"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

jueves, 2 de mayo de 2013

El uno de Mayo en una Europa rota

Mientras nuestros sindicatos convocaban a los paniaguados de siempre, luciendo todos sus satisfechas y repletas barrigas cincuentonas, y mientras Gordillo volvía a invadir la finca de siempre (si insiste conseguirá que se la donen: seguro que cuesta siendo al Erario público mantenerla), en la Europa de más al norte se desarrollaban manifestaciones más interesantes, "preñadas de futuro."

En París, gran manifestación de la extrema derecha Lepenista, la mayor amenaza para Hollande, ese tonto útil que no consigue salirse de la redes Merkelianas. El partido de Lepen (hija) cubre una gran extensión social, tiene votos que en el Parlamento español, donde entran terroristas sin problemas, podría llegar a ser la segunda fuerza. Les quita votos a la derecha y la izquierda. Por supuesto, lo más interesante es que es anti euro.

La historia se repite, y cuando lo hace -decía Karl Marx - lo hace en forma de farsa. Para Marx si no había miles de muertos, cualquier movilización era una farsa de la historia. Supongo que si hubiera visto el ascenso de Hitler al poder, hubiera dicho que era una payasada.

Sin embargo, estas farsas no son inofensivas. Son una réplica casi perfecta del surgimiento de los movimientos extremistas que ayudaron a caldear el ambiente en los años treinta, cuando Oh Casualidad! las sociedades estaban desesperadas por una crisis muy parecida a la que padecemos hoy. Una crisis sin esperanza, con gobiernos que se veían, como los de hoy, incapaces de encontrar el camino de salida, y que son cada vez más denostados unos y por otros, vilipendiados en el fondo por su propia culpa, por ser incapaces de decir la verdad. ¿Y que causas eran aquellas? El cerril empeño de reimplantar el patrón oro, que provocó una escasez de liquidez internacional y una deflación, paros masivos del 30%, ruinas bancarias en cadena, y desesperación. No fue casual que Hitler llegará al poder en 1933, y lo primero que hizo fue declarar la suspensión del pago de la deuda de la Primera Guerra Mundial. Eso liberó recursos utilizables en fabricar tanques y aviones.

Tampoco es casual que en España se cambiará de Régimen en 1931, sin mucho respeto por el resultado de las urnas, que habían dado la mayoría a los partidos monárquicos. Pero estos ya se habían rendido, y en vez de contener la avalancha revolucionaria, intentaron montarse a ella. La República Española (tan mitificada todavía) venía preñada de revolucionarios extremistas en los partidos que se suponían de centro. Como ahora, se dedicaron a enemistarse y agredirse unos con otros en vez de sentarse a pensar si el problema urgente no era otro que la revolución proletaria; por ejemplo, una crisis mundial.

España debe ser el país más hipócrita del mundo, digo yo, o quizás el más tonto, cuando en los demás países europeos, incluso en los que van bien en el euro, se cuestionan su existencia. En Austria, un país aliado de Alemania en el euro, está Frank Stronach, un millonario que lidera un partido anti euro.

"El euro es una estupidez absoluta", dice Frank. Es una frase tan trivial, tan llana... y sin embargo, yo no la he oído en España en 20 años, salvo a algunas personas insignificantes, que luego han tenido que callar a medida que subían en la cucaña social en cargos y prebendas. Incontables son la que he visto tapar se la boca, quedarse mudos, ante los cargos y prebendas que se les abría como un gran porvenir.
Aquí, nuestra modesta aportación a estos nuevos movimientos es la reformación en partido del 15 M, aquellos chicos que estuvieron un par de meses ocupando la Puerta del Sol ilegalmente. No recuerdo que hicieran ni un sola afirmación realista, en ese batiburrillo de voces descoordinadas que lo mismo parían diez constituciones en una hora que a la hora siguiente las habían desbaratado. Lo malo es que hicieron gracia a gente seria. Lo peor es que el partido en el gobierno de Zapatero les dio alas. Aún no sabemos cuantas propuestas llevarán a las elecciones. Pero seguro que se tropiezan en el saco unas con otras, y seguro que un plan sobre el problema del euro no está entre ellas.
En fin, cuando los poderes instituidos no quieren decir la verdad, mienten. Cuando esas mentiras no traen soluciones, la gente se desespera, y a las primeras de cambio derriban el gobierno y votan a uno nuevo, nada amigo del parlamentarismo ni de las demás instituciones limitadoras del poder. Y España, como otros países europeos, cada uno con su historia de convulsiones, es el tejido perfecto para plasmar en él una bonito estampado de revolución destructiva.

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