políticas peronistas. Eso sería un desarrollo calamitoso.

Lo peor es no reconocer el error, y que los mismos parlamentarios Tories le enmendaran la rebaja fiscal. Humillante y señalando la puerta. 
Gran Bretaña esta muy mal, y quizás sea un consuelo para otros, como nosotros, como nosotros, que vamos igual o peor. A mí no me consuela nada. Prefiero amigos fuertes y llenos de dinero. Si el mercado financiero inglés se va al traste, creo que todo el sistema mundial iría detrás. Un funesto augurio.

Inflación y deuda pública

En septiembre, último dato registrado, el Banco de España da el siguiente resultado para la deuda pública. 

En la columna de la izquierda vemos la deuda pública en relación al PIB, un 154,7%. En la Columna 11 vemos el resultado final después de aplicarle los ajustes permitidos por el Protocolo de Déficit Excesivo de la UE. Algo debe ser falso cuando se pasa de un 154,7% a un 116%. 
Ya lo he Explicado muchas veces. El quid está en la columna 10, que es la rebaja que se le mete al total de deuda, restando un 22,8%, resultado de una serie de conceptos, sobre todo la consolidación de deudas de unas partes de la Administración (CCAA) frente a otras (Administración central, por ej.). Es decir, si la seguridad social tiene en sus activos deuda pública, se cancela. Bueno, lo permite Bruselas, así que... pero que conste, yo no lo compro, porque  dudo que cancelar una deuda del total porque es poseída por una rama del total frente a otra, no obvia que el que el pagador de verdad último es el gobierno. El Gobierno es el titular de la deuda aunque esté depositada en la seguridad social, por ejemplo. O que Madrid tenga en su activo deuda pública, no quita que sigue siendo deuda pública. 
Además, este total no recoge la deuda de empresas públicas, que no es despreciable: está en torno a 40 mm euros. 
El caso es que se ve cómo ha beneficiado al gobierno, pero no a los ciudadanos, la inflación, que tanto daño ha hecho a La economía, ha reducido la deuda/PIB ha bajado de de un 179,7% al 154,7% actual (o en la columna 11, del 125% al 116,%). 
En fin, que las inflación, como decía Keynes, es un impuesto silencioso, que no se vota, pero que al Estado le viene de perlas, porque
- aumenta los ingresos fiscales, más si aumentas los tipos impositivos, como ha hecho.
- aumenta el PIB nominal, es decir, el denominador de la ecuación D/PIBN.
- en consecuencia, reduce el valor de la D/PIBN, pues D no varía. 
Esto es un magro consuelo para el ciudadano. A él no le aumentan las rentas, no en la mismas proporción, por lo que está pagando vía inflación le deuda que él no ha votado. 
En suma, nuestra deuda llegó a un máximo del 179,7% del PIB en el primer trimestre de 2021, y se redujo a 154,7% en septiembre de este año, gracias a una inflación galopante y a un aumento de impuestos.

sábado, 1 de octubre de 2022

Se parece cada vez más a Hitler

Lo que ha hecho Putin al anexionarse tres regiones de Ucrania tras un referéndum de todo menos libre, con sus fusiles vigilando a los votantes, me ha traído de la memoria lo que hizo Hitler con Austria en 1938, y 
Y poco después en el mismo año, tras el Pacto de Múnich de Hitler y Chamberlain (ignominioso), invadiendo los  Sudetes de Checoslovaquia y luego invadiendo Checoslovaquia entera, violando lo que había firmado en Múnich. 
Hablo de memoria, por lo que me puedo equivocar en alguna fecha, pero Putin se está pareciendo cada vez más al personaje más siniestro de la Historia, Hitler, quien con estas acciones desencadenó la IIWW. 
Hay quienes confían en que Occidente y China puedan poner un final a esta cruel guerra negociando; pero eso es lo que intentaba Chamberlain en Múnich, del que volvió a Inglaterra triunfante, orgulloso, diciendo a la multitud “¡os he traído La Paz!”, que es lo que querían oír todos. 
Pero, ¿es posible hoy soñar con un acuerdo de Paz, entre el Tirano Putin y Ucrania, que va a seguir su guerra de Liberación? 
Me temo que es una posibilidad muy remota, a menos que las grandes potencias le obliguen ignominiosamente. Pero hoy por hoy, no veo a Zelenski firmando la rendición.
Churchill le pidió a Chamberlain que no firmara el acuerdo de Múnich, y advirtió: “queréis evitar la guerra vendiendo la honra, y no obtendréis más que la guerra y la deshonra”. (Cito de memoria.)
Desgraciadamente tenía razón. Luego él sustituyó a Chamberlain, y declaró la guerra a Hitler. Logró convencer a su pueblo que se resistía a muerte o Inglaterra se hundía en el mar, aniquilada. A él le debemos que ahora no saludemos el brazo en alto - o el puño en alto, gracias a su amigo Roosevelt. 
Son tiempos malos los que estamos viviendo. La historia, decía Karl Marx, “repite en forma de comedia lo que fue una tragedia”. ¿Será una comedia lo que estamos viviendo, plagiando  malamente lo que fue la tragedia del siglo XX, con cientos de millones de muertos y una o dos generación perdida? 
Ojalá fuera una comedia, pero no será gracias a Putin, que está cumpliendo sus siniestros designios burlándose de nosotros y de las leyes internacionales. Espero con ansiedad despertarme de esta horrenda pesadilla.

viernes, 30 de septiembre de 2022

De nuevo “Pactos de la Moncloa”

Otra vez ha vuelto a surgir la propuesta de uno se nueva “Pactos de la Moncloa”. Esta vez han sido Felipe González y Mariano Rajoy, ambos en el Foro de La Toja.



Estos dos buenos elementos, que tuvieron sus luces y sombras como presidentes del gobierno, ahora jubilados y arropados, hacen propuestas de gobierno que no van a tener ningún eco en el que hay ahora. Porque el que tenemos ahora es, por decisión de su presidente, un gobierno de extrema izquierda, apoyado y condicionado por nacionalistas extremos y por Podemos. ¡Oídos sordos a propuestas de gente de experiencia que merecen ser escuchados!
Por lo demás, no hay un borrador de salida, algo que nos sirva para comentar y analizar. Sólo se desprende (ver referencia) que ambos dirigentes  Piden que se implique el gobierno y sea un verdadero “pacto de rentas” de toda la sociedad, no como siempre de los sindicatos y la patronal.
Creo que la intención es buena, y que si atrajera a la mayoría del pueblo, podría servir para un país que no se distingue mucho por su afición al mercado eficiente; prefiere que le pasen por el lomo una mano sobadora y patriarcal. Precisamente por eso, y porque la crisis es peliaguda y urgente de atajar, puede servir. Es algo que no sirvió en EEUU con Nixon, por ejemplo, y hay otro ejemplos de fracaso pero, en España en 1978, los Pactos de la Moncloa ayudaron a bajar la inflación galopante del 25% causada por la crisis de petróleo. 
Pero los tiempos han cambiado. Las nuevas generaciones son más descreída y menos inocentes, y habrá grupos, como los mencionados, que harán boicot y se opongan a un país estable. Ellos no tienen el objetivo de estabilizar los precios, todo lo contrario. Lenin dijo que para quebrar un país capitalista lo mejor era ahogarle en inflación. ¿Qué mejor que unan buena inflación para acabar con la Constitución y el Rey? Si les dejan lo harían. Por eso boicotearán cualquier intento de arreglar la inflación. 
De todas las medidas anunciadas ninguna sirve para domar la inflación. Subir impuestos para castigar a los ricos, bajarlos para hacer distribución de rentas, no atraerá a la gente para un pacto que al menos dure un año y que se rebajen las expectativas drásticamente y luego que  vuelvan los mercados.
Las fuerzas de hoy eran muy distintas a las de entonces. Las diferencias de renta han aumentado enormemente, la globalización ha dispersados los centros de producción y consumo, ahora es todo más delicado y complicado. 
Si entonces no se podía mantener mucho tiempo un pacto tan delicado, hoy con mucho más razón.
Véase a título de comparación lo que está pasando con las negociacines sobre los miembros del Poder judicial, o cualquier acercamiento entre gobierno y oposición. No hay voluntad. Todos quieren hundir al de enfrenten en las elecciones, España tiene un ciclo electoral cortísimo, y eso les impiden mirar arriba, a otros objetivos.

jueves, 29 de septiembre de 2022

¿Tiene la culpa Lagarde? Error conceptual


Los problemas de hoy y el funesto panorama que adivinamos tienen sus raíces en una colosal crisis de liderazgo a todos los niveles. Nuestros dirigentes manifiestan una confusión desnortada desde hace décadas, y por eso Putin están ganando por goleada en su sueño húmedo de hundir a Europa y occidente.

