"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

lunes, 9 de abril de 2012

Fiat Money

(Este post es simplemente una recapitulación de cosas interesantes sobre el dinero que he visto por ahí y no quiero perder. Verán que el interés va, a veces, más allá de lo económico.)
Nick Rowe (inflation-targeting-as-an-american-put-option-on-base-money) nos rompía los esquemas hace unas semanas con la siguiente proposición: el billete de un $ no es un pasivo de la FED; el billete de un € no es un pasivo del BCE. Solemos decir y enseñar que los billetes emitidos por el banco central son pasivos del banco central, los cuales se emiten a cambio de un activo (bonos del Tesoro) que compra por esos billetes. Es falso, desde el momento que a lo único que se compromete el Banco Central es a devolver por ese billete otro exactamente igual. Es más, puede hacer el milagro de devolver varios billetes exactamente iguales a cambio de uno (y generar inflación, obviamente).
¿Por lo tanto, qué nos hace aceptar esos billetes y tenerlos en el bolsillo tranquilamente (mientras no haya inflación)?
Según D Glasner, (http://uneasymoney.com/2011/07/25/the-paradox-of-fiat-money/), es el simple hecho de que nos acreditan como pagadores de la deuda fiscal del estado. Podemos pagar los impuestos sólo en la moneda nacional, y eso es lo que hace "estable" el billete en nuestros bolsillos. De ahí se deriva la confianza de que con los 100 € que tengo en la cartera, puedo comprar todo lo que valga menos de eso en el camino de aquí a mi casa. Si esos 100 € no bastan, tengo una tarjeta que me acredita por los € que tengo en la cuenta.
Pero hay más: el dinero, como sabemos, pemite eludir el trueque. El trueque es penoso porque te obliga a recabar información de una manera insegura y muy costosa en tiempo, y nunca perfecta. Podrías negociar un trato con un nº limitado de personas para el intercambio de mercancías en un plazo fijado, pero nunca estarías seguro de que los demás cumplieran. El dinero evita todo este engorroso asunto. Llegas,, eliges, pagas, o cobras. En un segundo has cerrado una operación o dos que sin dinero podrían haber supuesto meses. El dinero es información, es, como dice  Josh Hendrickson, Memoria.
Ahora Glasner hace una reflexión aguda: si supiéramos la fecha exacta del fin del mundo y estuviera cercana, sabríamos que en esa fecha los billetes no valdrían nada, y se producirían movimientos regresivos de devaluación del billete hasta el momento actual, de manera que pronto no valdría nada antes de la fecha del fin del mundo. (Josh Hendrickson on-fiat-money.) Pensándolo bien, no es tan aguda: pasaría con cualquier forma de moneda, como el oro. Pero introduce algo fascinante con un alto valor literario, algo siempre ausente en la economía.
Entonces ya no sería fuente de información, pero mientras no sepamos la fecha del fin del mundo, seguiremos teniendo dinero -pese a la inflación- porque nos libera de deudas con el estado a todos, y porque no ahorra un montón de información costosa.
Y para terminar, en http://worthwhile.typepad.com/worthwhile_canadian_initi/, Nick Rowe (quién si no) nos propone como se puede pasar de un patrón oro a un "patrón IPC" (lo que tenemos actualmente) sin grandes traumas. En un PO, el banco central liga su emisión al volumen de oro que posee mediante un precio fijo del billete en oro -o al revés, el precio del oro en billetes. Basta con que el banco central pusiera como objetivo una revaluación del oro anual del 2%... sería como ahora, tener un objetivo de inflación del 2%.  Es claro que el oro no garantiza la objetividad absoluta, desde el momento que hay una autoridad que fija el precio...

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