Tan nulas son que la influencia de los tipos de cambio desaparecen en esos modelos. Los mercados internaciones se mueven por los precios relativos reales de los paises involucrados. No hay que preocuparse, por lo tanto, en las variaciones de estos, porque los agentes son tan racionales que saben ver lo que ocultan tras de sí estos movimientos erráticos.
Ni que decir tiene que esta es una base ideológica del euro, que se lanzó con la hipótesis no contrastada de los modelos RBCH, que solo los precios reales importan, como si viviéramos en una economía de trueque.
Precisamente Michael Mussa, en 1986, hace un trabajo a fondo muy sencillo, donde demuestra todo lo contrario: que los tipos de cambio entre paises reales - es decir, los precios relativos de una cesta de mercancías significativas- se compra muy diferentemente cuando los tipos de cambio son fijos o son libres.
Y cuando son libres, el factor determinante de la senda de los precios relativos resulta ser... El tipo ce cambio nominal. El trabajo de Missa está lleno de ejemplos de paises con y sin tipo de cambio libre.
En el gráfico recojo el que ha seleccionado Krugman, que es Alemania frente a EEUU.
En él encontramos:
- los precios relativos de consumo entre ambos países (IPC usa/IPC ale)
- el tipo de cambio nominal $/marco (en $ por un marco)
- el resultado conjunto de ambos, o tipo de cambio real. Es decir, el tipo nominal ajustado por los precios relativos.
Hasta la ruptura del acuerdo de Bretton Woods, los tipos de cambio estaban fijados, como se ve en la Lina continua de abajo. Los precios relativos se mantuvieron constantes, aunque eso no quiere decir que dueron los de equilibrio. En 1970 se rompe y los tipos empiezan a fluctuar.
La línea de en medio, que es el tipo de cambio real ( tipos de cambio relativos dividido por precios relativos) se empiezan a mover en paralelo al tipo de cambio nominal. Entre el fin de Bretton Woods y la década de los ochenta, el dólar se devaluó, y así lo hizo si tipo de cambio real, por lo que EEUU recuperó la competitividad perdida Por la guerra de Vietnam. En los ochenta, con la política de Reagan el $ pasó a apreciarse, y también el tipo de cambio real.
Cuando dos paises evolucionan de distinta forma, Como EEUU y Alemania en los 60-70, el tipo de cambio fijo impidió el ajuste a la pérdida de competitividad de uno frente a otro. No se vio ningunas ganas de los mercados reales (es decir, precios relativos) en acometer por sí solos el ajuste a la perdida de competitividad.
Ergo, una refutación de la hipótesis de los RBCH, y sus derivaciones, como la boba teoría de euro. Que no fue una teoría, sino una ideología política impuesta por cafres sinninguma sensibilidad económica (y me refiero a todos los economistas que tragaron ¡E hicieron tragar, esta aldaba!).
En suma, las variables monetarias influyen en la economía real, y los tipos de cambio son variables monetarias que tiene claros efectos compensatorios de las desviaciones reeales del equilibrio. Los modelos de ciclo real estàn muertos, pero se siguen metiendo por los ojos a los alumnos, como si fuera el Corán a Los niños musulmanes.
Con todo, el mejor trabajo de los tipos de cambio flexibles es el que cita Krugman de Friedman de 1953 -al que parece empezar a estimar:
Friedman’s 1953 essay “The case for flexible exchange rates”:
Tan sencillo de entender, y tan difícil de que lo comprendan los políticos, los periodistas, los economista de pro y de pra, del RM o del Barça, aferrados a un icono moribundo. Para Rajoy es más importante salvar el euro que a España. Por esa vía corre el riesgo de perder los dos y el poder.
Dice Krugman que en EEUU el problema de la vigencia de los RBCH es política. Están apoyados y financiados por la derecha republicana principalmente. Aquí no. Aquí rebuznamos al unísonos todo el "arco parlamentario" incluidos nacionalistas de izquierdas y de derechas," empresarios" (esos empresarios que mantenemos entre todos, los que no han quebrado todavía), etc, etc, que prefieren una ayudara a que les ejem ajustar costes y precios.
Esto naturalmente, tiene consecuencias para nosotros, si se quiere que el euro siga lastrando nuestras vidas. La consecuencia más natural es que si Alemania quiere mantener el tinglado, ha de haber contraprestaciones a que no podamos JAMÁS ajustar nuestros precios relativos. Eso es de cajón, y está por encima del falso argumento que la austeridad de cada país nos salvará a todos. Para que eso funcionara -en un estado suboptimo, pues los precios jamás serian óptimos) sin subversiones u estañlidos sociales, habria que disponer de una transferencias netas continuas de norte a sur.
Supongo que esto implica ir hacia una Unión POLITICA total. Como eso es una cosa muy en lontananza, y mientras soñamos que nuestros nietos llegan a vivirla, hagamos algo por nuestras vidas.
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