Vayamos por partes. Es verdad que la Guerra de Ucrania ha disparado la inflación, pero es verdad también que nosotros nos pusimos la soga al cuello cuando nos centramos, todos, en unas consignas ecologistas que, aparte de ser “fake”, o de dudoso rigor, han jugueteado alegremente con lo posible y lo iluso. Eso nos ha llevado a una dependencia energética creciente, con el fin de sustituir la energía posible por una considerada limpia - que no lo es tanto, si nos atenemos a la opinión de muchos observadores y científicos. Además, no parece desprenderse resultados contundentes de las energías limpias. 

En el gráfico adjunto pueden ver que Europa, hasta el año 2000, producía más Gas Natural que Rusia. Al cabo de los años, tiramos la llave al mar, dejamos de producir nuestro propio gas y nos entregamos atados de pies y manos a las importaciones de Rusia, en nombre del santo equilibrio ecológico, como si la Globalización y el libre comercio iban a durar para siempre. No voy a entrar a analizar si es buena o mala la ideología de la Globalización y el Ecologismo, que durante los años dorados eran la única guía económica del Mundo occidental.
(Gráfico tomado de Bjon Lomborg)




Pero resulta que ese mundo era ficticio. El primero en darle la patada fue Trump, rompiendo las reglas comerciales de comercio libre sin proteccionismo arancelario. Luego fue la pandemia, de la que salimos más o menos airosamente, pero luego vino la Guerra de Putin, y nos despertamos de nuestro sueño pacifista y buenita para descubrir que la Geoestrategia existe, que desgraciadamente gobierna todo, incluidas las reglas económicas, que no suelen ser compatibles en algunos contextos.
Como dice Allister Head,

“Durante los últimos 25 años, y especialmente desde la crisis financiera, la economía mundial ha dado un giro desastroso por el que estamos a punto de pagar un precio espantoso. En uno de los errores intelectuales más graves desde el comunismo, muchas de las personas más inteligentes del mundo pensaron que habían descubierto el secreto de la prosperidad perpetua. Olvídese del trabajo duro, la gratificación diferida, abordar los páramos post industriales o ganarse el sustento creando, construyendo y exportando: había una manera más fácil.

“Alentados por los políticos, los bancos centrales mantuvieron las tasas de interés bajas, favorecieron a los prestatarios sobre los ahorradores, imprimieron dinero con abandono y generaron un auge artificial en los precios de la vivienda, las acciones de las empresas tecnológicas, las criptomonedas, los mercados de bonos, el arte y más. Este sucedáneo de "riqueza" estaba destinado a fomentar el gasto y la inversión, los ingresos fiscales financiarían un estado de bienestar generoso, las tasas bajas permitirían aumentar la deuda pública y no habría necesidad de conversaciones difíciles sobre el envejecimiento, la ciencia, los impuestos, la competitividad, los incentivos. o productividad.”

Nuestra Europa se ha despertado de este dulce ensueño, que nos embaucó con el dogma que existe una alternativa energética limpia y barata dispuesta a satisfacernos (como si fuera un maná del cielo), y ha caído en la peor pesadilla. El desastre se va adueñándose a pasos agigantados de nuestras vidas. 
A Putin no le importa la economía. Ha sido incapaz de incorporar su país a la modernidad; tiene una renta per capita mucho menor que la de España, como se ve a continuación.



Pero esto no parece quitarle el sueño  a Putin, no se da por aludido en temas tan prosaicos para él, pues no entran en sus sueños imperiales. 

¿Fue Angela Merkel quien decidió darle a Putin la llave que le permitía el chantaje al que nos somete, con la intención declarada de hundirnos? Puede, pero la responsabilidad es atribuible a todas las instituciones europeas, que fueren contagiadas por esa extraña religión sin Dios que es la teoría del calentamiento por culpa de la acción humana, y que ha llevado a Europa a tomar decisiones suicidas, como desprenderse de su progreso económico.
Porque ahora surgen las críticas contra Lagarde y el BCE, pero Lagarde está al frente de la institución monetaria, y solo tiene poder para gobernar la Demanda de La Zona Euro. Lagarde ha subido los tipos de interés, no mucho la verdad, pero es que venía de un error histórico de tipos de interés negativos, que robaron la solvencia de instituciones financieras como la banca. EEUU dijo entonces que no iba a jugar con tipos de interés negativos, pero no fue escuchado al otro lado del Atlántico. El BCE sí lo hizo, y la subida actual ha contraído bruscamente la demanda, de manera que muchos países están en recesión, incluso Alemania. 
Cierto es que Lagarde ha caído en contradicciones en su última conferencia de prensa (véase recuadro), pues ha dicho que la inflación era cosa del BCE y lo contrario: que es una inflación de materias primas inabordable pero que ella hace lo que tiene que hacer.
Bien, este es el daño a la Demanda, ¿pero, y la Oferta? La inflación surge de la Demanda que crece más que la Oferta, pero se puede remediar aumentando la segunda, aunque haya que reducir la primera. La Oferta sí que puede ser impulsada por el gobierno, y eso sería exigible a las instituciones europeas. Pero la reciente decisión de la Comisión, por boca de su presidenta Van der Leyer, ha sido decepcionante, por usar un eufemismo. Según su estrecha visión de la seudo economía que practica Europa, la crisis energética que nos ha proporcionado el desgobierno de los últimos años (reflejado en el primer gráfico) es una cuestión de contraer la Demanda energética. Nada de aumentar y diversificar la oferta, que sería la única solución duradera, no. Eso sería visto como un ataque al preciado embeleco que todos vivimos, agitar las conciencias dormidas; mejor apretarse el cinturón y decretar, al fin y a la postre, lo que es un racionamiento en toda regla, a la vez que se “topan” (se les pone límite, seguramente en función de la renta)los precios energéticos. Esto de ninguna manera es solución, pues si hay problemas de abastecimiento, no es más que el problema de poner en marcha de nuevo las antiguas fuentes  de energía, y de suspender, por un periodo, las restricciones a fuentes hoy “demonizadas”, como la energía nuclear y el carbón. ¿El carbón? Dio mío, que digo? Pues nada que sea extraño. En Alemania el lignito es la principal fuente energética, como se puede ver en el gráfico de Bjon Lomborg, el “ecologista escéptico”,




Si Alemania hace tal cosa, es para sospechar que las energías renovables no abundan. Ese es el resultado de la política de mercado de derechos de contaminación que tenemos mientras no avance la tecnología. Aparentamos consumir renovables pero es mentira, con unos precios más altos además que los de producción.

