En el primer caso, el que percibe una renta, sea capitalista o sea trabajador, se enfrenta al dilema de ahorrar o gastar. Pero una vez decidido eso, para Keynes queda una decision más: mantener lo ahorrado en forma de liquidez, o invertirlo en un activo rentable con riesgo.
Para Keynes, la visión de los clásicos era que el dinero es un medio de pago, sin valor como activo. ¿Quién va a mantener riqueza en dinero, algo por lo que no se obtiene rentabilidad? Sólo los locos lo harían.
"Why should anyone outside a lunatic asylum wish to use money as a store of wealth?"
Sin embargo, el dinero tiene un valor que depende de la incertidumbre sobre el futuro. La teoría clásica, o convencional, asume que las decisiones se toman confiando en que el futuro será similar al presente. Mientras esa ilusión se mantenga, las variables que determinan el nivel de producción y de empleo, como el tipo de interés, no varían.
Pero, ¿Qué pasa si hay un cambio en la percepción del futuro?Because, partly on reasonable and partly on instinctive grounds, our desire to hold Money as a store of wealth is a barometer of the degree of our distrust of our own calculations and conventions concerning the future. Even though this feeling about Money is itself conventional or instinctive, it operates, so to speak, at a deeper level of our motivation. It takes charge at the moments when the higher, more precarious conventions have weakened. The possession of actual money lulls our disquietude; and the premium which we require to make us part with money is the measure of the degree of our disquietude.
The significance of this characteristic of money has usually been overlooked; and in so far as it has been noticed, the essential nature of the phenomenon has been misdescribed.
whereas fluctuations in the degree of confidence are capable of having quite a different effect, namely, in modifying not the amount that is actually hoarded, but the amount of the premium which has to be offered to induce people not to hoard. And changes in the propensity to hoard, or in the state of liquidity preference as I have called it, primarily affect, not prices, but the rate of interest; any effect on prices being produced by the repercussions as an ultimate consequence of a change in the rate of interest.
This, expressed in a very general way, is my theory of the rate of interest. The rate of interest obviously measures—just as the books on arithmetic say it does—the premium which has to be offered to induce people to hold their wealth in some form other than hoarded money.
Por lo tanto, la demanda de dinero no es una función estable dependiente de la renta y del tipo de interés, sino, además, de la visión que se tenga del futuro. El grado de confianza influye en el nivel de inversión a cada tipo de interés. No hay un bien homogéneo de producción al que se asimilen los dos bienes, capital y consumo.
El capital es un bien adquirido por dinero para obtener una ganancia, pero esa ganancia es estimada en un contexto de valoración que puede cambiar. Es cambio puede generar una valoración distinta a la habitual entre retener dinero o invertir en activos y capital.El volumen de producción y empleo depende de la inversión en capital. Este, a su vez, depende del tipos e interés y de la estimaciones e las rentas futuras de la inversión, que son estimadas en un contexto de valores asumidos que pueden cambiar. La inversión de pleno empleo no es una función estable. El nivel de empleo puede ser durante largo tiempo node pleno empleo.
Ver también el post de David Glasner, que me ha inspirado éste.
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