Vivimos un país tan absurdo que, un vecino mío, jubilado de la comunidad de Madrid, puede coger el tren gratis, pero no puede bajarse una vez pasada la frontera de Ávila. Le detienen si no paga el viaje completo. O bien, como mi vencino es de armas tomar, monta un pollo que acaban déjandole ir, no vaya a ser que se agoten en la lucha incansable por imponer la ley.
O sea, que en España hay frontera internas, muchas e invisibles. Un carnet de jubilado tiene distintos derechos según donde sea expedido. Una cosa ridícula, bochornosa, alucinante, y que dan ganas poner una bomba selectiva que mate solo a los gilipollas.
O sea, que en España hay frontera internas, muchas e invisibles. Un carnet de jubilado tiene distintos derechos según donde sea expedido. Una cosa ridícula, bochornosa, alucinante, y que dan ganas poner una bomba selectiva que mate solo a los gilipollas.
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