La deuda española cotiza ahora al 5,23% al 10 años. El PIB nominal (PIBN) español tendría que crecer un 5,23% para que la deuda/PIB se mantuviera constante, suponiendo que el déficit anual fuera cero.
El PIB nominal español ha crecido de media un 2,8% anual en esos 15 años. En el primer trimestre de 2000, alcanzó su máximo ritmo, con un 5,8%. Claramente, es casi imposible mantener mucho tiempo un crecimiento del 5%, siquiera nominal (PIB real + precios).
La diferencia entre un 5% de tipo de interés aproximado y el crecimiento medio de 2,8% (es decir, 2,2%) sería el superávit medio que el gobierno y autonomías deberían tener de superávit para que la deuda mantenga estable su ratio con el PIB. Este años vamos a registrar, aunque algunos lo dudan, un déficit del 6,4%/PIB. Hasta 2013 no llegaremos a un -3% de PIB. Cuando crezcamos al 2,8% (que será dentro de...), aún así tendremos que tener un superávit fiscal de R%-2,8% (R es el tipo de interés devengado) para que la deuda no aumente sobre la ratio sobre PIB que entonces haya alcanzado. Esto da una idea de las dificultades a la que nos enfrentamos. Con un tipo de interés del 5% no sólo es difícil llegar al final del camino; es que se está aproximando a un riesgo deflacionista.
La única forma de acelerar y aliviar este proceso es que el BCE actúe como banco central de todos los países, de modo que el tipo de interés R sea lo más bajo posible. cada punto que baja el tipo de interés, menos costoso es la financiación para la deuda y, por ende, para las empresas y consumidores.
Otras veces, concretamente, con el gobierno del POSE de Felipe González, se llegó a niveles más altos de deuda, como a más de 70% el PIB. Si se pudo rebajar esa ratio y la amenaza que suponía, fue gracias a los bajos tipos de interés, generalmente inferiores a los grandes ritmos de crecimiento del PIBN que rigieron desde 1996 a 2006 (ver gráfico de tipos de interés abajo).

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