En suma, si quiere echar la culpa a alguien del invierno que nos espera, con energía racionada, deuda e inflación, que no señale sólo a Lagarde y al BCE. La causa viene de lejos, básicamente de un error de concepto que atraviesa toda la ineficiente estructura de la UE, que no ha pasado de ser una burocracia supra nacional; también hay que mirar a quien le dio el poder monopolístico a Putin, quien cercenó nuestra propia producción de gas, y quien gestiona los recursos de hoy mediante un expedito racionamiento, que vamos a pagar muy caro. Es verdad, Lagarde parece desorientada, pero no tiene muchas bazas en su mano para cumplir su mandato de  estabilidad de precios. La FED al menos tiene dos mandatos: estabilidad de precios y menor tasa de paro posible. Puede que Powell esté actuando demasiado duro. Pero es que él tiene una tasa de paro del 3,6%. De momento, nada que objetar.

miércoles, 28 de septiembre de 2022

Bajar impuestos SÍ es de derechas

Ahora el PSOE, que teóricamente es un partido socialdemócrata - o al menos eso pretendía Felipe González cuando descolgó el marxismo de su Estatuto, por recomendación de sus padrinos EEUU y W. Brandt- quiere resucitar a Miguel Sebastián, quien inventó la frase “bajar impuestos es de izquierdas”. Una frase que produjo roces en el PSOE, y que al final no concluyó en nada práctico para la economía.
Todo esto viene a cuento de la marejada de derechas que se asoma en Europa, como Meloni en Italia, con la rotunda contraseña de bajar los impuestos social-comunistas que agarrotan a Europa. 
La socialdemocracia nunca, repito, nunca, podrá ser reformadora de impuestos que previamente han subido los gobiernos socialistas. Nunca porque es un oximoron, un contra dios, pues la social democracia lleva en sus genes que hay que hacer Justicia distributiva de rentas vía fiscal, subiendo impuestos a los “ricos” y aumentando el gasto, repito aumentando el gasto social, desde el consumo a la sanidad y la educación. 
En otras palabras, la socialdemocracia cree en el intervencionismo autoritario que dictamine lo que deben consumir las clases bajas, en consumo con en sanidad y educación, a ser posible ofertado por el el estado. Es decir, el socialdemócrata no se conforma con repartir el PIB, también busca dirigir y producir productos considerados de interés social. 
No cree en la oferta privada a la que el sujeto podría acudir con un bono del estado. Por ejemplo, los colegios podrían ser privados pero al alcance de todas las rentas, así como los hospitales, con lo que la oferta sería libre y más eficiente. Pero esto es lo que propugnaría un liberal, dejando que el eficiente  mercado produzca bienes y servicios productivos y que el ciudadano pueda elegir, subvencionado o no, su “cesta” de consumo, ídem para la cesta del “ahorro”. En suma, en este modelo, que podría llamarse social liberal, se respeta hasta cierto punto la libertad individual, la libertad de elegir. Si no me equivoco es lo que propugnaba Milton Friedman, conocido propagandista de derechas.
Es en el modelo que yo creo, pero depende del país y su cultura, su implantación será más o menos difícil. Es llamado en estos contornos modelo de derechas, pero a mí me da igual. Si tengo que ser de derechas, de derechas soy. 
Pero no fascista, porque el fascismo es casi tan intervencionista y dirigista que el socialismo  y el comunismo. Dejando de lado Este fracaso monumental e histórico al que le han nacido millones de nuevos adeptos, los otros dos ofrecen, al menos una sociedad viable, aunque la propia dinámica del socialdemócrata lleva inevitablemente a subir cada vez más la carga fiscal porque su impulso redistribuidor no es estable, avanza sin freno.
El otro, el liberal conservador, tiene un problema inverso, si su afán de bajar los impuestos no es correspondido por uno simétrico de bajar los gastos. Resultado: aumento de la deuda pública. Un ejemplo de esto es EEUU, paraíso fiscal para los impuestos, pero con gastos deficitarios (EEUU no quiere bajar determinados gastos, como los debidos a su primacía militar) que han disparado la deuda. 
Y esto es lo que me temo va a pasar en la Italia de Meloni. Y en España ante la batalla que hay entre CCAA y el gobierno para bajar impuestos sin bajar gastos. Con lo que el gobierno central tendría que ahorrar cada vez más, y recaudar para transferir a las CCAA más recursos, lo que es una locura que ningún gobierno va a ser capaz de cerrar, si no es por la violencia. 
¿Vamos hacia una España federal? En todo caso federal imperfecta, inestable, y de muy difícil de enmienda.

martes, 27 de septiembre de 2022

Economía en el mundo de hoy

Hay muchas clases y escuelas de economistas, pero aquí quiero distinguir entre los que arreglan cosas y los que las estropean. Hay más ejemplos de lo segundo que de lo primero, incluso entre los mejores.
Un ejemplo de lo primero es Mario Draghi, que llegó en 2012 a la presidencia del Banco Central Europeo, en plena crisis del euro, causada por su antecesor Trichet, que el plena recesión y con los mercados de uñas con el euro, puso en peligro la existencia de la moneda europea.
Para ello cometió el inmenso error de subir dos veces los tipos de interés, en 2011 y 2012, lo que hizo dudar a los mercados de la deuda de países más endeudados y subir el diferencial del interés de deuda de estos países - Italia, España, Portugal... - respecto a la deuda emitida por los países centrales - Alemania, Austria Dinamarca,... -. En la imagen se puede  ver como las subidas de los tipos del BCE hicieron dudar a los mercados de la solidez de la solvencia deudas mencionadas, y sus márgenes respecto a Alemania se elevó tendencialmemte.



Las barras verticales indican las fechas en que Trichet aumentó los tipos del BCE, lo que desató el aumento creciente del margen de interés a 10 años de Italia y España. Los especuladores no se hicieron de rogar, apostaron en contra de esas deudas bajo sospecha y contra el euro.
La prensa especializada, como el Economist y otros medios punteros daban por muerto el euro si no ocurría un milagro. 
Trichet dejó su mandato a Draghi, en 2012, quien en unas de sus primeras declaraciones dijo que el BCE haría lo necesario (“What ever it takes”) para salvar el euro, prometiendo que disponía de los medios suficientes para ello... y los medios fueron  lanzar el Quantitative Easing”(QE) que ya había puesto en práctica la FED de Bernanke: comprar en firme (sin pacto de recompra) y sin límite deuda pública, pagadas con dinero líquido que se ponía en circulación, porque el problema básico era la infinita demanda de liquidez por el público bajo pánico. Los bancos centrales hincharon su cartera de deuda pública, y aumentó la liquidez sin tasa.
El pánico causado por la crisis financiera de 2008, había hizo subir la  demanda de tenencias de liquidez y caer la Velocidad de circulación del mismo, que es lo que pasa cuando la gente piensa sólo en obtener líquidez como sea, vendiendo activos en masa y haciendo caer todo su los mercados de activos. Entre los activos ofertados en venta sin límite eran las deudas públicas de los países llamados del Club Med., mientras que la Deuda alemana Mantenía su valor. 
La crisis del 2008 fue bautizada como “The Great Recession”; no por unanimidad, pues hubo muchos que decían era una crisis similar a la del 1929, y que sólo gracias a que la FED habían aprendido la lección, en 2008 se pudo evitar una catástrofe similar, con contracción de los PIB, subidas del paro hasta más allá del 25%, y sobre todo deflación de precios del 30%, que lo enturbiaba todo. 2008 podría haber sido una nueva Depresión del tipo 1929, con consecuencias igual o más funestas.
No todas las escuelas económicas contemplan el problema de la demanda de liquidez y la correspondiente caída de la Velocidad de circulación, con el dinero desaparecido de los mercados y cero transacciones. 
No vamos a entrar aquí en un análisis comparativo entre escuelas. Baste decir que en 1929, la salvación vino por F. D. Roosevelt, que siguió los consejos de Keynes: sacó al dólar del patrón-oro, que estaba constriñendo la oferta de liquidez de la FED, devaluó drásticamente el dólar, más de un 60%, (absurdamente sobrevalorado), lo que inmediatamente relanzó la oferta de liquidez, volvió a subir la velocidad de circulación de ésta, y la actividad económica se puso de nuevo en marcha. 
En 2008, si no se llegó a esos extremos de envilecimiento, fue porque se había aprendido la lección de 1929. Afortunadamente, el Presidente de la FED en 2008, B. Bernanke, era un académico especializado en la depresión del 29, y aunque le costó romper con el escepticismo de su entorno, lanzó el QE y los mercados se estabilizaron. No hubo deflación, la economía se puso a crecer enseguida hasta que el PIB recuperó pronto, en unos meses, el nivel Máximo anterior, y siguió creciendo.
En Europa no se habían aprendido esa lección. Se siguió desdeñando lo que venía del otro lado del charco, Trichet, presidente del BCE, el primero (¿era economista realmente?). Draghi, que venía de trabajar en los mercados financieros de EEUU como dirigente de Goldman Sachs, había oido la copla y se había aprendido la música y la letra.
Hay que reconocer que Draghi tuvo las circunstancias a favor. La economía de la zona Euro estaba debilitada, y no había ningún riesgo de inflación. Por lo tanto, su política de expansión monetaria era lo más adecuado - aunque el BCE mantuvo su objetivo del Máxima inflación del 2% “pero un poco menos” -, pero la verdad es que la inflación estaba muy por debajo, y durante unos años vivimos un periodo de inflación cero o deflación. Pese a ello, fue muy criticado por los economistas de la derecha, que pronosticaban que acabaríamos con una hiperinflación como “Zimbabue”.
De 2008 hasta la Pandemia, vivimos un periodo en el que la maldición era la debilidad económica y la baja inflación, incluso deflación. El BCE y otros Bancos, como el de Suiza, redujeron su tipo de interés por debajo de cero. Volvieron a abrir las compuertas de la expansión del QE, reforzado con la pandemia, que había contraído las economías enormemente, hasta un 15% como se ve en la imagen.



Esto pedía una acción expansiva contundente de los bancos centrales, que se hizo con éxito, como también se ve en el gráfico. Ahora bien, comenzó a manifestarse una inflación de productos básicos, acelerada por la guerra de Ucrania y el boicot de Rusia a sus envíos a Europa de gas natural.
Los bancos centrales, desconcertados, primero dijeron que era un brote inflacionario efímero. Pero dicho brote se aceleró y tomó cuerpo en las expectativas del público, y los BC giraron su política radicalmente, subiendo los tipos de interés a corto y secando la operación de QE. Tuvieron que sacar los viejos manuales, y concienciarse de que el mandato de los BC era una moneda estable: había que erradicar como fuera el foco inflacionista. 



Deflación, y después virulenta inflación. Se empiezan a hacer comparativas con la crisis del petróleo de los setenta, de “stangflation” (Recesión e inflación), se recordó la grave recesión de Volcker, al frente de la FED, para bajar la inflación del 12% al 4%, que “costó” una tasa de paro inasumible... 
Este coste es asumido por Powell, presidente de la FED de hoy que busca sin condiciones bajar la inflación (pese al doble mandato de la FED: estabilidad de precios pero tasa de paro mínima. Powell ha subido el tipo de intervención hasta el 3%,pero el BCE no se ha atrevido a tanto. Solo ha llegado a poner su tipo de intervención en el 1,25%...



Un nivel un tanto ridículo teniendo en cuenta que la inflación ronda el 10%. Y es que Christine Lagarde (y su BCE) tienen un problema. En cuanto anunció que iba a dar prioridad a la inflación, el mercado le mandó un claro mensaje: el diferencial de riesgo de la deuda de algunos países, como Italia, empezaron a subir. Mensaje alarmante porque anunciaba una nueva crisis como la de 2012, la de Trichet. El BCE se reunió de urgencia en julio, y anunció un nuevo instrumento, el TPI, para cortar ese riesgo. El TPI, o “Instrumento anti fragmentación”, pretende impedir que aumenten los diferenciales de interés entre países miembros mediante la compra de la deuda de países con problemas de credibilidad, con el dinero obtenido por el BCE de la amortización de deudas vencidas de otros países y compradas en el pasado por el BCE en la época del QE, que ha dejado en su activo un volumen ingente de deudas de todos los países. ¿Funcionará contra las expectativas de los mercados? Cabe dudar que no sea un mensaje confuso, que se lea que para acabar con la inflación, a la vez hay que inyectar liquidez en varios países.
Lagarde parece estar sobre pasada por los hechos. Ha de recordarse que nada más llegar al cargo, hubo que sofocar un incendio causado por sus declaraciones de que “el BCE no estaba para salvar deudas con problemas”. Rectificó rápidamente, pero dio la señal sé estar atrapada en una trampa.  Sus últimas declaraciones, en la rueda de prensa de la última reunión del Consejo Ejecutivo, son contradictorias y dan la sensación de estar un poco por atrás de los acontecimientos. He aquí un ejemplo: (respuestas de Lagarde a las preguntas de los periodistas en negrita)

 
En diciembre decías que era poco probable que los tipos subieran este año. En junio decías que en julio subirían 25 puntos básicos, y subieron 50 puntos básicos. Y ahora hay que adelantar la subida. Obviamente, como ha dicho antes, no podía prever la guerra en Ucrania, no podía prever el embargo de gas que está ocurriendo, pero sin embargo, ¿está preocupado por la credibilidad del BCE? Porque cada vez se necesita básicamente acelerar.
 
 Sobre la necesidad de acelerar, lo que puedo decirle es que en este momento, con las cifras que tenemos, con la dinámica que vemos, con las fuentes de inflación, con las previsiones que tenemos, estamos decididos a movernos. Y a movernos a este ritmo oportuno al que se refiere la declaración de política monetaria, lo que significa que como nos estamos desviando del objetivo, y con las cifras altas que tenemos actualmente, tenemos que adelantar, como hemos hecho esta vez, y tenemos que seguir subiendo. Esa es nuestra determinación. Sí, hemos tenido que acelerar, porque cuando te enfrentas a nuevos datos, a nuevos análisis, a nuevas previsiones, por supuesto tienes que ajustarte. Creo que nuestra credibilidad se juzgará por el hecho de que volvamos a situar la inflación en el objetivo del 2% a medio plazo, como nos hemos comprometido a hacer.
 
 
Usted ha subrayado anteriormente que la eurozona se encuentra en un lugar diferente al de Estados Unidos. La tasa de inflación de la eurozona está ahora cerca del nivel de Estados Unidos. ¿Significa eso que en realidad están en una situación bastante similar en lo que respecta a la inflación y que la medicina que se necesita es similar?
 
  Si se compara la situación de los Estados Unidos y la de Europa, y en particular en relación con la inflación, la inflación en los Estados Unidos está impulsada en gran medida por la demanda. En la zona del euro está impulsada en gran medida por la oferta. No exclusivamente - también hay una parte de demanda en las fuentes de inflación - pero es predominantemente la oferta. Cuando se observa el mercado de trabajo, que es un fenómeno importante a tener en cuenta, si tenemos un riesgo de mayor escalada de la inflación y el efecto de segunda ronda en particular, vemos un mercado estadounidense que es - algunos de ustedes lo dicen, en realidad - "al rojo vivo", donde la tasa de vacantes a desempleados es de 2 a 1, mientras que, aquí en la zona del euro en general es de 0,3 a 1. Así que para una vacante tenemos tres personas desempleadas. Es una situación ligeramente diferente. Una tercera diferencia es que, claramente, en su senda de normalización y posiblemente de endurecimiento, la Fed parte de una base diferente a la de la zona del euro. Nosotros partimos de territorio negativo, salimos de él y avanzamos en esa senda de normalización. Creo que hay otras múltiples diferencias que podría darles, pero creo que esas son las que más importarán para su análisis de la diferencia en la situación de la inflación que tenemos.
 
¿Es más fácil bajar la inflación que subirla?
 
