"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

jueves, 28 de febrero de 2013

El marrón bancario

En una crisis tan profunda y prolongada como la que sufrimos, se habla recurrentemente de que los bancos deberían de dar más crédito, incluso de que se les debería obligar. De vez en cuando hay conatos de amenazas, o de medidas aparentes, con las que el Gobierno intenta lanzar la imagen de que él va a meter en cintura a los bancos.

Pero los bancos no están en una posición idónea para dar créditos, si no es en condiciones y garantías leoninas. Primero porque están siendo rescatados con dinero público, muy vigilados además por Bruselas, y esos fondos de ayuda (que recaen sobre la deuda pública española) no son para transformarse en un oferta de crédito inmediata, sino para restituir los balances bancarios. Para ello los bancos han sido reducidos en número, aligerados, por el "Banco Malo", de los activos más irrecuperables ahora, pero esa transferencia de carga no es sustituida por activos nuevos privados, sino por reservas de liquidez y bonos del Tesoro. (Lo cual perpetua la correlación entre crisis soberana y crisis bancaria, dicho sea de paso.)

Pero, además de esa restricción de la oferta, lo que no hay es demanda de crédito. Al menos una demanda que cubra toda la calificación de seguridad que la banca se ve obligada a exigir. Cuando las cosas están mal, la gente que pide un crédito personal o con garantía no es, a los ojos del banco vigilado, un cliente seguro. No se sabe qué va a pasar con el precio de mercado del bien propuesto como colateral, por mico que diga el gobierno que "lo peor ya ha pasado". Pero el cliente potencial no tiene una visión mejor del futuro. No ve que los precios de venta de lo que quiera producir mediante la inversión por la que pediría el crédito vayan siquiera a mantenerse estables. Aunque se era que a partir de mediados de año la economía "tirará" un poquito, no tiene por qué pensar que va a ser él el afortunado.

Hay un aspecto que juegan un papel multiplicador del pesimismo: la incertidumbre sobre los impuestos. Por mucho que haya bajado el déficit, sigue siendo muy elevado, el déficit primario es muy alto, vamos a tener que seguir recortando. En suma, los impuestos seguirán subiendo. En cambio, los gastos seguirán bajando, lo cual aumemta el cierre de empresas proveedoras. Además, el dato de la cantidad de pagos atrasados no estimula a inmovilizar lo poco que se tiene. Y esto por no hablar de la incertidumbre política creciente.

Oferta y Demanda. Hay un abismo entre ellas en precios y cantidades. Los bancos ofrecen créditos al consumo al 10%, cuando el tipo de interés básico es el 0,75%. Esta distancia entre el coste del pasivo mínimo y el "precio de venta" es un indicador de las restricciones de oferta: es evidente que hay "atascos" entre el BCE y los prestatarios bancarios. No tenemos un indicador de la falta de demanda, pero a los tipos de interés y condiciones de colateral exigidas, no hay muchos negocios que obtengan esa rentabilidad. Puede decirse que las curvas de demanda y oferta de crédito en función del tipo de interés no se encuentran en el primer cuadrante en ningún punto.

Los bancos viven del crédito a la administración, la unica demanda de credito, como vemos en este gráfico del Banco de España.

Es decir, se financian con las subvenciones, y con ello dan crédito a al subvencionador.

Es la consecuencia de la política de Rescate bancario, la cual, por otra parte, tiene toda la pinta de hacerse con los pies.

En la base de este desatino hay un factor elemental: la incapacidad el gobierno para hacer un política, buen o mala, propia. Sin Banco Central propio, tu capacidad financiera es nula (los tipos de interés suben a la estratosfera), no puedes modular el déficit público, y además los,bancos tiene muchos más problemas, pues caen en el círculo opresivo riesgo soberano-riesgo bancario.

Lo malo es que el ejemplo de otros países que van por delante nos dice que no se restituye velozmente el canal de transmisión bancario, menos cuando no hay una política audaz para hacerlo.



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