"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

miércoles, 2 de enero de 2013

High capital ratios cannot prevent runs

Es decir, las más altas ratios de capital de las entidades no pueden impedir una crisis sistémica. Esto es lo que afirma Gary Gorton en "Misunderstanding Financial Crises", un libro fundamental para entender la crisis, sus causas y sus consecuencias.

En el capítulos dedicado al marco prudencial, dice que la normas de Basilea III, que se intentan imponer en el mundo, sólo sirven para la solvencia de una entidad, pero no para el riesgo de un corrimiento general que se contagia al mundo entero. Sólo una ratio de Capital del 100% podría evitar tales crisis.

La causa de la crisis es un chispazo de desconfianza (puede que por la sospecha sobre una entidad) que se generaliza y lleva a no creer que los bancos vayan a hacer honor a sus pasivos a corto, exigibles a la vista. Antes, esos pasivos eran depósitos de la gente. Ahora son repos y pagarés que cotizan en el interbancario. Una vez se levanta la sospecha de que los bancos no van a poder financiarse, automáticamente nadie les concede financiación a corto, liquidez. Si no encuentran liquidez, se verán obligados a vender activos, lo que hará que sus recios se desplomen. Eso incitara a la gente a vender activos similares.

Gorton Critica duramente la actitud del Banco de Basilea, dirigido por el español Jaime Caruana, ex gobernador del Banco de España. Viene a decir que no se ha enterado de nada cuando declaraba "no se trata sólo de calidad del Capital exigido, sino de la cantidad de capital". Como tantos otros, que siguen insistiendo en el aumento de la ratio capital/pasivos, no se ha enterado del fondo de la crisis. Es más. Exigir reforzar el capital, durante la crisis, es un error de consecuencias graves, pues retrasa el funcionamiento de la actividad crediticia. Sin embargo esas es la insistencia de la UE.

Se podría decir que este mismo error está implícito en el enfoque de la UE sobre la economía en general: es una gigantesca distorsión de perspectiva, como es querer arreglar un problema sistémico/Macroeconómico con instrumentos de solvencia/microeconómico.

Podemos pensar entonces qué pasará cuando la banca se haya reformado, pero la economía siga deprimida. Entonces los bancos serán más seguros, aunque no del todo, y eso no garantizará que el crédito fluya.

La insistencia en la unidad bancaria como objeto de desvelo es pues, errónea, si no se traduce en un potente instrumento del BCE para advertir y paliar una crisis bancaria sistémica.

Entre 1934 y 1980 hubo un largo periodo en EEUU sin crisis bancaria. Eso se debió a un a regulación que configuraba un modelo bancario muy diferente: primero, los depósitos estaba n asegurados, lo que eliminaba la fuga de depósitos. Segundo, los bancos no podían asumir grandes riesgos, pero a cambio disfrutaban se un monopolio de hecho gracias a que el mercado estaba acotado por la autoridad central. La desregulación iniciada en los ochenta, y seguida en todo el mundo, introdujo una competencia que obligó a los bancos a hacer operaciones cada ves más arriesgadas para no ser comidos y triturados por la competencia. La forma de operar para ganar dinero les forzó a la titularización, nueva forma de encontrar recursos y transferir riesgos, lo que les permitía financiar a corto más activos a largo plazo, con el resultado del aumento del apalancamiento. Las carteras de los bancos se llenaron de activos líquidos sostenidos por duda a corro plazo muy líquida, hasta que dejo de serlo. Lo irónico es que esa titularización fue considerada buena por los bancos centrarles, como una forma de reducir riesgos del activo.

Por lo tanto, lo que ha demostrado esta crisis es que la libre competencia entre bancos no ha traído los frutos esperados. La larga historia de la banca desde que el dinero era privado hasta hoy, demuestra que las crisis bancarias siempre han existido. Antes, con el dinero en especie (oro y/o plata) las carreras eran para retirar el oro. Después fueron los billetes de las Cámaras de compensación comunitarias. Luego los billetes fiduciarios del Banco Central. En esta última crisis, el dinero circulante en el mercado mayorista: depósitos al por mayor, repos y pagarés. Pero la motivación de fondo de que se forme la estampida es la misma: desconfianza en que un banco y los bancos puedan devolver la liquidez prestada a cambio de depósitos a la vista.

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