Tres cifras clave. Primero, nuestra economía no ha crecido. El producto interior bruto (PIB) per cápita en 13 años —desde el pico anterior a la crisis en 2007 hasta el pico prepandemia, en 2019— aumentó de media un 0,3% anual. En los 13 años que hay entre los dos picos, no crecimos prácticamente nada.En segundo lugar, seguimos sin invertir en innovación, uno de los retrasos claves de España. Estamos en el mismo grupo en el que se encuentran Grecia y Croacia en cuanto a la proporción del PIB que dedicamos a innovación (1,25%). Mientras que en España disminuimos nuestra inversión en I+D, los países punteros como Alemania la han aumentado, con lo que se ha agrandado la brecha: en 2009 invertíamos un 1% menos que Alemania; para 2019, la brecha se había ampliado al 2%.
Finalmente, seguimos a la cola de Europa en desempleo y temporalidad. Los contratos temporales, que condenan a los trabajadores a la precariedad, se han mantenido estables. En 2009, un 25% de temporalidad; en 2019, el 26%. La media europea es del 15%.
Todo esto ya no podemos cambiarlo. Esa década ya la hemos perdido. Sin embargo, sí que podemos decidir cómo afrontar la recuperación posterior a la pandemia para evitar perder otra. Esto está enteramente en nuestras manos, y depende de dos decisiones clave: las reformas que hagamos y la forma en que invirtamos los fondos europeos.
En primer lugar, y esto es lo más importante, necesitamos reformas. Pero no reformas para satisfacer promesas absurdas, sino para resolver los problemas que sabemos que tiene nuestra economía.
En la sostenibilidad de las pensiones nos jugamos el ser o no ser los señalados en la próxima crisis del euro.
La reforma laboral no puede sustituir temporalidad por rigidez, porque sufrirá el empleo; necesitamos avanzar hacia la flexiguridad nórdica. Y la innovación e inversión en capital humano sigue siendo, tras décadas, o siglos, nuestra asignatura pendiente. Para los que sepan de matemáticas, o de economía, o de física: ¿qué teorema matemático, descubrimiento o innovación tiene nombre español desde hace cinco siglos? Esto requiere más inversión, pero también un cambio radical en la gobernanza de nuestras universidades.
En segundo lugar, la inversión de los fondos europeos. La UE acaba de hacer un análisis de los proyectos de presupuestos de los Estados miembros para 2022 que revela que el Gobierno fía la recuperación económica a la ejecución de esos fondos. España es, con gran diferencia, el país de la Unión Europea que más dependerá de ese dinero. Italia, Francia y Alemania, por ejemplo, se apoyarán más en medidas financiadas con sus presupuestos nacionales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario