"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

viernes, 1 de abril de 2011

Anotaciones.La dinámica del desequilibrio

Keynes siempre está presente. Incluso cuando se trata de economía monetaria, está presente. No es que estuviera en posesión de la verdad: sigo pensando que sus recetas sobre la manipulación de la demanda con la política fiscal son nefastas. Pero lo atractivo de Keynes, algo que lo hace insustituible, es que es el que ha llegado más lejos en la economía del desequilibrio. (Hace tiempo me gustó Hayek por eso, hasta que me di cuenta de que luego  no reconocía las fuentes del desequilibrio. O más bien, no reconocía que del desequilibrio no se llegaba espontáneamente al equilibrio.)
El Keynes de Muinsky es subyugante porque expone lo mejor de Keynes, depurándole de sus errores y recordando sus mejor registro: la economía del desequilibrio causada por los movimientos de los mercados hacia el equilibrio. Así, un aumento del paro que incite un movimiento a la baja de los salarios será contraproducente, pues afectará negativamente al precio de los activos y alimentará los movimientos (o ajustes) a la baja de la producción y del empleo. 
No sé si esto es más eficaz que la visión monetarista/neokeynesiana de que el problema es la lentitud del ajuste salarial, que causa ajustes  a la baja en la producción, pero que no es perverso en sí mismo. Eso invitaría a una política monetaria (pero no fiscal) para ayudar los ajustes de salarios reales que no se logran por sí solos. Salarios monetarios semi- rígidos (o lentos respecto a los precios) producen un recorte en los márgenes empresariales (y una contracción de la inversión) que han de suavizarse con una política monetaria que impida una baja de precios demasiado fuerte. Pero esto es un ajuste de fuijos, sin tener en cuenta lo que pasa con los activos...
La visión auténtica de Keynes -Minsky dixit-, y que ha desaparecido del panorama, es que incluso salarios flexibles a la baja pueden empeorar las cosas a través de su efecto negativo en los mercados de activos. 
No me digan que no es interesante. Puede que no sea totalmente cierto, pero interesante, lo es. Y quizás más que interesante: ¿No es más realista meter en el panorama la reacción de los mercados de activos? ¿No está el BCE olvidando los mercados de activos cuando decide elevar los tipos de interés ahora?
Lo malo del keynesianismo es que propone una política fiscal que tiende a empeorar el mercado de activos. Una política que se le susurró al oído a un tal Zapatero, que por su parte estaba deseando oír. Los resultados son claros: el mercado de deuda cada vez más enrarecido, los activos físicos y financieros por los suelos, y las instituciones al borde de ser barridas.
Por eso releer a Keynes, con ayuda de alguien como Minsky,  en origen, es siempre interesante. Por lo menos nos evita caer en el simplismo. 

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