Liderazgo

¿Debería EEUU imitar a Europa? en un arículo de T. Sowell
http://www.libertaddigital.com/opiniones/opinion_44405.html
se alerta del error que supondría que EEUU imitara a Europa en tantos errores que nos ha llevado a ser un continente decadente.
¿Decadente? lo creo firmemente, y creo que el virus está empezando a inocular a los americanos. Lo malo es que a nosotros eso nos pone orgullosos. El penúltimo error ha sido el compromiso que ha adquirido, ante los demás países de la cumbre del G-8, de reducir las emisiones de Co2 . Una barbaridad que les va a costar un 1,3% de PIB anual, según cálculos de los expertos. Esto puede ser el Caballo de Troya de la europeización americana; no hace falta que suba el salario mínimo, como teme Sowell...
Todo ha empezado, como en Europa empezó, con la creciente influencia de los intelectuales. Los intelectuales en EEUU siempre se han sentido frustrados por su nula influencia en el poder, aunque desde Kennedy y su "Camelot", ya empezaron a infiltrase. Ahora se consideran a sí mismos los Caballeros de la Tabla Redonda, mientras que los sucesores de éstos, los de la espada, están muy mal vistos. Los insinuantes intelectuales ligan más que los militares; tienen "más mercado", aunque no tanto como los rokeros, futbolistas, y otros reyes de los media.
Es totalmente normal que la decadencia se expanda. Es como una nube de gas tóxico, indolora pero potente, pues detrás está el glamour, el ligue, etc...
Schumpeter, el gran economista, ya lo pronosticó: el capitalismo produce bienestar, y eso crea generaciones de intelectuales oviosos, disgustados, que se vuelven "antisistema", no conformes con los placeres sencillos, y deseosos de probar y hacer probar los "verdaderos" placeres del inconformismo, del sexo libre, de las drogas, y de la cultura decadente. Hollywood es siempre una de las salidas naturales de esos zánganos airados. Por eso las películas no representan la vida americana.
Es un proceso cantado. No hay más que asistir al espectáculo con el guión que la historia ha dejado escrito, en la mano.
Naturalmente, todo ello con nuestro aplauso, encantados de ver como se hunde nuestro último defensor ante las hordas bárbaras. ¿no cayó Roma?