"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

domingo, 31 de octubre de 2021

La verdad escueta. Viento de cola

El PP se cree, y Aznar se pavonea, de que la llegada del PP al gobierno en 1994 fue lo que puso en pie la economía española y la llevó a su más espléndida gloria. Falso. Aznar llegó al poder cuando el gobierno de Felipe González había llevado a un impasse a la economía por su desastrosa política de déficit y deuda, que se había elevado a niveles que generaban una enorme desconfianza en la entrada de España en el euro, lo que a su vez elevó los tipos de interés internos a cotas imposibles para los inversores españoles. La peseta empezó a sufrir presiones devaluatorias irresistibles, que provocaron tres devaluaciones que se pueden apreciar en la línea azul del gráfico (eje de la derecha).




Aunque esté en pesetas/dólar, es patente que la peseta se devaluó de 90 ptas/$ a 180ptas/$, y empezó a hacerlo unos pocos meses a que llegara Aznar a la Moncloa, lo que fue un empujón, imprevisto por el nuevo presidente, para sus intenciones de subir el PIB (como se ve e la línea roja) y reducir la ratio deuda/PIB. 
Aznar, por lo tanto, se encontró beneficiado, sin hacer nada, por una devaluación que enderezó el déficit exterior, y que despertó más confianza en los inversores extranjeros y que impulsó el crecimiento. A este respecto, la política de Europa cada vez más convincente de que se haría un euro amplio y España entraría en él, amplió aún más la confianza exterior, lo que se notó en una bajada de tipos de interés más que notable, como se aprecia en la línea azul de gráfico siguiente, bajando el tipo a 10 años del 10% al 4% rápidamente.



Esto, obviamente, fue un factor adicional de confianza, inversión y crecimiento. Pero no fue una cosa que estaba en manos de Aznar, quien poco antes de ganar las elecciones se mostró escéptico respecto al euro. 
Una decisión positiva que si tomó fue liquidar empresas públicas, lo que supuso un aumento de los ingresos no impositivos, permitiendo empezar su mandato con una bajada de impuestos. Pero no fue tan decisivo como la fuerte devaluación y la caída del tipo de interés, variables más relevantes de la macroeconomía. 
Aznar cosechó, por lo tanto, siembra propia y ajena - que sin duda ees lo mínimo que se le puede pedir a un mandatario. Luego la propaganda, como sucede siempre en política, tapó las imperfecciones y dejó brillar los resultados con luz propia, como haría todo partido. 
Con esto no quiero alejar el voto del PP, sino sólo señalar que en política no luce la verdad escueta. El PSOE tuvo que cargar con el desprestigio de tres devaluaciones, de las que se benefició el PP con grandes ganancias. A eso de le llama viento de cola.

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