"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Una clase política "extractiva"

Un articulo de César Molinas que han de leer, en el País. Destaco algunos párrafos.

La burbuja inmobiliaria española fue, en términos relativos, la mayor de las tres que estuvieron en el origen de la actual crisis global, siendo las otras dos la estadounidense y la irlandesa. No hay duda de que, como las demás, estuvo alimentada por los bajos tipos de interés y por los desequilibrios macroeconómicos a escala mundial. Pero, dicho esto, al contrario de lo que sucede en EE UU, las decisiones sobre qué se construye y dónde se construye en España se toman en el ámbito político. Aquí no se puede hablar de pecados por omisión, de olvido del principio de que los gestores públicos deben gestionar como diligentes padres de familia. No. En España la clase política ha inflado la burbuja inmobiliaria por acción directa, no por omisión ni por olvido. Los planes urbanísticos se fraguan en complejas y opacas negociaciones de las que, además de nuevas construcciones, surgen la financiación de los partidos políticos y numerosas fortunas personales, tanto entre los recalificados como entre los recalificadores. Por si el poder de los políticos –decidir el qué y el dónde- no fuese suficiente, la transmisión del control de las Cajas de Ahorro a las comunidades autónomas añadió a los dos anteriores el poder de decisión sobre el quién, es decir, el poder de decisión sobre quién tenía financiación de la Caja de turno para ponerse a construir.
no son los "putos" bancos, sino la política, la principal culpable de la burbuja.
Las otras dos burbujas que mencionaré son resultado de la peculiar simbiosis de nuestra clase política con el “capitalismo castizo”, es decir, con el capitalismo español que vive del favor del Boletín Oficial del Estado. En una reunión reciente, un conocido inversor extranjero lo llamó “relación incestuosa”; otro, nacional, habló de “colusión contra consumidores y contribuyentes”. Sea lo que sea, recordemos en primer lugar la burbuja de las energías renovables. España representa un 2% del PIB mundial y está pagando el 15% del total global de las primas a las energías renovables. Este dislate, presentado en su día como una apuesta por situarse en la vanguardia de la lucha contra el cambio climático, es un sinsentido que España no se puede permitir. Pero estas primas generan muchas rentas y prebendas capturadas por la clase política y, también hay que decirlo, mucho fraude y mucha corrupción a todos los niveles de la política y de la Administración
Los putos molinillos han forrado a comisionistas y políticos, que son los mejores comisionistas.
La última burbuja que traeré a colación, aunque la lista es más larga (fútbol, televisiones…), es la formada por las innumerables infraestructuras innecesarias construidas en las últimas dos décadas a costes astronómicos para beneficio de constructores y perjuicio de contribuyentes. Uno de los casos más chirriantes es el de las autopistas radiales de Madrid, pero hay muchísimos más. Las radiales, que pretendían descongestionar los accesos a Madrid, se diseñaron y construyeron haciendo dejación de principios muy importantes de prudencia y buena administración. Para empezar, se hicieron unas previsiones temerarias del tráfico que dichas autopistas iban a tener. En la actualidad el tráfico no supera el 30% de lo previsto.
Y ahora la teoría que no es mas que la de Acemoglu Y Robinson:
Termino aquí la parte descriptiva de este artículo en la que he resumido unos pocos “hechos estilizados” que considero representativos del comportamiento colectivo, no necesariamente individual, y esto es importante recordarlo, de los políticos españoles. Paso ahora a formular una teoría de la clase política española como grupo de interés.
El enunciado de la teoría es muy simple. La clase política española no sólo se ha constituido en un grupo de interés particular, como los controladores aéreos, por poner un ejemplo, sino que ha dado un paso más, consolidándose como una élite extractiva, en el sentido que dan a este término Acemoglu y Robinson en su reciente y ya célebre libro Por qué fracasan las naciones. Una élite extractiva se caracteriza por:
"Tener un sistema de captura de rentas que permite, sin crear riqueza nueva, detraer rentas de la mayoría de la población en beneficio propio".
"Tener el poder suficiente para impedir un sistema institucional inclusivo, es decir, un sistema que distribuya el poder político y económico de manera amplia, que respete el Estado de derecho y las reglas del mercado libre. Dicho de otro modo, tener el poder suficiente para condicionar el funcionamiento de una sociedad abierta -en el sentido de Popper- u optimista -en el sentido de Deutsch".
"Abominar la 'destrucción creativa', que caracteriza al capitalismo más dinámico. En palabras de Schumpeter "la destrucción creativa es la revolución incesante de la estructura económica desde dentro, continuamente destruyendo lo antiguo y creando lo nuevo". Este proceso de destrucción creativa es el rasgo esencial del capitalismo.”Una élite extractiva abomina, además, cualquier proceso innovador lo suficientemente amplio como para acabar creando nuevos núcleos de poder económico, social o político".
Con la navaja de Occam en la mano, si esta sencilla teoría tiene poder explicativo, será imbatible. ¿Qué tiene que decir sobre las cuatro preguntas que se le han planteado al principio del artículo? Veamos:
La clase política española, como élite extractiva, no puede tener un diagnóstico razonable de la crisis. Han sido sus mecanismos de captura de rentas los que la han provocado y eso, claro está, no lo pueden decir. Cierto, hay una crisis económica y financiera global, pero eso no explica seis millones de parados, un sistema financiero parcialmente quebrado y un sector público que no puede hacer frente a sus compromisos de pago. La clase política española tiene que defender, como está haciendo de manera unánime, que la crisis es un acto de Dios, algo que viene de fuera, imprevisible por naturaleza y ante lo cual sólo cabe la resignación.
Cesar Molinas ha hecho una buena disección de España usando la teoría de Acemoglu. Básicamente estoy de acuerdo con él. Pero no soy tan optimista como César que se pueda cambiar con una ley electoral. Y se ha olvidado de poner el acento en lo más importante. Ha pasado de refilón por la recomendación esencial de Acemoglu (un estado central fuerte), lo que pone en duda la descomposición autonómica actual.
Por otra parte la comparación con la sociedad franquista no me vale, porque entonces la clase política era tan pequeña que no incidía en la deuda, que era menor al 20% del PIB, la mas pequeña de occidente. Pudiera ser que fuera "extractiva" pero eran muy pocos a extraer. El numero de empleados del estado y de empresas publicas era ridículo. Debemos reconocer que la Transición ha multiplicado eso por un múltiplo de varios dígitos. Yo creo que la degradación de España no seria a la de los años cincuenta (la monomanía de Dupont & y Dupont), sino peor. Los años cincuenta eran de salida después de una guerra y una posguerra. de ahí se pasó al crecimiento de los sesenta, y a la apertura que al final abocó a la transición. Si hubo transición fue por ese proceso anterior. Había que ponerle la guinda política, homologar España com Occidente, y se fracasó. Se fracasó Por no haber atornillado a los nacionalistas y no haber promovido un estado central protector de lo que Acemoglu y César llaman la destrucción creativa.

