"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

jueves, 1 de agosto de 2013

Las tres cosas -aumento de la deuda, aumento del paro, y perdida de renta- son una bomba de la que lo único que no se sabe es cuando explotará.

Al final de su largo y excelente artículo sobre Grecia, Evans-Prichard nos dice:

These nations will remain trapped in slump and mass unemployment until they take matters into their own hands, form a debtors cartel, confront the head-on gunboat creditors from a position of strength, and dictate the outcome. But first they have to defenestrate out their own cowed elites.

Grecia, gracias a la política de rescate de la Troika, tendrá a final de año una deuda publica del 176% el PIB. Lleva ya una contracción de la economía del 25% desde 2007, a lo que se añadirá otro 5% este año.

Una situación "grotesca" como dice Evans-Prichard. Por no admitir que esa deuda es impagable, la carga de la misma sube y sube para los contribuyentes alemanes.

La única salida para Grecia (que ellos mismos no admiten, ni la clases política ni la ciudadanía) es hacer default y devaluar. Quizás al principio, hace cinco años, la devaluación hubiera bastado. Una devaluación tiene dos efectos complementarios: abarata el precio de las exportaciones en moneda extranjera, lo que hace más rentable la inversión. Eso, a su vez, hace más atractivo la inversión en el país: vuelven a entrar capitales extranjeros.

¿Qué pasaría en España si devaluáramos? Exportaríamos más fácilmente que a través del laborioso proceso de devaluación interna, y las inversiones se abaratarían para el capital exterior. No hay más que pensar en cuantos pisos vacíos se venderían. El tirón de la demanda interna haría más rentable la inversión empresarial: en suma, un doble efecto: un coste de capital más barato y una rentabilidad mayor.

Pero ahora no es suficiente. La devaluación tendrá que ser más intensa que hace cinco años (se han acumulado más dequilibrios patrimoniales) lo que hace que su impacto contractivo en el nivel de renta sea mucho más fuerte y la incertidumbre mayor.

Lo que hay que preguntarse es si ya es tarde, o si, por el contrario, dentro de cinco años los problemas se habrán duplicado.

El pasado reciente nos dice que dentro de cinco años estaremos igual (en el mejor de los casos) o peor. Para que no fuera así, los mandamás es del euro deberían aceptar que las deudas de Italia, Portugal, Grecia, España e incluso Irlanda es impagable. Pero seguramente no lo aceptarán mientras no tengan que rescatar a un país del volumen de Italia o España. Portugal y Grecia son manejables, pero Italia y/o España no son rescatables, porque los votantes/contribuyentes alemanes no lo aceptarían.

El euro mismo va cavándose su fosa mientras va poniendo parches que tapan la realidad. La realidad es que las deudas e los PIIGS aumentan, mientras su sociedad se va minando por la contracción de la renta y el aumento del paro. Las tres cosas -aumento de la deuda, aumento del paro, y perdida de renta- son una bomba de la que lo único que no se sabe es cuando explotará.

Se pretende que la solución es la reforma interna. Se pretende, pero ni siquiera se hace. La propia sociedad se rebela, como en Grecia con la privatización de la Tv pública. Puede parecer ridículo, pero es un síntoma de lo altas que son las barreras contra la reformas pregonadas.

Cuanto más corrompida (sin saberlo) es una sociedad, menos capaz es de hacer honor a sus compromisos exteriores: deuda y valor de su moneda. Ambas cosas llevan a un desconfianza crónica de los inversores extranjeros. Pero eso no se revierte con reglas de imitación foránea: es un dato cultural enraizado. Tampoco es un problema de tendencia, sino de volatilidad: las inversiones captadas son más caras y más volátiles. Pero eso es lo que hace imposible una unión monetaria con Alemania,

No hay comentarios: