Leyendo desganadamente la prensa dominical, me encuentro con este artículo de Rallo (Mundo, pag 12) comentando la propuesta de Montoro de un "techo asimétrico" del déficit para cada auronomia, según su capacidad de chantaje. A mayor capacidad de chantaje, mayor holgura del déficit permitida por el gobierno.
Es un absurdo que sólo se puede dar en España, país de los así absurdos que te puedas encontrar. Pero Montoro es un señorito andaluz que hace lo que le viene en gana, y se ha empeñado en ser popular en Cataluña, cosa que por supuesto no va conseguir, por mucho que se doblegue y se haga el agachadizo al entrar en ese "paraíso".
Entonces empiezo a leer a Rallo, que se arranca bien, en la parte de crítica, pero luego llego a la parte positiva, de propuestas, y me quedo anonadado. Esta es su propuesta. Subrayados míos.
En otras palabras, borrar de la Comunidad Internacional la nación llamada España, que no será más que un territorio en el que 17 naciones se disputan como salvajes los territorios colindantes y sueñan con hacerse un "imperio" a costa del vecino.
No se como habría un gobierno nacional con recursos suficientes para controlar eso. Desde el momento en que se dictará ese absurdo, nadie querría saber nada me un gobierno nacional que cubra las necesidades fiscales -los bienes públicos- de la población que la habita.
Europa pasaría a tener 17 naciones más, lo que le vendrían muy bien a los grandes para manipular más cómodamente las mayorías efectivas.
No hace falta que me expliquen que este es el esquema visionario de Mises, de los liberales y de la Public Choice, de competencia entre entidades públicas como si fueran empresas. Para ellos EEUU no es liberal porque el gobierno central es demasiado fuerte, los Estados no tienen suficiente autonomía fiscal, con la cual competirían "sanamente" entre ellos para dar los mejor servicios al menor coste fiscal. Así, dicen estos surrealistas, cada ciudadano podría escoger donde instalarse haciendo un cálculo de coste beneficio en el que, al parecer, no entrarían otras consideraciones como localización industrial, especialización, etc.
De modo que frente al tactismo, a la falta de plan del gobierno, se le opone un esquema con el que salivan los Catalanes, pues es su plan perfecto. Como son ricos, para ellos la independencia supone de dejar de trasvasar recursos fiscales al resto de España. No he oído un a locura mayor. Y todo por defender una idea trasnochada que nunca ha sido probada.
Pues prefiero el tactismo de Montoro, un ser sin escrúpulos, pero al menos posibilista, que está locura peligrosa, que no está tan lejos como parece.
O decidimos de una puta vez que España es una nación soberana, un democracia centralizada que ve competencias para que mejore su gestión, pero en la que el grueso de su población tiene un estado que gestiona el grueso de los,recursos mediante una sola ley emanada de un solo Parlamento, o vamos a pasos agigantados hacia la nada, la colonización económica y la gresca constante entre nacioncillas ridiculas.
Es más, me temo que cuanto más avancemos en la dirección que propone Rallo, más violenta será la Restauración de un régimen nacional.
Es un absurdo que sólo se puede dar en España, país de los así absurdos que te puedas encontrar. Pero Montoro es un señorito andaluz que hace lo que le viene en gana, y se ha empeñado en ser popular en Cataluña, cosa que por supuesto no va conseguir, por mucho que se doblegue y se haga el agachadizo al entrar en ese "paraíso".
Entonces empiezo a leer a Rallo, que se arranca bien, en la parte de crítica, pero luego llego a la parte positiva, de propuestas, y me quedo anonadado. Esta es su propuesta. Subrayados míos.
Esto no se entiende bien, como todo lo de este confuso autor, pero llego a la sospecha de que esta proponiendo una independencia fiscal total, que cada Autonomía arree con sus recursos, y que si es pobre, sea más pobre aún, y si es rica, mejor para ella.Sujetando los gastos de cada autonomía a los ingresos que pudiese cosechar entre sus ciudadanos, no sólo se habría estimulado una muy sana competencia fiscal, no sólo se habría puesto de manifiesto qué administraciones territoriales estaban más exageradamente sobredimensionadas y requerían de una mayor poda, sino que se hubiese podido dejar quebrar a aquellas más insolventes.
En otras palabras, borrar de la Comunidad Internacional la nación llamada España, que no será más que un territorio en el que 17 naciones se disputan como salvajes los territorios colindantes y sueñan con hacerse un "imperio" a costa del vecino.
No se como habría un gobierno nacional con recursos suficientes para controlar eso. Desde el momento en que se dictará ese absurdo, nadie querría saber nada me un gobierno nacional que cubra las necesidades fiscales -los bienes públicos- de la población que la habita.
Europa pasaría a tener 17 naciones más, lo que le vendrían muy bien a los grandes para manipular más cómodamente las mayorías efectivas.
No hace falta que me expliquen que este es el esquema visionario de Mises, de los liberales y de la Public Choice, de competencia entre entidades públicas como si fueran empresas. Para ellos EEUU no es liberal porque el gobierno central es demasiado fuerte, los Estados no tienen suficiente autonomía fiscal, con la cual competirían "sanamente" entre ellos para dar los mejor servicios al menor coste fiscal. Así, dicen estos surrealistas, cada ciudadano podría escoger donde instalarse haciendo un cálculo de coste beneficio en el que, al parecer, no entrarían otras consideraciones como localización industrial, especialización, etc.
De modo que frente al tactismo, a la falta de plan del gobierno, se le opone un esquema con el que salivan los Catalanes, pues es su plan perfecto. Como son ricos, para ellos la independencia supone de dejar de trasvasar recursos fiscales al resto de España. No he oído un a locura mayor. Y todo por defender una idea trasnochada que nunca ha sido probada.
Pues prefiero el tactismo de Montoro, un ser sin escrúpulos, pero al menos posibilista, que está locura peligrosa, que no está tan lejos como parece.
O decidimos de una puta vez que España es una nación soberana, un democracia centralizada que ve competencias para que mejore su gestión, pero en la que el grueso de su población tiene un estado que gestiona el grueso de los,recursos mediante una sola ley emanada de un solo Parlamento, o vamos a pasos agigantados hacia la nada, la colonización económica y la gresca constante entre nacioncillas ridiculas.
Es más, me temo que cuanto más avancemos en la dirección que propone Rallo, más violenta será la Restauración de un régimen nacional.
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