Habría que observar de cerca las opiniones que deja caer Rajoy, pues parecen cada vez más de una persona superada que pide compasión, que de un tipo ambicioso aferrado al poder y consciente de su papel en la historia. Una de las pocas pasiones que definen a los poderosos es "dejar huella", pasión que parece que no habita en Rajoy. De esa pasión no debe esperarse sólo cosas buenas, pero es lo definitorio. La mayoría de la gente prefiere quedarse en casa y tener una vida tranquila. No hay que confundir la ambición funcionarial de ascender que la ambición de poder.
Ayer Rajoy abogó en Sitges, ante una representación de empresarios, a una cesión de soberanía fiscal incondicional. Luego, o antes, dijo que la única alegría que podíamos esperar era de la selección española (no dejen de leer la columna de Gistau). Cada vez que abre la boca, perdemos sangre a chorros.
Este es el mismo que, como dice el "Mundo" decidió no respetar el objetivo de déficit porque era una cuestión soberana. Entre ambas declaraciones no hay tres meses. El Mundo, claro, le aplaude por el cambio de opinión.
Pero, ¿Qué se puede esperar de uno que ha perdido dos veces las elecciones y no ha dimitido? Es un tipo gris y sospechoso, que nos puso el dedo de Aznar, y desde entonces me ha parecido un tío demasiado complaciente con la derrota, desde la que ha ejercido una oposición tierna, esperando a que el PSOE se cayera por si mismo.
Cuando España ha dejado el poder en manos de pusilánimes, por no decir cobardes, le ha pasado de todo lo malo que pude pasar. Lo peor que le puede pasar a un país es tener un poder débil que no se hace respetar. Así no puede hacer respetar los derechos de sus ciudadanos. Lo decía Napoleón, pero también lo dice Acemoglu en su magnifico libro. España está cada vez más debilitada por eso. Sus instituciones no representan claramente al conjunto del pueblo, sino a unos intereses fraccionados y enfrentados.
Eso incita a la gente a pensar en que Europa nos salve gratuitamente. Hemos oído tanto, desde la cuna, la cantinela de Europa que la recitamos de carrerilla. No dejen conmoverse en el cuento de hadas de ser intervenidos es la solución que nos dejaría respirar. Europa no quiere arreglarnos la vida. Solo apretarnos para que no gastemos lo que le debemos.
Todos estamos entregados a una subideología estúpida y perniciosa, que es la que intento denunciar aqui desde que empecé este blog, ideología que invita a todos, desde la derecha y la izquierda, a genuflexionar frente a lo que viene de Europa, sea bueno o malo. Europa se suicidó a plazo en Maastritch, y desde entonces hemos estado en una montaña rusa que nos ha mareado. Pero seguimos obsesionados con el maldito euro, desde el Borbón al gobierno pasando por la oposición. El euro es nuestra condena, pero hablamos con reverencia y en susurros, como si fuera el mismo Dios. Ahora bien, el colmo es el entreguismo incondicional de Rajoy, pieza ultima de esta tragedia en la que participamos sin saberlo.
"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James
There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)
2 comentarios:
Es lo que sucede cuando el sistema democrático falla por la base y no hay más opciones plausibles. Estamos acabados cómo país, caeremos como fruta madura y seguiremos riéndonos de aquellos países que si saben poner en el gobierno a políticos y no politicastros de octava división. Vayamos rezando por un Estado que está a un tris de parecerse más al de El Salvador que al de Berlín.
Amén.
Un saludazo.
Si, esa es la triste idea. Idem
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