"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

viernes, 21 de noviembre de 2008

El regreso de los keynesianos

Aunque sin confesarlo, los gobiernos están pensando en aplicar recetas keynesianas. No lo confiesan para no despertar sospechas en los mercados, pero los mercados ya están avisados. cuando un país como Reino Unido tiene en marcha un plan de aumento de la deuda pública del 22% del PIB, y anuncia más, nadie se llama a engaño.
Esto explica, si se mira hacia atrás, el éxito fulminante de Keynes, que fue apasionadamente adoptado por los gobiernos del mundo como un mesías. ¿La razón? que su teoría bendecía el aumento del gasto para combatir la depresión del 29 y, más adelante, para "modular" la demanda anticíclicamente, de manera que ya no hubiera paro. Pese a que antes de su "revolución" fue un gran economista monetario, Keynes fue el primero en poner en cuestión la efectividad del dinero para afectar a la economía real. Su expresión "trampa de la liquidez" es eso: que si la preferencia por la liquidez es infinita, no sirve de nada bajar los tipos y aumentar la oferta de dinero; "se puede acercar el caballo al abrevadero, pero si este no quiere beber..."
Todo esto son viejas monsergas, que a lo largo de la posguerra demostraron su inanidad: hubo paro, causado, además, por la política keynesiana, que menguaba la productividad al desviar recursos al sector más inproductivo. Y hubo inflación, porque los bancos cntrales estaban dominados por los gobiernos.
Friedman, cuando demostró que la gran depresión no se acabó con las recetas keynesianas del New Deal, sino cuando la FED comenzó a inyectar dinero en 1937 sin vacilaciones, volvió a entronizar la importancia del dinero como causa de la inflación y, también, de los ciclos negativos. Para Keynes de la Teoría General el dinero no tenía ningún efecto en la economía real. La inflación era un problema de "cost push", de salarios en alza que empujaban los precios.
Para Friedman, el dinero tenía efectos reales que, a la larga, se convertían en inflación. En 1929-37, la FED contrajo la oferta de dinero un 30%, y eso provocó la deflación.
Ahora, los gobiernos están impacientes porque les den luz verde y empezar a gastar. Es la política. Esto va a colapsar aún más los mercados del crédito, irremisiblemente, aunque ellos, y sus corifeos, dicen que no. Veremos como sí, como dentro de poco, suben los tipos de interés, y dentro de más tiempo, los bancos centrales tendrán que monetizar esa deuda, lo que traerá una hiperinflación.

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