"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

domingo, 1 de abril de 2012

Meollo. Precios y precios

La demanda de dinero es el stock de dinero que la gente quiere mantener en un momento determinado. La oferta de dinero es el dinero que hay en circulación. De la conjunción de ambos sale un neto disponible de liquidez en un momento determinado.
La mayoría de la gente quiere retener dinero para comprar algo. A veces quiere retener dinero porque tiene miedo. Al primero se le llama motivo de transacción; al segundo, motivo de especulación.
Esto es la fría teoría (dejemos de lado el tercer motivo, de precaución, que se confunde con los otros dos). Pero, ¿como se manifiesta esa demanda de dinero, cómo se mide?
El dinero retenido (demanda) es dinero no gastado en un momento determinado.  Si yo cobro
o mi sueldo, o cobro por la venta de mi coche, retengo el dinero hasta que decido qué comprarme con ello. Puedo comprarme otro coche, otros bienes, o un bono o acción. Si hago lo primero gasto, si hago lo segundo ahorro. Si no hago ni lo uno ni lo otro, también ahorro, pues difiero el gasto en el tiempo. Ahorrar es aplazar el gasto.
La demanda de dinero es el saldo que en u momento determinado hay en las manos del público producto de la venta de un bien o servicio, en suspenso mientras se decide qué comprar. Cuanto más tiempo se piense, más tiempo está retenido el dinero: más aumenta la demanda en un momento determinado.
En tiempos de duda, de incertidumbre general, la gente se piensa más y retrasa su gasto. Si, por el contrario, intenta vender más cosas suyas (bienes o servicios, trabajo) porque quiere más dinero,  aumenta aun más la demanda. El signo externo de un su
súbito aumento de la demanda de dinero es la caída de los precios de las cosas (bienes, bonos, acciones, servicios) que todo el mundo quiere vender y nadie ( o cada vez menos gente) quiere comprar.
Eso es el meollo de la crisis. Hay muchos más deseos de vender y de cobrar en dinero que deseos de comprar. Lo que antes la gente mataba por tenerlo (un piso, un coche) ahora casi nadie lo quiere, o cada vez menos gente.
La manifestación de que la demanda de dinero sube es que los precios bajan: por eso el valor del dinero, su poder adquisitivo, sube en la medida en que bajan los precios. Pero ese aumento de la capacidad adquisitiva no sirve para aumentar las compras, pues las expectativas de lo que valen las cosas ha cambiado. Antes seguro que esa acción de la empresa X valía 100 y iba a subir; ahora vale 60, y creo que va a seguir bajando. Retengo el dinero hasta que se aclaren las cosas, pese a que ahora todo es más barato. Cuando los expertos en bolsa dicen que la bolas está barata, que es un buen momento para comprar, mienten o son tontos.  Ellos saben que es más fácil vender acciones cuando están caras y subiendo que cuando están baratas.cuestión de expectativas. Los pisos idem.
Por eso todo es dinámica vicisitud, circunstancias. No hay precios de equilibrio más que los que marca el instante.
Luego los cambios en los precios no conducen al equilibrio. Son procesos, no cambios de un estado a otro.
Otra cosa es el cambio en el precio relativo. Si sube el petróleo, pero baja el precio de los coches, se ha producido un cambio en el precio relativo. Si sube el petróleo, y bajan las  bolsas, idem. Los precios relativos pueden cambiar sin que el nivel general de precios cambie. Los cambios relativos son a los que se refiere Hayek cuando dice que son señales hacia dónde va la productividad. Si baja el precio del oro y sube el del carbón, la gente invertirá en acciones de carbón y venderá acciones de oro.
El oror tiene un precio relativo a las demás materias primas. Luego es ridículo atribuirle virtudes taumatúrgicas - de regular el nivel de precios. El cambio en su precio relativo, cuando el patrón oro, causaba grandes quebrantos, pese a que el nivel de precios no había cambiado inicialmente. Pero todo podía subir o bajar al variar el precio relativo del oro. Cualquier dinero/ mercancía tiene el mismo defecto: su valor relativo afecta al nivel general de precios

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