 El futuro lo dirá, pero lo que puedo asegurar es que estamos decididos a hacerlo. La inflación es un fenómeno terrible, sobre todo para los más desfavorecidos. Creo que todos somos conscientes de ello. Nuestro trabajo es devolver la inflación al 2%, y lo cumpliremos. No debemos esperar, y nadie debe esperar, que la inflación vuelva al 2% en los próximos tres meses. ¿Por qué? Porque hay un desfase entre el momento en que tomamos las decisiones y el momento en que realmente se traduce a través de los canales de transmisión a la economía real. Y también porque sigue siendo un fenómeno predominantemente impulsado por la oferta. No puedo reducir el precio de la energía. No puedo convencer a los grandes actores de este mundo de que reduzcan los precios del gas. No puedo reformar el mercado de la electricidad, y me complace ver que la Comisión Europea está estudiando medidas en este sentido, porque la política monetaria no va a reducir el precio de la energía. La política monetaria contribuirá a reducir las expectativas. Dará una fuerte señal a la gente de que somos serios y de que contribuiremos a reducir la inflación, pero si la causa es predominantemente la oferta y se basa en que los precios de la energía siguen subiendo como un cohete, esto es para que otro haga el trabajo. Pero nosotros haremos el nuestro; haremos nuestro trabajo.
Lagarde deja ver sus contradicciones. Dice que la inflación es de materias primas, por ende no peligrosa, por otra enseña el celo que el BCE va a desplegar. Resalta que Europa está en una situación distinta a EEUU. Si la inflación es sólo de materias primas y transitoria, a qué desplegar la artillería pesada? Además, si EEUU es cíclicamente más acelerado, lo que justifica una política monetaria agresiva, ¿por que el BCE debe endurecerla? En realidad se ven estas declaraciones el reflejo de la contradicción interna del BCE. Contradicción entre su mandato de precios estables, que defiende Alemania: pero que insistir en esto, pone en riesgo el diferencial entre deudas y al euro.
El momento es terriblemente delicado. La economía UE está ya en recesión, y quizás debería entrar en el radar del BCE tenerlo en cuenta. La inflación de productos básicos ya se está desacelerando, y la subida de tipos amenaza con crear una contracción grave. La voz del BCE debería ser firme, pero clara. Y si empiezan a despegarse los diferenciales entre países, el euro entrará en riesgo de implosionar, como en 2012. Lagarde tendrá que elegir entre dos objetivos incompatibles: o la inflación, o el euro. Y ¿En qué bando se posiciona Alemania? Esto da una imagen de un BCE explosivo, mientras la neurótica política energética de la Comisión, sólo basada en el ahorro energético y nada en el aumento de la oferta, no ayuda a un BCE muy frágil.  En suma, como decía Greenspan, hay que hacer una valoración de riesgos. En este caso entre la economía real y continuidad del euro, o entre la dureza de la política antiinflacionista. Ambas serán en poco tiempo incompatibles.


lunes, 26 de septiembre de 2022

Por quién doblan las campanas

La victoria electoral  de Giorgia Meloni es un nuevo aviso a los errores de la burocracia europea, a la acartonada Comisión, al falso y no democrático Parlamento, y al no menos desorientado Banco Central Europeo.
Italia está harta. Está harta de esta Europa, está harta del Euro (que, piensa, la impide crecer dignamente y le hace añorar su Lira, su sueño húmedo con el que tan bien había vivido y crecido desde la postguerra, con su magia, la magia de las devaluaciones). Italia lleva más de una década sin crecer, y su renta per capita cayendo. Italia está harta de las inmigraciones decididas en Bruselas. Viendo los datos, ¿a quien puede extrañar?
¿De quién es la culpa? ¿De los italianos, o de Bruselas, como creen ellos? No lo sé, pero lo que está claro es que los italianos, el alma de Italia, no ha encajado bien en esta burocracia en la que, por cierto, otros países siguen el mismo camino. Compárese el resultado de encajar bien (Irlanda) o no en la burocracia europea, comparación que escuece a los ojos. Irlanda fue un país intervenido después de la crisis de 2008 - Como se ve en la figura.


El mal de Europa, que se va hundiendo poco a poco, incluso Alemania, pese a lo que le ha ayudado el euro lo indecible en sus exportaciones. Alemania entró en el euro, entre otros motivos, para sujetar bien las devaluaciones de los países del Sur. Ha acumulado gran riqueza exterior, pero ahora está tocada. Su producción industrial se ha secado. No tardará  en desencantarse del tinglado.
Europa es socialista, aunque tenga gobiernos de derechas. Ha impedido el desarrollo de las fuerzas económicas naturales de los países que la integran, sustituyéndolas por el dictamen burocrático arbitrario. A su vez, no se ha integrando bien en la Globalización, por culpa de una dirección desastrosa y la ley de minimizar el daño común aunque sea frenando la fuerza de cada uno. Si el tinglado europeo tenía una misión clara, era su engarce en la globalización, pero no lo ha logrado, y ésta se nos ha indigestado.
Soy el primero en reconocer que necesitamos a Europa para estos retos, pero distinta. Menos burocrática, en la que cada país persiga sus objetivos, y una moneda más descentralizada, que no genere los desequilibrios entre unos y otros que amenazan con el estallido del euro. 
La devaluación artificial de la China tantos años nos ha arruinado. La que no ha sabido cómo reaccionar.
Ahora le toca al BCE lidiar con las inevitables fuerzas que van a presionar la deuda italiana. ¿Qué va a hacer Lagarde? Si atiende a Italia con su nuevo artefacto anti fragmentación, adiós a la lucha contra la inflación, lo que a Alemania no le gustará. El euro, tarde o temprano, será cuestionado. 
España no está mucho mejor que Italia. No se refleja todavía en el panorama político, pero se reflejará.

sábado, 24 de septiembre de 2022

Inquietante

Este blog suele tratar de economía, pero he leído una noticia inquietante: Pedro Sánchez ha pedido a los Tribunales una prórroga extraordinaria de la Legislatura, atrasar las elecciones, que debían celebrarse este año, unos meses.
Todo con la excusa de que la infanta Leonor, que debe jurar la Constitución ante las Cortes, no se encuentre con que están cerradas porque hay elecciones. 
Con toda la razón, el juez Francisco Marín ha dictaminado que las Cortes, aún suspendidas por proceso electoral, siguen en funciones hasta que éste culmine y abran las nuevas Cámaras. La Infanta Leonor puede jurar perfectamente cuando cumpla los 18, sin esperar las elecciones, que no interrumpen nada. Estaría bueno que el País estuviera sin Legislatura unos meses por unas elecciones...
Siempre he pensado que este impresentable de presidente de que gozamos buscaría la manera que fuera para prologar su mandato y, de ser posible, dar un golpe de estado indoloro para acabar con el Rey y la Constitución, hijos ambos de una Transición modélica que él y sus compadres del Podemos, Bildu, Catalanistas y demás ralea se quieren cepillar y llegar a la Tercera República. Antecedentes y señales no faltan, sobre todo en intentos de manipulación, logrados o no, del poder Judicial. La dimisión del Juez Lesmes, presidente del Supremo y del CGPJ, es un sombrío aviso para el que no quiera ver.
Lo que seguro se va a cepillar es su partido el PSOE, lo va a dejar para la aniquilación total. No le hace falta ningún partido. Él gobierna con quien le viene en gana, sea Podemos sea Bildu, o ERC, con los que se siente más agusto.
Esto de prorrogar las Cortes es nuevo en España, y no me creo el argumento aducido. Este tío es muy peligroso, y cada día estoy más de acuerdo con el retrato que le hizo Arturo Pérez Reverte hace meses, el el Hormiguero de Antena 3, aquí :


jueves, 22 de septiembre de 2022

Nadie apuesta ya por Suiza

Error. Este blog está mal, culpa mía. El primer gráfico están mal interpretado. Vean comentarios de Yosu y mis respuestas.

Hubo un tiempo ya lejano en el que el franco suizo valía 4,5 dólares. Ahora no llega a 1,5 $/f. 



Qué ha pasado? 
Suiza es una imagen de la decadencia europea, quizás un buen ejemplo de la teoría de Larry Summers de la “Secular Stagnation” o estancamiento secular. Suiza en los últimos años ha coqueteado con la deflación y con los tipos de interés negativos, como puede verse:



Pese a que sigue siendo un receptor de flujos de capital exteriores,
y que otros indicadores de decadencia, como la demografía, no flaquean: su población activa no se ha contraído




Habrá que buscarle una explicación a la caída de Suiza que refleja la depreciación de su divisa, lenta, pero de cuantía acumulada no desdeñable. 
Porque a lo mejor no ha sido un acierto de su banco central subir ahora los tipos de interés: Su tasa de inflación actual es sólo de un 3%, y otras variables, como la deuda pública, o el sector exterior, son envidiables. 
Hoy, el Banco Central ha decidido efectivamente subir sus tipos de interés un 0,5 p.p., abandonando la zona negativa. 
La única razón que veo es que su banca haya tenido problemas con el tipo de interés negativo, que haya estrechado su margen a niveles insostenibles.
En todo caso, ¿Tendrá razón Ambrose Evans-Pritchard al maldecir a los bancos centrales por su dura política? Después de censurar a Powell, gira la mirada hacia Europa y dice: 

El plan declarado del Banco Central Europeo para aumentos sin freno de tipos es aún más cuestionable dado, que la inflación de Europa es causada principalmente por un choque energético externo, más allá de la competencia del banco central. Los altos costos de combustible causan deflación para el resto de la economía.

