"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

sábado, 25 de septiembre de 2010

"Y creyendo llevar una vida racional, era el más desgraciado de los hombres."

Ayer, por casualidades de la amistad, tuve que buscar el  "Simposio"del primer "inventor" del amor, Platón. El amor es algo que no se lleva hoy en día. Quiero decir que no se cultiva como antaño se hizo en diferentes épocas (Cantar de los Cantares, el amor cortés, la novela del XIX son ejemplos), en que se creía que llevaba a la sublimación del alma (se creía en el alma, y su beneficio en el amor). Ahora es un mero asunto de glándulas. Ya no hay ni alma, ni amor, sino sexo y reproducción. Incluso algunos dan a la naturaleza esa sabiduría ausente en nosotros, pues ella es la que se encarga de guiarnos por nuestras glándulas a lo mejor para nosotros. Es la estupidez más grande que he oído.
Por eso recojo aquí un par de párrafos que nos recuerdan cómo se veía el amor V siglos de antes de Cristo. Es fascinante la comparación, de la que salen similitudes llamativas (la eterna disparidad entre los hombres prácticos y los soñadores), así como el interés de todos por oír y hablar del amor, al que se sienten inclinados pero temen. Se observará que Sócrates (o sea, Platón) confía más en los sueños que en la razón: deja que la razón la ejerzan los otros, que le ayuden a aclarar sus sueños.

[Apolodoro:] "Respecto a mí aún no hace tres años que trato a Sócrates, y que me propongo estudiar asiduamente todas sus palabras y todas sus acciones. Antes andaba vacilante por uno y otro lado, y creyendo llevar una vida racional, era el más desgraciado de los hombres."
"Además del provecho que encuentro en hablar u oír hablar de filosofía, nada hay en el mundo que me cause tanto placer; mientras que, por el contrario, me muero de fastidio cuando os oigo a vosotros, hombres ricos y negociantes, hablar de vuestros intereses. Lloro vuestra obcecación y la de vuestros amigos; creéis hacer maravillas, y no hacéis nada bueno. Quizá también por vuestra parte os compadeciereis de mí, y me parece que tenéis razón; pero no es una mera creencia mía, sino que tengo la seguridad de que sois dignos de compasión..."

"Cuando Sócrates se sentó, dijo:
—¡Ojalá, Agaton, que la sabiduría fuese una cosa que pudiese pasar de un espíritu a otro, cuando dos hombres están en contacto, como corre el agua, por medio de una mecha de lana, de una copa llena a una copa vacía! Si el pensamiento fuese de esta naturaleza, sería yo el que me consideraría dichoso estando cerca de ti, y me vería, a mi parecer, henchido de esa buena y abundante sabiduría que tú posees; porque la mía es una cosa mediana y equívoca; o, por mejor decir, es un sueño."

Una de las ideas que más me ha fascinado es la de la "reminiscencia", de Platón. Nosotros, de origen divino, tenemos en el alma una pálida reminiscencia de la verdad, que en este mundo nos es elusiva. Los amantes de la verdad, han de buscarla mediante al amor, que, a través de la belleza, nos hace ascender más y más en nuestra alma hacia regiones donde recuperamos los pálidos recuerdos de cuando nuestra alma estaba en contacto con los dioses. Lo que aprendemos no viene de fuera, sino de nuestro interior: es la riqueza que una vez poseímos. Los brutos, los que no aprenden, son como los del famoso Mito de la caverna, que se conforman con las sombras que produce el fuego en la pared. Llaman "hombres" a meras sombras vacilantes que ven pasar en la pared, y no alcanzan nunca a ver los colores ni la complejidad real, a la que le dan la espalda. Están simbólicamente encadenados a su dejadez.
Afortunadamente, el hombre/mujer es cada vez más curioso, está cada vez menos en ese letargo de la caverna (gracias al progreso económico, permítanmelo), y aunque de manera imperfecta, busca. Cada vez tiene más estímulos de fuera, aunque deberían explicarle, de vez en cuando, que lo importante es lo que le producen en su alma.

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