En España -según aprendo en los diarios de C.G. Ruano-, en 1952, Madrid, en agosto, se quedaba vacío. es un dato curioso, teniendo en cuenta lo mal que estaba España, el hambre que había, etc. y que Madrid tenía ya un millón de habitantes.
El destino de ese éxodo lo desconozco: sería la sierra o el mar, o el pueblo de origen, o de todo un poco, pues en un sólo destino no cabrían todos.
Ahora los veraneos son distintos. Las familias se trocean, pues los hijos, a cierta edad, hay que mandarlos a EEUU, o Inglaterra, o Irlanda... Y duran mucho menos, pues todo es carísimo.
Ayer vi en la tele un nuevo destino veraniego para los peques, que a nadie deseo, pues me parece peor que el carbón de Reyes: pastorear rebaños de ovejas en Castilla a 40º a la sombra. ¡Eso sí es un castigo!
No sé si lo ha visto, pero las imágenes son casi tan dolorosas como cuando nos enseñan niños desamparados en el tercer mundo: un secarral, polvo -del que se mete hasta el fondo de los pulmones- ovejas resecas, que son las que levantan el polvo con sus pezuñas, y unos niños a los que se les obligaba a mostrar entusiasmo, cosa que no se logra, claramente.
Y, ¡como debe oler el secarral a polvo, mezclado con ese olor de caca de oveja que me parece estar sintiendo!
Lo que me pregunto es si hay un beneficiario neto del asunto, pues tiene mérito convencer a alguien de que se deje llevar a tal penitencia. Seguro que hay una subvención de por medio, que nunca falta. Pero en fin, no es eso lo esencial, sino la cabronada a esos niños, jugándose su salud y bienestar por la genialidad de sus padres.
Hay que ver lo que se hace ahora para pasar por culto y ecológico, o salir por la tele, ¡Pobres niños! (bueno, digo yo, porque una razón sensata...)
Pero hombre, si se los llevaran a un pueblo de montaña -que, si no me equivoco, es dónde deberían estar los rebaños, que de siempre han emigrado en verano a donde hay pasto verde- seguro que podrían experimentar algo así, pero con árboles y verdor alrededor, y todo la balumba que suele acompañar con generosidad a la naturaleza: flores, trinos de pajaritos, riachuelos, ranas para cazar y torturar, pozas de río, o piscina donde bañarse...
En fin, lo que hacían los niños de los cincuenta y de siempre, en que lo que más apreciábamos las criaturas era que nos dejaran libres.
"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James
There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)
2 comentarios:
Qué bucólico...menudas mamarrachadas escribes LHA...vete a la playa anda!!!
Perilo
Perilo joputa
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