Deutsche Bank espera que la eurozona se contraiga un 3% durante el invierno, peor que el declive de máximo a mínimo en la crisis de Lehman. Espera que el PIB alemán caiga un 3,4% el próximo año.

Un día, la gente mirará hacia atrás y se preguntará qué poseyó al consejo de gobierno del BCE para seguir apretando fuerte contra esta tormenta. La decisión vivirá en la infamia monetaria junto con el aumento de tasas de Jean-Claude Trichet en julio de 2008, cuando el sistema financiero mundial se desplomaba visiblemente.

Gran Bretaña es un pequeño bote sacudido en estos turbulentos mares. Pero no está indefenso. Si puede evitar el machismo monetario y lanzar su estímulo fiscal temprano, podría sobrevivir a esta recesión global en mejor forma de lo que muchos suponen, y quizás cerca de la cima del G7 por otro año.

La inflación amainará paulatinamente por sí sola en todo el mundo atlántico, sin necesidad de un castigo apaleado por los bancos centrales con malos modelos. La política monetaria de auge y caída es francamente un escándalo.

¿Machismo monetario? No lo sé, francamente. Miramos hacia atrás y solo vemos unan deflación originada por la Gran Recesión, que fue una recesión enorme crisis financiera. Cuando se había salido de ella, se ha convertido en una inflación desbocada con la pandemia y la guerra, y unos tipos de interés negativos que han perjudicado a los márgenes bancarios seriamente. Mientras, las deudas públicas se han desbocado (menos en Suiza, por cierto). Pero no sé si eso justifica para los Bancos centrales sacar a pasear a los perros de presa.
Todo esto da una visión de desconcierto, en la que nadie acierta con las claves. Un loco desde su colina amenaza con apretar el botón nuclear, mientras las economías el mundo entero, China incluida, parecen aviones a punto de perder las alas y estrellarse. 
algunos países, como Reino Unido, están optando por políticas fiscales de bajar impuestos, mientras España va en sentido contrario: subir impuestos, aunque a veces los bajan y luego los suben, que si las grandes fortunas, que si los beneficios logrados con la subida del gas...
En mi opinión, el único campo que queda para estimular las economías, con los bancos centrales ahogados con la inflación es, por el contrario, éste: bajar determinados impuestos, y la presión fiscal en general, para ampliar márgenes de beneficio y de renta estimulando con ello la inversión y el consumo
El aumento del déficit fiscal que conlleva bajar los impuestos sería transitorio, si se acierta con los impuestos recortados, que deben ser los que los que ahogan la productividad marginal del capital. Si el efecto de esta política produce una tasa de crecimiento mayor que el tipo de interés, la ratio de Deuda/PIB bajará. 
Los paises europeos, salvo algunos como Irlanda y Portugal, se ahogan en un nivel impositivo demasiado alto que alienta la fuga de capitales. 
los bancos centrales deben refrenar su instinto asesino, y tener en cuenta que bajar la inflación a costa de la contracción de años, como sucedió en EEUU en los años ochenta, tiene un coste social enorme. 







miércoles, 21 de septiembre de 2022

Carta a Carlos Sánchez (El Confidencial) y a José Luis Escrivá

Carlos Sánchez tiene hoy un artículo en el Confidencial en el que intenta torpedear la sabia decisión de Moreno Bonilla de suprimir los impuestos de Patrimonio y Sucesiones. 
Carlos, con todo el respeto, no tienes razón. 
Por otro lado, yo le daría la razón al ministro Escrivá sobre la recentralización de los impuestos, si no fuera por el gran grano supurante que supone el régimen especial del País Vasco y Navarra: paraísos fiscales camuflados, que nunca van a desaparecer, y que supongo Cataluña aspira a tenerlo. Sí, José Luis: España fiscalmente no es racional. Si no fuera por eso, yo también sería jacobino centralista, pero no es así. Tampoco nos va el federalismo, como demostró la Primera República anarcoide.
Los impuestos que ha erradicado Bonilla en Andalucía van a suponer un flujo de capitales que a Andalucía (y a España, ojo) le vendrá muy bien, como se aprecia si te das una vuelta por, valga el ejemplo, la Costa de Cádiz, con una potencialidad turística enorme, sin explotar por falta de capitales, que la podrían convertir en una nueva Marbella, lo que multiplicaría los ingresos y el empleo. (Naturalmente, no estoy pensando sólo en el turismo, sino en cualquier forma empresarial. Ni solo estoy hablando de Cádiz.)
Esos impuestos, Patrimonio y Sucesiones, como dice muy bien Bonilla, tienen escaso valor recaudatorio, y su eliminación multiplica ese escaso valor por mil. Es un trasvase de iniciativa pública sin sentido a una potencial iniciativa privada que beneficia, no sólo a Andalucía, sino a toda España. 
España necesita, en contra de lo que ustedes proponen, señor Carlos, señor Escrivá crecer, y crecer en productividad. No en distribución, sino en productividad. La productividad genera por sí sola un efecto redistributivo. En Andalucía con más razón, pues es la región con mayor tasa de paro en España.
Que curioso es pasear por Cádiz, o sus pueblos, y no ver ni a un mendigo, con la cantidad de paro que hay. Fenómeno curioso que a mí se me ocurre relacionar con la cantidad de subvenciones al consumo que recibe y la cantidad de gente que vive de eso ¡por eso no protestan contra el paro!
En Madrid, suelo ir a tomar el aperitivo a un bar del barrio, y suelen salirme al paso cinco o seis mendigos mínimo. ¿Cómo, me digo si Madrid es la primera o segunda ciudad, y de las primera de Europa, en renta per capita? Por eso; la riqueza de Madrid, que se basa en la imposición baja, atrae a la gente mendicante, inmigrantes y & co. En Andalucía no hace falta pedir limosna: te la proporciona el estado sin mover un dedo.
Sí, soy jacobino racionalista, o me gustaría serlo, pero España no lo es, y yo me adapto a la España que conozco, y cuya alma ya vagaba por los Episodios Nacionales del gran Galdós, o las novelas del no menos grande Pio Baroja. Somos así, señoras, señores; no somos racionalistas, no vaya a ser que nos pongan a pensar, y eso da dolor de cabeza. Hay que aceptar donde uno ha nacido sin intentar enmendarlo bravamente, jacobinisticamemte. No somos Francia, por suerte o desgracia. Francia es un país de naturaleza y constitución genética jacobina, y por eso el citoyen que la habita acepta que la presión fiscal sea superior al 50% de su renta. Aquí ardería Troya. 

Debemos aceptar que aquí hubo una primera República desastrosa, en la que Cartagena le declaró la guerra a Alicante... y una Segunda que no fue menos desastrosa. No nos gustan ni las Repúblicas  “sinalagmaticas” (de Pi y Margall) “ni las jacobinas. 
Que no se repitan, y que se enmiende de una vez, esa afrenta de los conciertos Vasco/Navarro, o cállense para siempre.



martes, 20 de septiembre de 2022

Demos un voto de confianza a Liz Truss

Liz Truss está haciendo campaña pregubernamental valiente, y a mí me gusta a lo que suena. Otra cosa es que pueda desarrollar sus promesas. Desde la retirada de Margaret Thatcher, los conservadores se han puesto de rodillas ante la ideología de moda, buscando más las políticas de distribución e impuestos altos, de dirigismo desde el poder, y desdeñando el crecimiento y la productividad. Por fin una voz que defiende que el crecimiento beneficia a todos, incluidos los sectores de más renta. 
 
En el Telegraph de hoy, podemos leer:

A medida que la "política normal" volvió tras el fin del período de duelo nacional por la Reina, las palabras de la Sra. Truss, pronunciadas después de su llegada a Nueva York antes de la Asamblea General de la ONU, marcaron una ruptura total con décadas de política conservadora y retórica centradas en sobre la redistribución de la riqueza. En cambio, el enfoque ahora está firmemente en "hacer crecer el pastel".

La carrera por el liderazgo tory fue una batalla de ideas. Y a medida que el ajetreo y el bullicio de la diplomacia vuelven a la vida, Truss espera que su conservadurismo de impuestos bajos triunfe en dos luchas más amplias: contra la perspectiva de una recesión y en las próximas elecciones.

“Deberíamos establecer nuestra política fiscal sobre la base de lo que ayudará a nuestro país a tener éxito. 

La Primera Ministra confirmó a la BBC que su gobierno revertirá el aumento de las cuotas de la Seguridad Social y eliminará el aumento previsto del impuesto de sociedades.

Qué va a darnos esa economía que beneficia a todos en nuestro país? Lo que no acepto es la idea de que los recortes de impuestos para las empresas no ayudan a la gente en general”.
“Siempre trabajaré para asegurarme de que estamos ayudando a quienes están luchando”, dijo.
“Lo que sabemos es que las personas con ingresos más altos generalmente pagan más impuestos, por lo que cuando se reducen los impuestos, a menudo hay un beneficio desproporcionado porque, en primer lugar, esas personas pagan más impuestos.”

Reconociendo que habría un "beneficio desproporcionado" para las partes más ricas de la sociedad a raíz de sus recortes de impuestos planificados, que se confirmarán esta semana, Liz Truss insistió en que sus políticas, no obstante, "ayudarían a la gente en general" y enfatizó que su Gobierno buscará el crecimiento.


Lo que el público puede pensar de medidas como el recorte de impuestos de los bancos no le quitará el sueño a la nueva ocupante del número 10, ya que reveló que estaba preparada para ser impopular, con tal de lograr los resultados por los que espera ser juzgada favorablemente.
Con todo, no podemos pensar tan pesimistas como los anti Brexit, que pintan a la economía británica con tintes catastróficos. Como se pierde ver en el gráfico, su trayectoria alcista ha sufrido una crisis coyuntural,



Pero tiene todavía una tasa de paro bajísima. Eso sí, su renta per capita se ha estancado con la pandemia.
Tiene, como nosotros, una deuda pública alta, pero manejable por su independencia monetaria - deuda que ciertamente condiciona las intenciones de bajar los impuestos de Liz Truss. Pero si el resultado es más crecimiento, la deuda/PIB podría bajar. 





Inflación, dinero y déficit fiscal

Desde algunos centros de opiniones se suele achacar la inflación actual a la política monetaria expansiva contra la recesión del Covid 19, pero nadie o pocos han cuestionado la ultra expansiva política fiscal que se puso en marcha.
En la FED de Saint Louis hay un 
documento de trabajo muy interesante que demuestra el efecto inflacionista que tuvo esta política de déficit y deuda, que además ahora hay que pagar. en el se concluye que 

En este shock, la mayoría de los gobiernos de las economías avanzadas inyectaron grandes cantidades de gasto en la economía. Esta política logró impulsar el consumo, lo que, junto con una oferta relativamente inelástica, puede haber provocado cuellos de botella en la cadena de suministro y tensiones en los precios. Este análisis sugiere un papel potencialmente considerable a al papel que la política fiscal puede haber jugado en la contribución a las presiones al alza de los precios.

Sin embargo, también se debe reconocer el papel positivo desempeñado por el generoso apoyo del gobierno durante esta crisis sin precedentes. El gran gasto apoyó un fuerte repunte económico, con una recuperación del PIB y del empleo a un ritmo notable, lo que probablemente evitó peores resultados a pesar de las presiones de precios que pueden haber resultado del gasto.

Este párrafo resume lo que hubiera sido estrictamente una política avalada por Keynes, basado en su opinión escéptica de que la expansión monetaria, por sí sola, fuera suficiente cuando el shock contractivo ha sido demasiado fuerte. 
La política deficitaria de los gobiernos se puede ver en el gráfico, para España y EEUU. (Los datos para la zona euro están muy atrasados. Los de España también, que a finales de este año estarán a la altura de EEUU.)



Hay una diferencia esencial entre EEUU y España: mientras Joe Biden determinó esta política fiscal expansiva con el propósito de impulsar la demanda, en España no ha habido diseño expreso de ello, salvo continuo anuncio de gastos cuyo sentido es muchas veces dudoso, y subida de impuestos directamente inflacionistas. 
Los efectos inflacionistas han sido claros en todo caso. Que no se pueda deslindar el efecto monetario del fiscal no empece que se vea que, probablemente, el impulso fiscal fue excesivo, mientras que ahora se le pide a los bancos centrales respectivos que hagan frente solos a la inflación.
Dichos bancos centrales efectivamente han reaccionado subiendo sus tipos de interés de intervención en el interbancario, como se puede ver aquí,



Ciertamente con mayor contundencia por parte de la FED que del BCE, consiguiendo moderar su tasa anual de IPC, mientras que la de España ha superado el 10%.



Sin embargo, hemos de reconocer que, por su parte, el gobierno ha colaborado bien poco, con su gasto público disparado y su política energética, a moderar la inflación.
En todo caso, hay que partir de la base de que el aumento de deuda monetizada potencia los efectos expansivos sobre la demanda. La política monetaria expansiva fue necesaria. Si se hubieran confiado a la política fiscal, hubiera sido un desastre porque los tipos de interés hubieran subido. 
Una política fiscal menos agresiva, y dirigida a los sectores más afectados por el Covid, hubiera tenido más sentido. 

sábado, 17 de septiembre de 2022

España. Oferta monetaria y precios

En el Banco de España hay un artículo interesante - sobre todo porque recurre a series históricas largas -, que quiere demostrar que la relación entre oferta monetaria y precios es muy estrecha, por lo que la cantidad de dinero sería neutra respecto al PIB real. Es curioso, porque al principio analiza las distintas teorías monetarias que han estado vigentes durante más de un siglo - todas parten de la identidad cuantitativa M*V = P*T -, y el trabajo conduce a la conclusión de que la teoría de los clásicos es la que prevalece empíricamente: la cantidad de dinero no tiene efectos reales, es decir, sobre el PIB real, y sólo tiene efecto sobre el nivel de los precios. Por lo tanto, Keynes estaba equivocado cuando decía que la demanda de saldos monetarios producían desequilibrios y aumento del paro, y aumentar la cantidad de dinero por el Banco Central no ayudaba a combatir la insuficiencia de la demanda real ni el empleo.
A bote pronto, esto choca con lo que vemos en el gráfico, donde se representa la oferta monetaria M2 de EEUU (azul), el PIB nominal (rojo) y el deflactor del PIB nominal (verde), aplicado el cual obtendríamos el PIB real. 


En el gráfico vemos que a simple vista la relación estrecha es entre la cantidad de dinero y el PIB nominal (PIBN), y no entre ésta y el deflactor de precios, por lo cual si que parece que hay efectos reales en la cantidad de dinero, como aventuró Keynes.

