
En la gráfica (del FT), puede verse que, desde que empezó hace un año la recuperación de la confianza (fuera de Europa, claro) el precio del barril y las bolsas han ido a la par: ambos aumentaban con la expectativa de que la recuperación de la demanda mundial aumentaría las necesidades de crudo, y los beneficios.
Desde principios de este año eso se ha roto, como es claro. El petróleo, por diversas razones no económicas ha crecido más deprisa, y eso ha puesto en duda la validez de las estimaciones de auge económico y de beneficios. Hay varios signos inquietantes que se potencian en crear expectativas pesimistas. Primero, el aumento de la inflación ha generado miedos a la reacción de los bancos centrales, que ellos no se han preocupado de amortiguar. La noticia de China, que ha crecido un 9% con una inflación de 5% en el primer trimestre, sugiere una nueva política china de recortes, lo que afectará a la demanda mundial.
Por otro lado, las cosas del euro no van mejor, todo lo contrario: aparte de la momentánea suspensión de la intervención de Portugal, Grecia, que fue el primer rescatado, está bajo sospecha de impago. Sus bonos a 2 años están al casi 18% anual. Bonita ganancia en dos años de un 36% sobre el capital. Pero invita a reflexionar ácidamente sobre el sentido de estos rescates que empeoran al rescatado.

Tiempo de revisar a la baja las previsiones. Y los bancos centrales, como en el 2008, con el pie cambiado, en retirada, como vimos ayer en el BCE, cuyos préstamos de intervención se despendolan.
¡Justo cuando el FMI acaba de actualizar sus previsiones y dice!:
¿Qué decir de que el BCE, Banco de la única zona tambaleante y con graves problemas financieros, sea el primero en subir los tipos básicos?La economía mundial continúa recuperándose, en términos generales, según lo previsto. De hecho, nuestras proyecciones de crecimiento prácticamente no han cambiado desde la Actualización de las Perspectivas de la economía mundial de enero de 2011...
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