Sì, hemos dejado que se formara una inmensa garrapata que esta élite extractiva. En realidad nos extraen antes de producir nada. Pero eso lo hicimos entre todos, con la inmensa colaboración del separatismo. El separatismo y su chantaje sin limite, y su multiplicación por 17, ha sido la semilla del engendro. ahora que están a punto de marcharse, espero que las garrapatas desaparezcan.

Yo creía que con la democracia Cataluña (sé que César viene de allí) seria un ejemplo para los demás. Ha sido un ejemplo de todo lo que no se debe hacer. Cataluña ha podido conquistar Castilla infinidad e veces. Pero ha preferido refugiarse en el romanticismo de medio pelo de figurarse una colonia oprimida. Tenía la preparación y recursos para haber gobernado España desde Madrid, pero se han auto limitado, por un complejo que no entiendo bien. Hubo un tiempo en que los catalanes tenía prestigio de laboriosos e inventivos, hubieran sido aceptados con aplausos. Nunca han querido demostrarlo fuera de su corralito. Han demostrado que cuando un error prende en el imaginario colectivo vehículo por el rencor, no hay quien lo frene. Prefieren odiar. Ese odio, administrado durante décadas, ha sido el origen del derrumbe.

Yo creo que se ha demostrado que España como tal nación necesita un estado centralizado fuerte, como recomienda Acemoglu, que esas partes del libro parece habérsela saltado son César. Si la transición hubiese sido intransigente con los nacionalistas desde el principio, no hubiéramos llegado hasta aqui. Pero desgraciadamente la derecha era débil, y el POSE tenía el veneno dentro. Y lo fomentó además con fruicción cuando le convino electoralmente. El azar, los acontecimientos, la ideologización, nos lanzó por la pendiente de contentar como fuere a esos saqueadores. Y ahora los saqueadores se van. Por fin.

Como dice FJL en el mundo, "A pedir a la calle."

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