Este trabajo puede no ser casual, de hecho, creo que no lo es. Es una conclusión muy Ad Hoc con los tiempos monetaristas en que se construía el euro y el dogma imperante era que el banco central sólo debería ocuparse de la estabilidad de precios. Fueron los tiempos del predominio de la doctrina de Lucas y las Expectativas Racionales, bajo cuyo prisma el dinero no podía tener efectos reales porque la gente aprendería a saber que sólo afectan a los precios, y entonces ante un aumento de M, solo aumentaría P sin efectos en la economía real. Robert Lucas, cuya obsesión era destrozar el keynesianismo, fue perdiendo fulgor (sobre todo a partir de la crisis de 2008),  pero la economía dominante sigue siendo básicamente anti keynesiana (y puede decirse también anti Friedmaniana), y pro equilibrio automático y estable alcanzado solo a través del mercado.
Keynes revolucionó la teoría monetaria al postular esto: la demanda de dinero no es inerte, sino sensible a las expectativas de los sucesos reales. El dinero demandado no es un saldo pasivo que la gente retiene en función de sus necesidades líquidas. El dinero es único activo plenamente líquido (su mayor atractivo), que tiene una utilidad especulativa, y la demanda de dinero no es sólo sensible al tipo de interés (de manera que aumenta cuando baja el tipo), sino también a la incertidumbre y sus expectativas. Una mala cosecha, o una guerra, o una pandemia, por ejemplo, aumentan la demanda de dinero, cae la velocidad de circulación (V) del mismo, y ciertamente cae la demanda real, el nivel de producción, y aumenta el paro. 
En suma, Keynes no creía que pudiera existir el equilibrio general sin paro de manera autónoma. Había factores que inducían expectativas de incertidumbre de los beneficios esperados (productividad marginal del capital) que hacían caer la inversión y el empleo, sin que los movimientos de tipos de interés pudieran restablecer, por mucho que bajaran, la inversión suficiente para el pleno empleo. 
Lástima que no dispongamos de las series estadísticas del gráfico para España, pero seguro que daría un resultado similar. En todo caso, los astutos autores del artículo dicen en sus conclusiones, entre otras cosas,

 Los resultados indican el cumplimiento parcial de la teoría para el muy largo plazo. La producción ejerce la influencia predicha sobre los precios, con un valor unitario negativo, tal y como vaticina la teoría. Respecto a la masa monetaria, los coeficientes de la M2 son cercanos a la unidad, con valores básicamente situados entre 0,8 y 0,9. Esto indicaría el traslado mayoritario del incremento del dinero a los precios, aunque no en su totalidad. En concreto, como mínimo un 80 % de los incrementos de la masa monetaria se trasladó a los precios, y un 20 % como máximo (en el peor de los casos) habría que expli- carlo por otras variables, entre las que incluiríamos el tipo de interés, los cambios tecno- lógicos, la apertura al exterior, etc. Justamente el hecho de que las estimaciones de tales coeficientes queden ligeramente por debajo de la unidad daría un cierto margen de ma- niobra a otros aspectos de la economía, en especial a los tipos de interés, como instru- mento de política monetaria a la hora de incidir sobre los precios. Por su parte, los ajustes en el corto plazo siguieron esta línea, dado que ponen de manifiesto que incrementos de la M2 se traducen en incrementos parciales de los precios. En definitiva, el control de la masa monetaria no se revelaría como una estrategia totalmente efectiva para controlar los precios. Lo que sí es seguro es que, siguiendo a Granger, la relación en el largo plazo opera de la masa monetaria a los precios.

Unas conclusiones, como dije antes, Ad Hoc y casi teledirigidas a consagrar el dogma de BCE y naturalmente, del Banco e España. 
En otras palabras, según el trabajo lindamente presentado, la oferta monetaria no tiene efectos reales, su influencia es principalmente en los precios, gracias a unas técnicas econométricas que sólo sirven para demostrar una total ignorancia, pero que cumplen su función para las que se crearon: engañar al profano o al convencido de antemano. En esto, como en otra serie cosas, estoy de acuerdo con Larry Summers, la econometría nunca ha demostrado nada. Si quieres que diga una cosa, la dice, como la Summa Teológica de santo Tomás. 
El dinero, como decían Keynes, tiene efectos reales, y así se demuestra en la historia de la crisis de 1929, que fue una gran deflación mundial iniciada en EEUU, como expuso Friedman & co en su “Historia monetaria de EEUU”. (No vamos a entrar en detalle en la disquisición entre Keynes y los monetaristas sobre si es insuficiente aumentar la oferta monetaria, o no, para volver al equilibrio y pleno empleo.)

Para Keynes no había tipos de interés de equilibrio con pleno empleo, pues el tipo de interés no iguala el ahorro y la inversión.

Una aclaración: que Keynes estableciera que el dinero tenía efectos reales si se le apoyaba con políticas fiscales deficitarias no es aceptar la estúpida creencia de que el dinero “no sirve para nada”, que es inútil intentar corregir la recesión con un aumento de la liquidez. En realidad, esto es una versión superficial de los keynesianos de la segunda generación, que tergiversaron el mensaje de Keynes diciendo que lo único eficaz es la política fiscal, posición que predominó en las dos primeras décadas de la post guerra. Así, se han visto políticas fiscales expansivas sin coordinar con una política monetaria, lo que hacía subir los tipos de interés mientras el PIB se contraía. keynes nunca dijo que la política monetaria no servía para nada; lo que dijo es que “puedes llevar al caballo al abrevadero, pero si no quiere beber...” es decir, que la política fiscal era un acicate añadido a la demanda cuando el shock que había hundido a la economía la gente no dejaba de atesorar liquidez. 


jueves, 15 de septiembre de 2022

El dólar y la inversión

El dólar ha interrumpido brevemente su ascenso imparable, aunque debemos pensar que continuará. Las variables que afectan al tipo de cambio son demasiado numerosas como para construir una hipótesis predictiva fiable, y además, hay veces que el signo de una de las variables influyentes cambian de positiva a negativo. 
Por su volumen, no debemos centrarnos en el saldo  exterior de la balanza por cuenta corriente (comercio principalmente); sería muy fácil que el tipo de cambio se plegara al signo deficitario o superavitario comecrial, depreciándose cuando conviene corregir un déficit excesivo y al revés.
Es más, muchas veces esta cifra “juega en contra”, y un deficit excesivo hace subir a la moneda en razón del volumen de capitales entrantes que financian ese déficit.
La balanza financiera es mucho más voluminosa y activa que la balanza de operaciones corrientes, y se puede decir que “domina” los movimientos del tipo de cambio a corto y largo plazo.
En el gráfico pueden ver la interesante relación a largo plazo entre el tipo de cambio ponderado del dólar y la inversión fija en capital productivo, una relación que tiene una explicación fácil si no se fijamos en el papel de la inversión en una serie de mercados. 



Primero, la inversión en capital fijo no residencial (es decir, de empresas en capital fijo y tecnológico), exige cuantiosa financiación, que se logra mediante la emisión de acciones, bonos, o crédito bancario, sea banco nacional o extranjero; y dependiendo  de la confianza en la solvencia del país, este capital se logrará fácilmente en el exterior, si hay países en donde el diferencial de interés juega a favor del país inversor.
Hay que tener en cuenta que s involucran muchos mercados, cada uno con su especialidad, mercados spot o a futuros, bancarios o no, donde los tipos de interés y las cotizaciones de derivados se combinan para dar la mayor satisfacción posible a inversores y prestamistas. Todo esto mueve miles de millones, quizás cientos de miles, de dinero diariamente alrededor del mundo. 
En estos momentos, en la economía USA, como se ve en el gráfico, está creciendo la inversión empresarial, lo que efectivamente exige financiación y moviliza la balanza financiera, ya sea por inversión directa en el capital de la empresa (acciones), ya sea por medio de renta fija o crédito (avalado o garantizado), o mediante la compra/venra de producto derivados relativos al resultado empresarial... de lo cual hay mil formas de logralo.
A todo esto, está fuerte entrada de capital inversor puede star asociado a un déficit por cuánta corriente porque la demanda total interna esté fuerte, el paro este bajo por el empleo generado por la inversión, y el consumo acorde con el aumento de las rentas.
Por eso cuando un país tiene un aumento de la demanda interna, que provoca un déficit exterior notable, ve que su moneda se aprecia, lo cual agudiza el déficit exterior. Esto sería preocupante sólo en caso de que la demanda interna provoque un aumento de la inflación que de nuevo empeore el déficit exterior, con todos los efectos a que lleva la inflación. 
En todo caso, nada es eterno. Un país con desequilibrios serios, como una inflación galopante, no mantendrá la confianza de los ahorradores exteriores, que empezarán a exigir más tipo de interés por sus aportaciones: la bolsa bajaría, el efecto-renta de esto enfriaría el consumo, y por ello la inversión. El tipo de cambio se depreciaría.
Sin embargo, estos ciclos son muy largos, como se puede ver en Cotizalia, hay factores no cuantificables que influyen sin duda, en este caso como la confianza extra que hay en la economía EEUU, que sigue creciendo, tiene el paro muy bajo y está subiendo los tipos de interés, es decir, la rentabilidad de la inversión. Mirando a otros paraísos posibles, tal como están Europa t China, no hay comparación.