Prosigo:
Los austriacos españoles están plagados de decisiones vergonzosamente constructivistas, como su apoyo mayoritario al euro. En eso excela Huerta de Soto, su Santón, del que se empeñan en que tiene un prestigio internacional que yo no percibo; pero bueno, vamos al ausnto de fondo.
El euro es una operación constructivista por antonomasia, además de indudable perfil masónico, como toda la UE. La propia expresión "Construcción Europea" ya lo dice todo. Es lo malo de la escuela Austriaca, que se desliza fácilmente hacia el racionalismo que ellos mismos han denunciado. El euro es una operación contra-histórica, una aventura que, cuando se ha intentado a mucho menor escala, ha fracasado.
Ahora está fracasando, como vemos con Grecia y veremos aquí en poco tiempo. Ni la crisis ha tenido efectos simétricos en los miembros de la UME, ni ahora hay un valor del euro que sirva para contentar las divergencias inatas entre Alemania y nuestros castigados países. Pero según los Popes sabiondos de la EA, nada, el euro es cojonudo. El euro es un clavo ardiendo al que ahora hemos de agarrarnos para no caer al infierno. Infierno que han creado los constructivistas europeos, con el apoyo racionalista de los austriacos.
El primer "austriaco" español que conocí, más versado que los de ahora, era anti euro. Pero después de ése, adiós, sólo he visto tergiversación e interpretación interesada, y bastante patosa y cerril, por cierto. Pero bueno, es mi opìnión. Y no pienso decir más, pues bajar a la altura de la tergiversación de estos señores es muy trabajoso.
El Cuaderno de Arena (La decadencia de Occidente). Foto Guillermo Navascués. "How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James
2 comentarios:
Arrecia el chaparron. Cuanto mas negro se ve la realidad Euro...mas a defender la idea. HUM!!!...es que aprender a reconocer errores....cuesta. Entre inversionistas a eso se le llama la terquedad del inversor. Charlete.
Caray, pues yo he leído a varios "austríacos" españoles con ideas sobre el euro muy similares a las tuyas, Luis.
Se ve que debo ser un tipo con suerte.
Sobre el perfil masónico de la UE: la idea de la unidad europea no es, desde luego, original de masonería alguna. Es una idea que siempre ha flotado desde el Imperio Romano. Pese a la heterogeneidad de la península euroasiática que denominamos "continente europeo", no ha habido poder dominante que no haya soñado con una unidad europea.
Pero obviamente, siempre se ha visto la violencia como instrumento necesario para esa unificación. ¿Qué imperio europeo no lo ha procurado?
Desde los godos (si bien poco les duró porque cada uno era de su padre y de su madre), Carlomagno y el Sacro Imperio Romano, hasta Carlos I, Felipe II y Napoleón, pasando por las ensoñaciones islamistas, también del Gran Turco, de someter Europa (unos) o de mantenerla unida bajo la misma religión vaticana (otros).
Lo que cambia tras la II GM es la "voluntariedad" de la unidad europea. Y la considero una buena idea mientras el comercio vaya por delante de la política, pero a partir de los 80 empieza a pasar al revés, se hipertrofia la burocracia y la UE se convierte en un fin y no en un medio para la paz europea, los políticos se apropian del engendro y someten todo lo demás al fin escogido (incluso la soberanía popular manifestada en los referendos sobre la Constitución Europea). Lógicamente, la buena idea deja de poder ser útil. Creo que con el euro ha pasado algo similar. Ideas buenas en principio, mal ejecutadas, capitaneadas por ineptos e impuestas por totalitarios con traje y corbata y verborrea insufrible.
Conclusión: el euro es una digna moneda de esta UE, politizada y antinatural.
Saludos y perdón por el rollo (debería haberlo escupido como post propio en mi blog...).
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