"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

lunes, 21 de enero de 2013

Necesidad de elegir

La ley de la Demanda es un pilar básico de la economía. He visto en algunos post que es discutible, puesto que no se puede probar empíricamente. Ver aquí por ejemplo.

Menger, uno de los fundadores del marginalismo (considerado por los austéricos como su padre) decía, con toda la razón del mundo:

unempirical when tested by reality in its full complexity. But what else does this prove than that the results of exact research do not find their criteria in experience in the above sense? The above law is, in spite of everything, true, completely true, and of the highest significance for the theoretical understanding of price phenomena as soon as one looks at it from that standpoint appropriate for exact research. If one looks at it from the point of view of realistic research, to be sure, one arrives at contradictions … but in this case the error lies not in the law, but in the false perspective. (Menger 1963: 57).
La Ley de la demanda dice que si el precio de un bien sube, la demanda de ese bien se reducirá. No es empíricamente demostrable porque la demanda de un bien está sujeta a circunstancias no controlables por el experimentador, como sí son controlables en un laboratorio de ciencias naturales.
Pero se puede demostrar que lo contrario a esa ley sería absurdo. Si cuando el precio de un bien subiera, la demanda subiera sistemáticamente, la economía no tendría sentido, a menos que introdujéramos circunstancias especiales. Por ejemplo, expectativas de que el precio va a seguir subiendo y que la oferta es fija, lo que es un caso de especulación normal. Pero hemos introducido expectativas que cambian la situación.

Un ejemplo de este proceso especulativo es el mercado del petróleo, o del oro, o de cualquier bien cuya oferta a corto plazo es fija. Si sube el precio y la gente supone que va a subir, demanda más del bien, lo que hace aumentar la demanda al subir el precio. Pero eso no es una refutación de la Ley. Es un caso especial en el que el sujeto elige especular.

Pero si un bien sube de precio, a igualdad de todo lo demás (renta y precios de otros bienes), la demanda se contraerá. Si no, estaríamos en un mundo absurdo en el que los recurso no serían limitados, y la gente no tendría que elegir con sus recursos tasados entre un bien y otros bienes, o entre gastar o ahorrar. Pero, en ese caso, la economía no tendría sentido. La economía es el estudio de la elección en el uso de recursos limitados: entre un bien u otro, entre una trabajo u otro, entre gastar o ahorrar. Si esa elección se hace bien a nivel individual y colectivo, los recursos aumentan con el tiempo, y se amplía el campo de elección, pero la necesidad de elegir no desaparece nunca. Los recursos son tasados en relación a las elecciones disponibles.

La elecciones siempre son ilimitadas en relación a los recursos. Los recursos siempre son limitados en relación a las elecciones. Hay una condición que hace necesarias las elecciones: que lo que no decidas lo hará otro por ti. Hay más: esa elección es, en la mayoría de los casos, irreversible.

La primera necesidad es elegir, y si la información sobre lo demás no cambia, la subida del precio de una cosa hace caer su demanda.

2 comentarios:

Miguel E. dijo...

Hay que tener en cuenta la elasticidad-precio de cada bien, ya que si el pan sube un 10% la demanda bajará mucho menos de un 10% (hay que comer para vivir) mientras que si lo que sube un 10% son los relojes de la marca Rolex su demanda bajará mucho más de un 10% al ser algo totalmente superfluo de lo que la gente puede decidir prescindir.

Por otra parte, puede haber curvas de demanda totalmente verticales, como la demanda de agua, ya que tenga el precio que tenga los consumidores (que la necesitan para no morir de sed) seguirán consumiendo lo mismo día tras día.

www.MiguelNavascues.com dijo...

No has entendido nada. Por supuesto que... Pero estoy hablando de un principio.