La argentinización, un bluf de hace cuatro años

Hace casi cuatro años, tal que en este link,
http://www.libertaddigital.com/opinion/gei-nbsp/hacia-la-argentinizacion-de-espana-27770/
un grupo de amigos escribimos un artículo sobre la deriva española hacia su "argentinización", o "peronización" (un abrazo, Peter,Cema, Danasi. Cualquier tiempo pasado fue mejor, este artículo lo demuestra)
Veo que FJL decía lo mismo ayer, en su columna del Mundo.
Francamente, al releer lo argumentos de entonces, me quedo pasmado de la ingenuidad que destilan. No sé como pudimos proyectar hacia el futuro esos 4 signos de mala gestión y deducir de ahí que íbamos hacia acá. Porque lo de acá era sencillamente inimaginable, y sin embargo teníamos el tupé de anunciarlo. Es decir, un bluf, un Farol, naturalmente, que salió bien cuando realmente todos esperábamos que el deterioro no proseguiría a ese ritmo. Nuestra intención, supongo, era de advertencia, no profetizar. Pero sin querer, acertamos de lleno.
Bueno, pues ha llegado la argentinización. A una velocidad espantosa, pues en menos de 4 años España se ha roto por las diecisiete costuras. Ven, eso es una cosa que no podíamos prever, que TAMBIÉN las autonomías del PP se apuntaran a la centrifugación, pero lo han hecho. Faltaba lo de la crisis y el aumento de la deuda pública hasta las cejas, y no precisamente las cejas de los titiriteros.
FJL apunta con razón esa marea imparable de corrupción, y la lectura del periódico es escalofriante. Cataluña se independendiza de facto en materia de educación; los jueces comienzan, con el beneplácito del ministro, a perseguir quimeras, como procesar al gobierno chino, o al israelí, y otras mamonadas de ese tenor, de jueces con una pinta de señoritos de izquierdas que han encontrado que sus estrafalarios actos no responden ante nadie. La justicia española, esa sí que es peronista, bochornosamente peronista. (¿O diríamos mejor señoritil? A los efectos...)
¿Como hemos llegado hasta aquí? Recordemos:
Un atentado criminal logra dar un vuelco electoral en dos días. No sabemos todavía quién mandó ese terrible acto; pero sabemos, como se apunta en la "Cuarta Trama" (del abogado de Pablo), que los que prepararon el vuelco electoral sabían que iba a haber una convulsión social manipulable para el que estuviera preparado. No son teorías conspiraniodes, como puede verse detalladamente la descripción de los hechos en el libro citado. Hasta el día electoral nadie, ni su partido, se creía que Zp iba a gobernar. Lo veían todos como un bobo de Coria.
Pero llega al poder un inesperado gobierno de Zp, que se ocupa de desmontar todo el refuerzo institucional que había hecho, con gran desgaste, el anterior, pese a que lo lógico, por su puro interés, fuera defenderlo y amortizar el degaste a cuenta del PP. Pero no: muestra más interés en destrozar el Estado y entregarlo a las fuerzas centrífugas, pese a que éstas tarde o temprano le pasarán la factura de su "apoyo".
Por el contrario, lo que había hecho mal el PP, lo mantiene: como la burbuja inmobiliaria , pues le supone rentas inapreciables para pagar a sus chantajistas políticos (tenía medios fiscales y de regulación para frenar la especulación).
Y aquí hemos llegado, hoy, con el estado en manos de fuerzas particulares, tan particulares como los independentistas, o como la carrera estelar de jóvenes jueces de aspecto estupendo, tostados de sol discotequero, con suave melena rubia sabiamente desordenada. Es la generación Post-Garzón, que con sus kilos y sus canas ya parece como el abuelo de ellos.
Quizás los peronistas son más rudos, dirán Uds. Depende: vean la pinta amenazadora, matonista, de los asaltantes "sindicales " [o sea. FMG, Fuerzas Mamporreras del Gobierno, que solo se molestan en atacar inesittuciones de derecha] de la Asamblea de Madrid, que la policía tuvo que defender con dureza inusual. Un Parlamento asaltado por vándalos, ¿Dónde se ha visto? ¡pues dónde va a ser, dónde, si no es en Argentina! Al igual que allá, estos compadres -como los jueces, como otros funcionarios, en los que se incluyen sindicatos- están dirigidos desde "Arriba", desde el incumbente de la Moncloa (cada vez más de color "Casa Rosada") que, si Dios no hace un milagro, volverá a ganar las elecciones. Palabra de honor.