Como se ve claramente, hay una gran huida hacia el dinero durante la crisis(como la hubo en el 2002), un remanso tras la primera falsa salida de la crisis, y un repunte hacia la liquidez recientemente, relacionado, más que probable, con la crisis Irlandesa y las dudas que se extendieron sobre el sistema euro.
(Recordemos que una aumento de la demanda de dinero, que es el único bien que está en todos lo mercados, cuando su oferta es fija, se traduce necesariamente en una caída de los precios de los demás bienes y activos).
En suma, la demanda de activos líquidos está ahora más fuerte que nunca (el último dato es de octubre). Esto, me temo, pre-anuncia una recaída de la demanda y de la actividad.
Pues tampoco el BCE está haciendo nada para contrarrestar el fenómeno. Lo que emite comprando bonos en dificultades lo esteriliza en las operaciones normales. los datos de magnitudes monetarias no son alentadores: la M1 y M3 están al mismo nivel que hace un año. Es más, en los mercados se da por hecho que el BCE será el primer banco central en subir los tipos, antes que RU y EEUU, pues es el único que piensa en la inflación como prioridad ahora.
Es claro que la segunda crisis del euro, en los últimos meses del año, el rescate de Irlanda, y las muestras de indecisión y división de pareceres de los líderes europeos, ha provocado un repunte de la desconfianza, con su consiguiente renovado interés por el atesoramiento y la caída de la circulación del dinero en los mercados de bienes, servicios, y activos. La respuesta del BCE no ha sido clarificadora: ha renovado su línea de adquisición de bonos nacionales en dificultades, pero a la vez ha dicho que esas sumas de liquidez serían esterilizadas por los canales habituales de la política monetaria. Creemos que lo contrario sería más adecuado: aumentar la oferta monetaria como objetivo principal, e incluir como objetivo complementario el apoyo a los bonos en dificultades. Cuando el rescate de un país se traduce en mayor desconfianza, lo prioritario es recuperar esa confianza.
Las perturbaciones de demanda de dinero se han enquistado. Llevan tres años presentes entre nosotros. Es lógico, dadas las sucesivas crisis aparecidas durante este periodo. Esas perturbaciones no se han visto aliviadas por el BCE, cuya política de estabilización ha sido dubitativa, y con una inclinación a seguir los criterios de del país líder, que es el que menos problemas ha tenido. Cabe sospechar que esas sucesivas crisis han sido provocadas por el mismo sistema, que no encuentra un interpretación universal de sus reglas.
Todos esto debe recordar que no sólo lo que se llama “hacer los deberes” (reformas estructurales) es suficiente para salir de la crisis. Es más, hay reformas que serán difíciles si el malestar se extiende. Aunque hay cabestros que sugieren frivolamente, que no, que sería la única forma de darle la vuelta a España. O sea, cuanto peor mejor, como Lenin.Sí desde luego, nos cargamos un par de generaciones, y al cabo de 20 años, todo ha cambiado. Aunque no sepamos hacia dónde. Por eso digo, con gran indignación de mi amigo Carlos, que los libertarios españoles me recuerdan a los marxistas.
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