"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

martes, 2 de noviembre de 2010

Trichet acertó; predicciones autoconfirmadas

COmo anunció Trichet, y a Sarcozy le sentó como una amenaza, los tipos de rendimiento de la deuda soberana subieron, especialmente para Irlanda y Portugal, pues a los mercados no les sentó nada bien que la UE empiece a contemplar la posibilidad de suspensiones y quitas.
El error es de partida, no de circunstancias. El error fue dar por hecho que la cláusula de "no rescate" se eludiría, y que a ningún país se le dejaría caer en una suspensión -como de hecho sucedió en mayo, cuando se creó el Fondo de rescate de 440 mm de euros. Ese Fondo confirmaba a los inversores que, pasara lo que pasara, sus tenencias de deuda estaban aseguradas: no tendrían pérdidas de capital. Ese fue el error de partida que originó aquellos venturosos -pero engañosos- años en que los tipos de interés de la deuda de cualquier país se igualaba con el bono alemán. Todos nos endeudábamos al mismo tipo de interés, como si fuéramos realmente una unión, pero sin serlo.
Esto fue lo que desencadenó los excesos que, en España, Irlanda Grecia y Portugal, no hubieran sido tan desmadrados si desde el principio se hubiera dicho que, cuidado, aquí cada palo aguantaba su vela. Durante una década, nos hemos financiado a tipos de interés reales negativos, gracias unos tipos nominales tan bajos como Alemania pero con una inflación a la española. Un chollo.
Y esto se hubiera contenido más aún, si no se hubiera formado el euro y las monedas en que se invertía en deuda soberana era la propia (Deuda española en pesetas), lo que hubiera añadido una prima de riesgo más y un coste más elevado a la financiación. Ni nos hubiéramos endeudado tanto en el exterior, ni hubiéramos alcanzado los déficits de balanza de pagos de hasta el 10% del PIB, ni, por ende, la gigantesca deuda exterior que sigue aumentando.
Ahora quieren arreglar eso tarde. En cuanto levantan la sospecha de que están haciéndolo, suben los tipos y los países con dificultades tienen que restringir, todavía más, el gasto público.
Así que ya me contarán por dónde se empieza a meterle mano al El-embrollo-europeo.

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