La tesis, expresada ayer en portada por El País, es que el superávit alemán «dificulta» la recuperación de Europa. Esto es una falsedad. El Tesoro de EEUU, el FMI y el G-20 se han quejado del superávit teutón por las mismas razones que hace cinco años se quejaban del superávit chino. No es porque se sientan solidarios con el sur de Europa, sino porque los alemanes los están fundiendo.
Es imposible que todas las naciones tengan superávit al mismo tiempo. Del mismo modo, es imposible que todos los agentes económicos del planeta ganen dinero al unísono, salvo que, como dijo Krugman, los compradores estén en Marte. En un mercado libre hay ganadores y perdedores. Los que lo hacen bien, ganan. Los que lo hacen mal, pierden. Lo importante es que el juego sea limpio y los intercambios, crecientes. Y para eso sólo se requiere cierta libertad de oportunidades y capacidad de competir. España, desde hace unos meses, lo hace bien y ha dejado de ser perdedora. Alemania es ganadora desde hace mucho.
Hay quienes afirman que Alemania debe dejar de vender como lo hace ahora para ayudar a que el sur de Europa se recupere. En realidad, si el superávit comercial germano disminuye, los únicos beneficiados serán EEUU y Asia, los dos continentes que llevan años retirando capitales de Europa. Una poderosa razón es la que subrayaba ayer el economista Wojciech Golecki: no hay motivo para creer que si Alemania vende menos, Portugal vaya a vender más. Estas son las falacias a las que nos conduce el pensamiento de planificación que ha inundado de burócratas la UE. Pero hay un segundo motivo, y es que Alemania no tiene superávit con los países del euro. Su gran excedente comercial es con países de fuera de la UE. (Un problema español es que tenemos superávit con Europa, pero competimos peor con los países de fuera de la UE).
El problema no es Alemania, como nos quieren hacer creer. El problema somos nosotros. Los expertos creen que nuestro superávit por cuenta corriente, del que Montoro se pavonea, desaparecerá apenas se reactive nuestra demanda. Y, según ellos (lo ha dicho Zsolt Darvasen un post en el think tank Bruegel), la gran ganadora volverá a ser Berlín, que está lista para llenar los huecos de nuestra tendencia natural al déficit.
Esto lo puede decir un inepto en economía, jamas un experto (por muchos masters que posea). Lo malo es que él se cree que es un experto. Como casi todos los economistas españoles, sólo ve las reacciones micro y no llega a ver la macro. Para él y la mayoría sólo existe el "modelo Pizarro", el de la economía familiar. La familia, cuanto menos gaste, mejor. Pero si todos queremos vender lo nuestro a los demás, deseamos que nos compren nuestro material. Si todos ahorramos más, las ventas y el empleo caen. Ídem entre países.
Ya hemos dicho aquí que el gran excedente exterior de Alemania no es porque sus productos sean más competitivos, sino que compra cada vez menos al exterior. La identidad de la contabilidad nacional lleva aAhorro interno - inversión interna = Expot - Import = Superávit exterior.
El problema no es que las exportaciones alemanas sean muy altas, es que las importaciones son muy limitadas. Cada vez más limitadas. Ergo Alemania tiene un excedente frente al exterior. Al ser cada vez más alto (7% del PIB a día de hoy) Alemania tiene unos activos, o posición Inversora frente al exterior, de más del 100% del PIB. Y aspira a cobrar estos préstamos. Lo malo es que a los países que le deben no les deja crecer, y tienen cada vez menos dinero para devolver esos préstamos.
Las culpas de los desequilibrios mundiales son simétricas siempre.Allá ellos. Pero, si todos competimos por ahorrar y tener un superávit frente al exterior, todos nos "hacemos trampa": nos compramos cada vez menos unos a otros si estamos en una unión monetaria. Si estamos en un sistema de tipos de cambio libres, no pasa nada: el tipo de cambio de Alemania se apreciaría, su superávit disminuiría. Al estar en una no unión monetaria imperfecta (BCE sin plenas funciones, y sin gobierno federal), no hay ajuste cambiario: hay ajustes internos. Pero esos ajustes han de ser simétricos -como lo son los ajustes cambiarios necesariamente. Si una momeda se precia, la otra se deprecia. Y como lo son entre las regiones de un país.
En una unión monetaria, esa simetría debe cumplirse en los ajustes internos. Si un país (España) se contrae internamente y contrae sus salarios y precios, el el otro (Alemania) ha de aumentar su demanda y sus salarios y precios.
Esto es lo que pasa en una unión monetaria nacional: si una región se deprime frente a otra, sus parados se van a buscar trabajo a la otra; los salarios caen. En la otra suben, por efecto de la mayor demanda. La demanda más dinámica en la región segunda actúa de arrastre de la demanda en la primera. Además, hay unos mecanismos fiscales equilibradores, como el subsidio del desempleo, que fluye desde el centro, y de la región más en auge, a la más deprimida (como verán, esto es pura teoría neoclásica).
Exactamente así sucede en EEUU. En EEUU hay tres cosas que no hay en la UME. Una FED que sostiene bajos los tipos de interés, un gobierno federal cuyos ingresos y pagos son estabilizadores automáticos, y más intensos según sea el ciclo regional, y una movilidad de la mano de obra interegional.
En la UME no hay ninguno de estos mecanismos. Los John Muller y Cía, como el del anterior post, son auténticos ignaros que deberían pensar dos veces antes de hablar. Yo los llamaría los afrancesados de hoy. Los afrancesados del XIX decían que era buena la invasión de Napoleón: y se pusieron de pqlanganeros de José Bonaparte. Los afrancesados de hoy son los que ven bien la "invasión" de Alemania (obviamente, no militar), y no ven la necesidad de avanzar a una unión de verdad o retroceder. Insisto: es que no siquiera ven que si no se avanza hacia una unión política -que yo repudio- no puede funcionar la UME.
Aunque a mí me viene muy bien que digan chorradas estos incompetentes, porque me ayuda a explicar la Macro ignorada. Macro, que por cierto, es totalmente neoclásica, no hace falta llegar a Keynes para entender esto. Son una expresión fenomenal de la ignorancia y la incultura de España, la colonización cultural de los medios, a su vez colonizados, mediatizados, de la mediocridad general, en suma.
No lo digo por sus conclusiones, sino por no querer indagar otros caminos que no sean los que tienen en el ship austérico.
2 comentarios:
Excelente post, y realmente iluminadora la analogía con los afrancesados de principios del XIX; la triste diferencia es que ahora no hay ningún tipo de reacción popular contra la invasión, seguramente porque entonces tenían a la iglesia católica como aglutinante de la nación y hoy no nos queda ninguna institución capaz de unir y liderar. Durante años ese papel lo desempeñó Juan Carlos I, el padre de la presunta superdefraudadora 0014, con licencia para trincar. ¿Como va a vivir la hija preferida del rey(es un suponer, no tenía mucha competencia) en un piso de 300 m2 en la mejor zona de Barcelona? En fin, ese papel ahora está vacante y no se barrunta ningún posible sustituto. A esperar y ver.
gracias por el comentario.
pues sí falta el aglutinante, cualquiera, lo malo es que a los alemanes no les falta,les sobra.esto no es un problema tectnico - bueno sí lo es- pero es que detrás hay una actitud borreguil de todos, empezando por la intelectualidad, cada vez mas burricia y paleta.y afrancesada. si sale un jovellanos, lo meten en la carcel.
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