"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

sábado, 1 de mayo de 2010

Una sencilla regla infalible

Este domingo se firrmará el acuerdo, y el lunes entrará en vigor. 120 mm de euros para que los griegos puedan "elongar" sus pagos, a cambio de un ajuste brutal que incluirá el recorte del 10% de sueldos, dos años o quizás tres. Protagonista: el FMI será el que cargue con el trabajo sucio.
Va a ser una buena ocasión de ver, por primera vez, un ajuste dirigido por el FMI sin devaluación. Hasta ahora, el FMI exigía, como una de las condiciones, una brutal devaluación para recuperar mercados exteriores y frenar importaciones. Funcionaba. Ahora, esa medida, que para mí era la importante, no se puede aplicar.
Entonces, me ha dado por pensar cuál sería la alternativa a esa medida para aliviar un poco el cabreo de los griegos, que están amenazando con salir a la calle.
Desde el punto de vista pragmático, sólo se me ocurre una quita. Hay que suavizar los pagos, pero además, hay que reconocer la realidad, el riesgo de colapso, y anunciar una quita que ahora será menor que dentro de un año. Cuanto antes se repongan los griegos y eempiecen a chuflar, mejor para todos. Como decía Roubini, o Münchau, lo mejor sería empezar por un recorte de la deuda acordado con los acreedores. Si no, vamos a pasar unos cuantos meses de dudas y amenazas de contagio.
Una quita penaliza al prestigio del país que la ejerce, pues sus endeudamientos futuros serán más caros; pero esto ahora no es lo prioritario. Lo que debe buscar Grecia es quitarse de encima esta losa, y pensar en atraer capitales menos volátiles, como inversiones directas. Un país como Grecia va bien cuando los inversores confían en instalarse en él por largo tiempo.
España, tres cuartos de lo mismo. España se fortaleció con inversiones extranjeras, hasta que llegó la democracia y se hicieron menos frecuentes, y fueron sustituidas por una deuda (privada y pública) que es ahora el 230% del PIB. En parte la culpa fue de la globalización, que descubrió nuevos mundos donde invertir, como China. Pero desde España se dio por hecho que todo vendría de Bruxelas. no se intentó abaratar el despido,lo cual no era atractivo para ningún capitalista foráneo. Ahora -cito de memoria- la comunidad de Madrid (la única de gestión liberal) recibe casi toda la inversión extranjera, que ha huido de caladeros como Barcelona y País Vasco. Eso es indicio de una política desastrosa de conversión de la inversión privada en deuda (o, si se quiere, de politización de la deuda). La deuda privada o pública es una losa si las cosas se tuercen. España debe el 230% de su PIB en deuda exterior, privada y pública. Esta deuda no ha generado productividad, por lo que deberemos pagarla con una renta per cápita más baja que cuando vino. Y probablemente con una renta menor, si se cumplen los pronósticos de un PIB estancado.
En economía todo son vasos comunicantes; si una cosa va mal, obstruye vasos y no funciona la ley de la presión que iguala los niveles.
Una ley de hierro, burda, pero que nunca falla:

∆productividad ≤ ∆salarial→∆deuda externa+∆Paro

Que dice que si la productividad aumenta (sistemáticamente) menos que los salarios, habrá aumento de la deuda exterior y aumento del paro. Una regla sencilla que debería ser enseñada en la escuela como se enseña (¿?) la regla de tres. Así la gente sabría que en economía no existen milagros. Esto sería para mí una de las primeras refromas educativas.
Como no avanzamos en productividad, debemos reducir nuestras ambiciones salariales (reforma del mercado de trabajo). Además, debemos atraer capital exterior productivo, que nos enseñe a producir más eficazmente. Con ello, aceptado por cualquiera que fuera el gobierno de turno, no deberíamos tener problemas para estar en el euro.

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